jueves, 30 de abril de 2009

Help Me(Part.1)

Miré alrededor de la habitación, no veía nada fuera de lo normal, pero empecé a encontrarme mal, poco a poco iba perdiendo el equilibrio hasta que acabé tumbada en el suelo. La moqueta oscura de la habitación empezó a mojarse con mi pelo aun húmedo de la ducha, los ojos se me fueron cerrando lentamente hasta que ya no los pude abrir por mucho que quisiera.
-¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy?
No se diferenciaban los límites de aquel lugar, solo había oscuridad y silencio, no se escuchaba absolutamente nada, tanto silencio hacía que me dolieran los oídos. Caí, tapándome los oídos, ¿al suelo? Sí, se podía decir que suelo porque no caía a ninguna parte, hubo un momento en el que no conseguía distinguir si tenía los ojos abiertos o cerrados. Me destapé un momento los oídos, escuchaba algo a lo lejos… aquella voz se iba acercando lentamente, cada vez era más clara, hasta que finalmente conseguí descifrar lo que decía.
-Recuérdame, cree en mí.
Otra vez era la voz de David, ¿me estaría volviendo loca? No sabía qué quería decir con que creyera en él. Al escuchar su voz, lo único que deseaba es que estuviera vivo y me ayudara como antes, pero eso ya no era posible. Me hablaba esa voz una y otra vez, hasta que ya no pude más y me puse a llorar, era demasiado para mí.
-¡David! ¡David!-gritaba entre lágrimas-¿por qué me estás haciendo esto? Claro que te recuerdo, te creo…
-Ayúdame.
Todo volvió a la normalidad, ya no estaba en aquel lugar ni escuchaba la voz de David, estaba de nuevo en la habitación. Solo veía la cara de Miriam que lloraba mientras me cogía de la mano, igual que la vez anterior. Al verme con los ojos medio abiertos, salió corriendo de la habitación y vino con Fran.
-Tal y como dijiste, se ha despertado-dijo aliviado.
Miré a Fran desconcertada, no se que me había pasado y sin embargo él parecía saberlo todo. Me miró a los ojos y simplemente asintió. Tocó mi frente y se marchó. Miriam se quedó mirando la puerta unos instantes, parecía esperar a alguien que no llegaba, pero más tarde sustituyó la puerta por mi cara, su mirada me decía que había pasado algo grave. No entendía nada ero al mismo tiempo me daba miedo preguntar.
-Que bien que has despertado
-¿Qué ha pasado?
-Te volviste a desmayar y esta vez…
-¿Esta vez… que?
-Dejaste de respirar.
Todo empezaba a encajar, posiblemente habría estado muy cerca de David, por eso le escuché, pero… ¿por qué me pedía ayuda?
Había estado inconsciente durante horas, pero aun así quería dormir de nuevo y dejar de pensar durante unas horas, aun que me estaba dando cuenta que no estaba viviendo, sino durmiendo todo el día. No estaba bien, pero tampoco estaba mal, solamente necesitaba cerrar los ojos un poco más. Miriam me besó en la frente y salió de la habitación.
Ese día no salieron a buscar a los profesores, se habían cansado de obtener siempre los mismos resultados.

Abrí los ojos, no había nadie en la habitación así que decidí salir un poco de aquellas cuatro paredes. No vi a nadie en el pasillo, ni en las escaleras…todo estaba completamente vacío, no sabía donde estarían. Tomé la decisión de irme a un pequeño bosque que había al lado del hotel, pensé que algo de tranquilidad me sentaría bien. Miré por la ventana, no hacía precisamente buen tiempo así que antes de salir volví a la habitación y cogí el paraguas. Fuera del hotel hacía bastante frío, pero como ya estaba fuera no me molesten volver a por más abrigo.
Conforme iba andando, el bosque se hacía más denso y solitario, empecé a tener miedo y quise regresar pero, era demasiado tarde, no sabía como volver. Anduve y anduve intentando encontrar el camino pero cada vez me perdía más, estaba sola, sin comida, sin agua y sin cobertura en el móvil. Supuse que me echarían en falta y me buscarían, me senté al pie de un árbol y esperé. Como bien había previsto, poco después de haberme parado, comenzó a llover, suerte que llevaba el paraguas, me marché de aquel lugar por si caía algún rayo y empecé a buscar un lugar donde resguardarme, pero la búsqueda fue en vano. Busque de nuevo el camino de regreso pero, tal y como me había pasado antes, tampoco o encontré, la lluvia era un obstáculo. Me sentía realmente mal conmigo misma, no sabía valerme sola, sentía tanta presión que me puse a llorar pensando que me quedaría perdida hasta que pasaran varios días, pero hubo algo que hizo que parara de llorar, era otra vez la voz de David.
-No temas, yo te guiaré.
Él siempre me ayudó cuando yo más lo necesitaba, así que sería solamente un recuerdo, pero a voz volvió.
-Confía en mí, nunca te fallé ¿verdad?
Definitivamente me estaba volviendo loca, oía a los muertos y encima estos me leían la mente, pensé en dejar de leer tanto durante una temporada, porque la única explicación era que me creía todo lo que pasaba en los libros y por eso tenía una paranoia en la cabeza. Pesar de eso, hice caso a la voz sin saber el motivo, quizás fu porque me recordaba a mi amigo. Escuché atentamente las indicaciones que me dio y encontré una pequeña cueva.
-¡Tengo una imaginación sorprendente!- dije pensando que yo la había encontrado.
-¿Lo ves? Te dije que confiaras en mí.
Yo seguía pensando que era mi imaginación, me senté e intenté ignorar a la voz, hasta que ya no pude amantar.
-l debes dejar de pensar en David-me dije a mí misma.
-¡Al, por favor escúchame!-me gritó- tienes que ayudarme.
Comencé a creer que no era mi mente, aun que era totalmente absurdo, la telepatía no existía y que pudiera hablar con un muerto menos aun, pero quería creer que así era. Como en otras ocasiones, miré por todas partes, pero no vi nada, entonces me armé de valor y comencé a hablar.
-¿Qué quieres decir con que te ayude?
-¡Por fin me crees? Siempre has sido muy desconfiada.
-No cambies de tema- dije muy seriamente-¿con qué quieres que te ayude? Ya no puedo hacer nada por ti, te recuerdo que ya elegiste.
-Al… no es lo que piensas.
-¿Ah no? ¿Me estás diciendo que no te cortaste las venas? ¿Qué no estás muerto? ¿Qué todas las lágrimas que he derramado han sido por una mentira?
-Exactamente es lo que te estoy diciendo.
-Oh, no me tomes el pelo por favor.
-Es cierto Al, cuando me corté las venas… vinieron a mi casa, me cerraron la herida y dejaron una replica mía.
-Lo siento, no me lo creo, es demasiado surrealista hasta para mí.
¿Surrealista? Al, por favor, crees que estás hablando con un muerto, no hay nada más surrealista que eso.
En eso llevaba razón, pero…era muy difícil creerse eso, además ¿cómo nos estábamos comunicando? David escuchaba todo lo que estaba pensando.
-Se debe a nuestra unión.
-¿Qué unión?-pregunté sorprendida.
-Tú y yo, siempre hemos estado juntos tanto en lo bueno como en lo malo, siempre nos hemos apoyado el uno al otro… por eso se lo que piensas, además de… otro detallito.
-¿Qué pasa tu también eres un “vampi”?- solté una carcajada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario