lunes, 31 de agosto de 2009

Dear Friend(Parte 1)

Aun desconociendo si era el camino correcto o no, continué caminando un poco asustada de lo que pudiera encontrarme. A veces miraba hacia atrás esperanzada con encontrarme a James, pero nunca era así. En ocasiones aparecían pequeños caminos que sin duda me conducirían a algún pueblo en el que pudiera pedir ayuda, pero no me desvié de mi camino por el campo. Mi situación parecía de una cámara oculta: había salido con unas personas a buscar a mi amigo y justo, cuando estamos a punto de rescatarle, desaparecen mis otros amigos. Al estar sola, me tomaba descansos un poco más largos.

El sol me quemaba la frente mientras descansaba, no sabía donde encontrar agua y hacía horas que no bebía nada. Cerré los ojos y me tumbé en aquel sitio tranquilo. El sol que me daba en los ojos, de repente desapareció.

-Cuanto tiempo Al.

Abrí los ojos y ahí estaba Fran, mucho más desaliñado que la última vez que le vi. El pelo le había crecido mucho y parecía algo más maduro, sus rasgos habían cambiado.

Me levanté y le miré de arriba abajo, apenas podía creer que estuviera allí, frente a mí, pero una vez estaba segura de que era mi amigo me abalancé sobre él para abrazarle. Para mi sorpresa en seguida se separó de mí, tenía muchas preguntas que hacerle pero me sentía un poco cohibida por su reacción. Miraba a su alrededor con inquietud, parecía estar buscando algo, o mejor dicho, a alguien.

-¿Dónde está James?

No dije nada, realmente no sabía donde estaba.

-Al, responde

-No lo se, se fue a buscar a Hachiko y a Jack.

-¿Hachiko? ¿Jack?

-Hachiko es… la hija de James.

- Vaya que sorpresa, y ¿Cuándo la habéis visto?

- Cuando tu desapareciste se unió a nosotros.

-¿Y ese tal Jack?

-Es un chico muy agradable que se unió a nosotros hace poco, pero últimamente a James no le cae demasiado bien.

Sin movernos del sitio continuamos hablando durante horas, sobre todo lo que había ocurrido desde su desaparición. Cada vez que hacíamos un breve descanso intentaba preguntarle yo pero él siempre s me adelantaba y continuaba haciéndome preguntas. Me cansé de esperar a que se callara pero no podía aguantar más, aunque no me gustaba demasiado como iba a actuar, le interrumpí.

-Fran ¿dónde has estado?

-Buscando algo pero… no ha habido suerte.

-Oh vaya, y ¿puedo preguntar que es?

-Un arco y un carcaj muy especiales.

Cuando dijo eso me acordé del arco y el carcaj que llevaba Hachiko, ¿sería lo que Fran está buscando? Preferí no decir nada, le puse una mano sobre el hombro y le sonreí. Ya no quedaban preguntas por ninguna de las dos partes, yo pretendía continuar el viaje pero ¿y Fran? ¿Me acompañaría? Miré sus ojos color miel, y no se si leyéndome la mente o no, me respondió a la pregunta antes de hacérsela.

-Te acompañaré, ya lo sabes.

Los dos, por fin reunidos de nuevo, comenzamos de nuevo el viaje. Ninguno de los dos sabíamos por donde ir, pero la orientación de Fran era muchísimo más fiable que la mía, aunque al parecer iba por el camino correcto. Una larga charla nos tuvo entretenidos hasta que anocheció, los recuerdos desbordaron nuestras mentes y corazones.

-Parece que nada ha cambiado- comentó Fran.

-Pero si ha cambiado- miré a mi alrededor y comprobé una vez más que mis otros amigos no estaban.

Fran posó sus labios en mi mejilla y me abrazó. Sin poder aguantar las ganas de llorar, mis ojos estallaron derramando una multitud de lágrimas, mis brazos se aferraban a Fran con fuerza.

-¿Por qué todo cambia tan rápido?-dije mientras las lágrimas mojaban la camiseta de Fran.

Aquella enternecedora escena me hizo darme cuenta de cuanto cariño les había cogido a todos. Esa noche dormimos el uno junto al otro, me alegraba volver a tenerle junto a mí, era una sensación muy extraña… parecía que me sentía algo más viva. Aquel ía había sido bastante largo, afortunadamente solo había sido un día, y si era así de duro para mí no era capaz de imaginarme como lo había pasado Fran. Estaba tan entusiasmada que no podía dormirme, no paraba de dar vueltas en el se lo hasta que finalmente desperté a mí amigo.

-¿No puedes dormir?

-Es que… me alegro tanto de volver a verte…

-Yo también pero debes descansar.

Sabía que tenía razón pero por mucho que lo intentara solo quería hablar con él, aun sí el sueño me venció.

No fue la luz del sol lo que me despertó a la mañana siguiente, fue la voz de Fran l principio solo escuchaba palabras sueltas, muy lejanas, pero conforme iban pasando los segundos le escuchaba mejor, era ya muy tarde. Debíamos haber salido al amanecer pero ya era mediodía.

-¿Por qué no me has despertado?-grité.

-Necesitabas descansar.

No merecía la pena enfadarme, lo hecho hecho estaba. Mi furiosa mirada desapareció lentamente transformándose en una mirada llena de culpa, me había exaltado demasiado. Ese día no avanzaríamos demasiado por eso no quise perder más el tiempo. Cogí la mano de Fran y tiré de él con fuerza avanzando en una dirección sin saber si era la correcta.

-Al, no es por aquí.

Me paré de inmediato y sentí como mí cara tomaba otra temperatura. Esta vez fue él quien tiró de mí ahora en la dirección correcta, pero se paró.

-Ya podemos continuar.

Una amplia sonrisa apareció en su cara, durante mucho tiempo había echado de menos ese espíritu divertido de Fran, no dije nada simplemente disfruté de la sonrisa como lo hacía antes.

Un campo abierto se mostraba ante nosotros, no había nada, hubiera podido jurar que o era un desierto. Busqué casi desesperada algún animal, algún árbol… pero fue en vano.

-¿Estás seguro de que es por aquí?

Soltó una carcajada y continuo andando él por su cuenta mientras yo me quedaba mirándole sin obtener respuesta. Comencé a seguirle algo atemorizada, no sabía lo que pasaría en aquel lugar tan solitario. Fran continuaba sin abrir la boca.

El cielo estaba nublado, no me daba buenas vibraciones parecía que en cualquier momento iba a caer sobre nosotros. Fran, tan indiferente y callado como había estado todo el día, continuaba caminando sin mover la cabeza ni un milímetro, yo sin embargo, miraba por todas partes por si encontraba algún lugar para refugiarnos. No sabía bien que hora era pero debía ser ya tarde porque me sentía muy cansada. Sin decirle nada a Fran me tumbé sobre la hierba. Mi amigo se percató en seguida de que había dejado de seguirle y retrocedió hacia mí.

-¿Por qué te paras?

-Deberíamos descansar, ha sido un día muy largo.

-Pero debemos llegar cuanto antes.

Me extrañó la reacción e Fran, él siempre había sido partidario del descanso, pensé que quizás se había acostumbrado a ir a otro ritmo mientras habíamos estado separados. No me levanté y Fran, resignado, se puso a mi lado. Había cambiado algo en él pero, era lógico, había estado solo mucho tiempo. Sentía su mirada en mi cabeza, estaba realmente incómoda, me mostré indiferente durante un tiempo pero llegó un momento en el que no aguantaba más, giré la cabeza e intercepté su mirada.

-¿Te ocurre algo?

-No, ¿por qué lo dices?

-Porque no paras de mirarme.

-Lo siento.

- No pasa nada pero me gustaría saber el motivo.

No contestó.

-Oh por favor Fran, ya conozco tus sentimientos… ¿por qué no me lo dices tú?

martes, 11 de agosto de 2009

Aviso!

Hola a todos!!

Bueno quería informar a mis seguidores que durante un mes aproximadamente no voy a subiir más capitulos de S&L. Los motivos son muy simples: uno de ellos es que me voy de vacaciones y el otro es que cuando regrese necesito tiempo para pasar los capítulos al ordenador.
Os recuerdo que la historia aun no está acaba así que no os confiesis... aun puede pasar de todo ^_^.
Un besote!

viernes, 7 de agosto de 2009

The Call(Part.3)

Jack se sentó cerca de Hachiko, James no le quitó el ojo de encima. Mi cuerpo estaba más cansado de lo habitual, la sorpresa es que no solo me pasaba a mí, Jack y Hachiko estaban igual. Viendo nuestra actitud James, como cada día, hizo una hoguera, aun no era la hora de parar pero todos estábamos muy cansados.

Mi obsesión por el móvil cada vez era más fuerte, la llamada que había recibido no era normal, necesitaba que me volvieran a llamar, pero no ocurrió. Ya que la llamada no llegaba opté por hablar por James, seguramente el sabría algo.

-No se quien te ha llamado-dijo antes de que le preguntara

-Entonces… ¿qué debo hacer?

-Hacerla caso, si te ha llamado por algo sería.

Busqué a Hachiko por todas partes pero no la encontré al igual que a Jack, supuse que habrían ido a dar una vuelta, se notaba a leguas que había algo entre ellos, así que pensé que era mejor no molestarles. Mi preocupación se agudizó cuando pasaron las horas y aquellos dos no habían regresado, pero si James no estaba alerta estarían bien, aun así debía preguntárselo.

-James ¿dónde están Hachiko y Jack?

-¿Qué quieres decir?

-Hace ya un buen rato que se marcharon.

El rostro de James cambió, ahora su rostro estaba completamente tenso. Me cogió de los hombros.

-¿Por qué no me has avisado antes?-gritó

-Creía que lo sabías-mi voz se escuchaba casi como un susurro

James se giró y cerró los ojos. No sabía que iba a reaccionar así, de haberlo sabido se lo hubiera dicho antes. Quise tocarle pero el temor que ahora sentía me lo impidió. Sin decir una palabra se marchó a gran velocidad de allí, no sabía que dirección había tomado, solo sabía que en aquel momento estaba completamente sola, no sabía si regresarían pero me quedé sentada esperando durante horas, pero no hubo suerte.

Estaba ya cansada de esperar, pensaba que debía irme pero no conocía el camino hacia el lugar donde estaba David. Finalmente, echándolo a suertes, escogí un camino y empecé mi viaje sola.

The Call(Part.2)

Cuando paramos, me quedé tumbada en el suelo, no podía hacer nada más, tenía el tobillo muy hinchado a pesar de haberme puesto hielo, James se acercó a mi y me lo miró.
-Parece que no baja la hinchazón-dijo decepcionado-espera a mañana, esperemos que Hachiko pueda descanar bien y posiblemente ya pueda curarte.
Por fin una buena noticia, pero entonces me acordé de algo.
-¿No me puedes curar tu?
-No, yo jamás aprendí eso, Marluxia fue quien se lo enseñó a Hachiko.
Jamás me hubiera imaginado que había algo que James no supiera hacer. Al leer mi mente sonrió.
-¡Oh por favor, deja de leerme la mente!
James asintió, comprendió que no quería que supiera todo lo que pensaba, necesitaba intimidad. Obtuvo más hielo enseguida y me lo cambió. Jack y Hachiko estaban hablando a pocos metros de nosotros, yo no era capaz de escucharles pero James parecía que sí por la expresión de su cara que cambiaba constantemente. De vez en cuando les miraba, pero su actitud no cambiaba, la boca se me estaba secando, necesitaba hablar.
-Que bien que ya lo hallan arreglado.
-Era lógico.
-¿Por qué?
-Por nada-sonrió.
No le di importancia a aquella respuesta. James me colocó el hielo en el tobillo y se sentó a mi lado. Quería dormir un rato peor me daba vergüenza dormirme tan temprano, así que me mantuve despierta. James no paraba de mirar a su hija, a veces parecía algo deprimido. Intentaba mantenerme al margen del tema pero tenía demasiada curiosidad como para dejarlo pasar. Miré a James fijamente, él intentaba aparentar que no se daba cuenta, pero al igual que cualquier persona su paciencia tenía un límite y conseguí alcanzarlo.
-No conseguirás que te diga nada.
-¿Por qué?
-Porque son asuntos personales de Hachiko.
-¿Y tu si puedes saberlo?
-Es distinto, yo soy su padre.
Suspiré. James no quería continuar con la conversación, se levantó y se marchó, seguramente no volvería hasta la mañana siguiente. Resignada, me tumbé con la intención de dormirme.
A la mañana siguiente, el pie ya no me dolía, James había regresado y Jack y Hachiko estaban en la misma posición del día anterior, era como si no hubiera pasado el tiempo, hubiera sido real lo que yo pensaba si James no me hubiera mirado de aquella manera tan fría. Como no sentía dolor supuse que Hachiko e había curado, y no me equivocaba, en cuanto vio que me incorporaba vino hacia mí corriendo.
-Ya no te duele ¿verdad?
-Gracias.
Hachiko con su sonrisa consiguió que me olvidara de todos los quebraderos de cabeza que me traía con James, quizás si se lo preguntaba a ella… iba a hacerlo cuando James se me adelantó y la llamó, seguramente sabía lo que iba a hacer. No iba a ser nada fácil preguntárselo con James por allí, era muy incomodo tenerle al acecho en todo momento.
Jack, quien ahora permanecía solo, daba patadas a un pequeño árbol, no sabía cual era la razón si ya había arreglado las cosas con Hachiko. Me acerqué a él cuidadosamente, quería saber que le ocurría.
-¿Qué te pasa Jack? Pareces enfadado.
- Vaya que sorpresa ¿lo parezco? No me había dado cuenta-dijo con un tono bastante sarcástico.
-¿Por qué estás así?
-No te importa así que… déjame en paz.
Nunca había visto a Jack comportarse de esa manera. En ese momento llegaron James y Hachiko, ambos hablaban cordialmente, pero aquella conversación se detuvo cuando las miradas de Jack y James se cruzaron. Una cosa estaba clara, algo me había perdido y nadie me lo quería contar.
-Nos vamos ya-dijo James.
Aquel día James y yo íbamos juntos, la mirada fría que antes tenía había desaparecido, mientras Hachiko volvía a ir con Jack. Quería preguntarle a James que había ocurrido pero al pensar como se puso el día anterior con el tema de Hachiko… era mejor no hacerlo.
-Créeme, es mejor que no lo sepas.
Aquella frase era la que mas pronunciaba, debería haber estado acostumbrada ya a estas alturas. Estaba realmente enfadada, tanto que no lo pude ocultar pero tenía mi parte de razón ¿por qué ninguno confiaba en mí? A pesar de todo lo que habíamos pasado, cada vez que ocurría algo no me lo contaba hasta el momento crítico. James me miró con cara de circunstancia y me puso una mano sobre el hombro.
-No te lo tomes así, si lo supieras… no sé como reaccionarías.
-Siempre es lo mismo James, nunca me contáis nada ¿es porque soy la más débil?
-No es eso, mira si te sirve de consuelo, esto solo lo sé yo.
-¿Y lo de Hachiko?
-Está relacionado con ello, pero ella no lo sabe.
En ese momento algo me rozó la cabeza, era la mano de Hachiko, que estaba frente a nosotros junto a Jack.
-Sois unos lentos.
James y yo, ya sin rencores, sonreímos y comenzamos a correr para adelantarles, hubo un momento en el que ya no podía más, ahora todos corrían y Hachiko y James iban a la par, parecían un par de niños, sin embargo Jack estaba a mi lado asfixiado.
-Que energía tienen ¿verdad?
-Si, yo no puedo más, y por lo que veo tu tampoco.
El móvil comenzó a vibrar ¿Quién podía ser?¿Miriam de nuevo?¿Mi madre? Lo más fácil era contestar.
-¿Quién es?
-Ten cuidado.
La llamada se cortó. No había conseguido diferenciar e quien era la voz, pero era una mujer. Jack se acercó un poco hacia mi.
-¿Quién era?
-No lo se, ha colgado en seguida.
Alcé la vista y vi a dos pequeñas figuras a lo lejos alzando los brazos, eran James y Hachiko, estaba a bastante distancia de nosotros. No tenía ganas de seguir caminando pero no nos quedaba más remedio. Jack avanzaba con rapidez mientras mi paso era lento, parecía que me pesaban las piernas. Cuando finalmente llegamos Hachiko estaba tirada en el suelo.
Ya era hora- refunfuñó.

The Call(Part.1)

Mi ropa, aun habiendo pasado toda la noche, seguía mojada, me costaba moverme al tener toda la ropa ceñida al cuerpo y las zapatillas estaban llenas de agua. Parecía que era a mí a la única que le afectaba este problema pues iba la última, justo detrás de Jack. Seguíamos un ritmo constante, no paramos hasta bien entrada la tarde. James y Hachiko se fueron a por comida y a por agua mientras tanto, Jack y yo nos quedamos sentados junto a la hoguera que habían formado.

-¿Te ocurre algo?-pregunté.

-¿Cuánto tiempo lleváis viajando?

-No lo se, hace semanas que perdí la noción del tiempo, quizás algo más de un mes.

-¡Un mes!-exclamó.

-Si, pero hemos sufrido muchos contratiempos.

Jack agachó la cabeza, debía sentirse mal sabiendo que uno de esos contratiempos había sido culpa suya, o al menos en parte. En ese momento llegaron James y Hachiko con carne y agua, respectivamente. Nunca me había fijado en todo lo que comía Hachiko, pero aquel día apenas podía pestañear, era casi imposible pensar que una chica tan delgada comiera tanto. Me miró y al ver cara que tenía se echó a reír. Daba pequeños bocados mientras continuaba mirándola. Al acabar de comer Hachiko se tumbó satisfecha, pensé entonces que si yo me hubiera comido todo lo que había comido ella habría estallado

El sol ya estaba oculto entre las montañas, nosotros continuábamos alrededor de la hoguera riéndonos sin parar hasta que le cansancio hizo mella en nosotros y acabamos dormidos.

Un movimiento en mi bolsillo hizo que me despertara, era el móvil que estaba vibrando. El número era desconocido pero aun así pulsé el botón verde y me lo puse en la oreja.

-¿Diga?-dije algo adormilada.

-Al, soy yo.

-Miriam- pronuncié su nombre en un pequeño susurro.

-Así es, solo quiero avisarte de algo, pase lo que pase… no me ayudes.

No entendía nada de lo que me estaba diciendo, pero antes de que pudiera preguntarle el por qué había colgado. Miré el teléfono durante unos minutos, mis manos estaban temblando ¿había sido real? La voz de Miriam me resultaba tan lejana que no sabía si había sido un sueño. Jack, que estaba a mi lado, se despertó, seguramente había hecho demasiado ruido.

-¿Estás bien?-preguntó preocupado

-Sí, solo ha sido un mal sueño.

Asintió más tranquilo y se volvió a dormir, me sorprendió la rapidez con que lo hizo, debía estar muy cansado. Yo aun seguía con el móvil en las manos pero lo volví a guardar e intenté hacer lo mismo que Jack, pero a mí me resultó más difícil. No paraba de dar vueltas en el suelo, no conseguía conciliar de nuevo el sueño. James estaba otra vez desaparecido y Hachiko, que estaba a mí otro lado, parecía que estaba a punto de despertarse a causa de mis vueltas. Al ver esto, me quedé quieta boca arriba y cerré los ojos aunque permaneciera despierta.

La noche se hizo eterna, el único ruido que se escuchaba eran los animales nocturnos que había a mi alrededor, me ponía nerviosa con solo pensar que podría atacarme alguno. Intenté dejar la mente en blanco para quedarme dormida, pero el intento fue en vano. Vi como llegaba James de allá a donde hubiera ido, y sabía de sobra que a él no podía engañarle por mucho que quisiera.

-Se que estás despierta.

-Tu siempre lo sabes todo- susurré mientras abría los ojos.

-No pienses más en el tema, hazla caso.

-Pero como…

-Tu misma lo has dicho antes, lo se todo- una leve sonrisa se dibujó en su pálido rostro.

Estaba comprobando que con él la palabra “intimidad” era imposible, pero eso en muchas ocasiones me ayudaba. Me senté junto a él y hablamos del tema hasta el amanecer, cuando empezaron a despertarse nuestros amigos. La primera en hacerlo fue Hachiko, se sorprendió al vernos a su padre y a mí hablando tan temprano, ciertamente era muy raro. No pasó mucho tiempo hasta que Jack se despertó, nos encontró a los tres hablando pero en esta ocasión hablábamos del recorrido que haríamos ese día. Jack se acercó a nosotros con la intención de sorprendernos, lo que no sabía es que el sorprendido iba a ser él. Una vez que estaba detrás de nosotros, James se giró con rapidez gritándole. Jack cayó al suelo del susto mientras nosotros nos reíamos a carcajadas. Hachiko se acercó a él y le tendió la mano para ayudarle a levantarse.

-Eso te pasa por levantarte el último.

Jack suspiró y cogió la mano de Hachiko con la mala suerte de que ésta estaba distraída y se cayó encima de Jack. Ambos enrojecieron mientras James y yo rodábamos por el suelo riéndonos. Hachiko se levantó rápidamente y mantuvo la cabeza agachada.

-Lo siento-dijo Hachiko ruborizada.

-No… no pasa nada-respondió Jack mientras se levantaba.

Sin dejar pasar demasiado tiempo, comenzamos a caminar. Hachiko, que aun estaba avergonzada iba a mi lado mientras Jack iba con James un poco más adelante. No era difícil comprobar que, al menos ese día, no iban a cambiar su comportamiento. Ambos iban con la cabeza agachada, Hachiko movía la boca susurrando algo que no alcanzaba a escuchar. A causa de mirarla me tropecé y caí al suelo torciéndome l tobillo. No podía levantarme me dolía demasiado como para apoyar el pie. Jack y Hachiko, por primera vez uno cerca del otro desde el incidente, me sostenían uno a cada lado para que no me cayera mientras James obtenía un poco de hielo.

-Ponedla en el suelo-ordenó-.Debes estar más atenta, mira por donde pisas-me reprimió James.

-Lo siento.

-No te disculpes, le podía haber pasado a cualquiera.

Jack y Hachiko se miraron mutuamente y asintieron.

-Lo siento- dijeron ambos.

Todos sabíamos el motivo por el que estaba distraída, uno de ellos en concreto lo sabía por haberse metido en mi cabeza. Asentí aceptando las disculpas pero… ¿cómo caminaría ahora? Entonces recordé como Hachiko curó a Jack, seguramente ahora ocurriría lo mismo. James me miró y negó suavemente, parecía arrepentido.

-No lo conseguirá, está demasiado cansada-comentó.

¿Qué? pero entonces…-suspiré- ahora no podemos avanzar por mi culpa.

-De ningún modo- dijo James agachándose y dándome la espalda- súbete.

Si hubiéramos estado en otra situación no habría aceptado, era demasiado terca para hacerlo, pero en esta ocasión acepté, les había hecho entretenerse demasiado. Me agarré a su cuello con fuerza y hundí mi rostro en su espalda, fue entonces cuando recordé a Fran. ¿Le encontraríamos algún día? Noté cuando nos pusimos en movimiento, no se iba tan mal en la espalda de James, era como estar en la espalda de tu padre, me sentía segura. De vez en cuando alzaba la vista y veía como Hachiko y Jack ahora iban juntos, me alegraba comprobar que habían conseguido arreglarlo todo. El cuerpo me dolía de estar siempre en la misma posición, pero aun así no paramos hasta la noche. James me decía siempre la misma frase: “aguanta, ya falta poco”, no se durante cuantas horas dijo la misma frase.

martes, 4 de agosto de 2009

The Past Returns(Part.3)

Tal y como si hubiera sido una orden la chica se paró y el cubo desapareció con agua incluida. Jack estaba exhausto de tanto correr, James se acercó a él e hizo que se sentara en el mismo sitio donde estaba y posó la cabeza sobre sus rodillas. Hachiko se acercó a él con agua, esta vez no iba con malas intenciones era para que se calmara, se agachó y se la ofreció.
-Lo siento, no sabía que estabas tan cansado.
-No pasa nada- dijo mientras su respiración entrecortaba sus palabras.
Mi mirada se posó en James quien se acercaba a mí con un paso tranquilo. Yo, que aun estaba sentada en el suelo, cada vez tenía que alzar más la cabeza hasta que no pude más. Su rostro, que solía ser sobrio y sereno, ahora tenía rasgos infantiles, muy poco propios de él. Me tendió la mano y en su rostro apareció una leve sonrisa, quería agarrarme a él pero mi cuerpo aun estaba muy cansado y no podía mover ni un músculo, solo con pensar que tenía que levantar el brazo me cansaba aun más. James hizo una mueca de disgusto.
-No puedo moverme, me pesa todo el cuerpo.
-Es lógico, llevas mucho tiempo sin descansar, pero debido a la aparición de Marluxia…
-Hemos perdido mucho tiempo-acabé la frase.
Intenté levantarme de nuevo, pero seguía sin poder moverme del suelo, solo tenía fuerzas para tumbarme de nuevo y no es que se necesite mucho esfuerzo para eso. James cambio la cara, parecía que se le había ocurrido algo, una sonrisa un tanto pícara apareció en su rostro, comencé a tener un poco de miedo. James se giró para mirar a Hachiko, y ésta simplemente asintió. James volvió a mirarme, la sonrisa no se le había borrado, en vez de eso ahora era mucho más amplia.
-Solo necesitas un poco de… motivación.
Miré entonces a Hachiko, venía corriendo con un cubo igual que el anterior. No se de donde saqueé las fuerzas, pero me levanté y eché a correr lo más rápido que pude. Hachiko seguía persiguiéndome mientras James se reía, Jack no lo pude evitar y también se empezó a reír. No podía más, me iba a caer de un momento a otro.
-Hachiko, ya es suficiente.
Tal y como había hecho la vez anterior, se paró en cuanto escuchó la voz de su padre. En cuanto me di cuenta que no me seguía, me paré, me costaba respirar.
-Lo ves, ya estás de pie.
-Estás loco.
-Puede que sí, pero he conseguido que te levantes.
Me fijé que Jack ya estaba de pie, seguramente por eso también le perseguía antes Hachiko. Necesitaba sentarme de nuevo, pero no quería arriesgarme para queme pasara de nuevo aquello. Hachiko se volvió a deshacer del cubo y vino corriendo hacia mi, hubiera dado igual que hubiera ido con cubo, no me movería de ahí.
-Al, lo he hecho por tu bien.
-Lo se, peor casi me matas.
-Descansa un poco, partiremos en breve-comentó James- siéntate, no temas no te volveremos hacer lo mismo, no hará falta.
Tenía dos opciones: creerle o no creerle. Me decidí por la primera opción, ya que si moría prefería morir sentada. Me dejé caer al suelo y, a pesar de lo que pensaba, estaba realmente cómodo o al menos era lo que me parecía a mí, quizás debido a mi cansancio, todo lo que fuera para descansar me parecía perfecto. No se exactamente cuanto tiempo pasó, pero no fue mucho el que estuve sentada. James tenía razón, no me había costado levantarme. Cuando estábamos todos listos emprendimos de nuevo el viaje.