Cuando paramos, me quedé tumbada en el suelo, no podía hacer nada más, tenía el tobillo muy hinchado a pesar de haberme puesto hielo, James se acercó a mi y me lo miró.
-Parece que no baja la hinchazón-dijo decepcionado-espera a mañana, esperemos que Hachiko pueda descanar bien y posiblemente ya pueda curarte.
Por fin una buena noticia, pero entonces me acordé de algo.
-¿No me puedes curar tu?
-No, yo jamás aprendí eso, Marluxia fue quien se lo enseñó a Hachiko.
Jamás me hubiera imaginado que había algo que James no supiera hacer. Al leer mi mente sonrió.
-¡Oh por favor, deja de leerme la mente!
James asintió, comprendió que no quería que supiera todo lo que pensaba, necesitaba intimidad. Obtuvo más hielo enseguida y me lo cambió. Jack y Hachiko estaban hablando a pocos metros de nosotros, yo no era capaz de escucharles pero James parecía que sí por la expresión de su cara que cambiaba constantemente. De vez en cuando les miraba, pero su actitud no cambiaba, la boca se me estaba secando, necesitaba hablar.
-Que bien que ya lo hallan arreglado.
-Era lógico.
-¿Por qué?
-Por nada-sonrió.
No le di importancia a aquella respuesta. James me colocó el hielo en el tobillo y se sentó a mi lado. Quería dormir un rato peor me daba vergüenza dormirme tan temprano, así que me mantuve despierta. James no paraba de mirar a su hija, a veces parecía algo deprimido. Intentaba mantenerme al margen del tema pero tenía demasiada curiosidad como para dejarlo pasar. Miré a James fijamente, él intentaba aparentar que no se daba cuenta, pero al igual que cualquier persona su paciencia tenía un límite y conseguí alcanzarlo.
-No conseguirás que te diga nada.
-¿Por qué?
-Porque son asuntos personales de Hachiko.
-¿Y tu si puedes saberlo?
-Es distinto, yo soy su padre.
Suspiré. James no quería continuar con la conversación, se levantó y se marchó, seguramente no volvería hasta la mañana siguiente. Resignada, me tumbé con la intención de dormirme.
A la mañana siguiente, el pie ya no me dolía, James había regresado y Jack y Hachiko estaban en la misma posición del día anterior, era como si no hubiera pasado el tiempo, hubiera sido real lo que yo pensaba si James no me hubiera mirado de aquella manera tan fría. Como no sentía dolor supuse que Hachiko e había curado, y no me equivocaba, en cuanto vio que me incorporaba vino hacia mí corriendo.
-Ya no te duele ¿verdad?
-Gracias.
Hachiko con su sonrisa consiguió que me olvidara de todos los quebraderos de cabeza que me traía con James, quizás si se lo preguntaba a ella… iba a hacerlo cuando James se me adelantó y la llamó, seguramente sabía lo que iba a hacer. No iba a ser nada fácil preguntárselo con James por allí, era muy incomodo tenerle al acecho en todo momento.
Jack, quien ahora permanecía solo, daba patadas a un pequeño árbol, no sabía cual era la razón si ya había arreglado las cosas con Hachiko. Me acerqué a él cuidadosamente, quería saber que le ocurría.
-¿Qué te pasa Jack? Pareces enfadado.
- Vaya que sorpresa ¿lo parezco? No me había dado cuenta-dijo con un tono bastante sarcástico.
-¿Por qué estás así?
-No te importa así que… déjame en paz.
Nunca había visto a Jack comportarse de esa manera. En ese momento llegaron James y Hachiko, ambos hablaban cordialmente, pero aquella conversación se detuvo cuando las miradas de Jack y James se cruzaron. Una cosa estaba clara, algo me había perdido y nadie me lo quería contar.
-Nos vamos ya-dijo James.
Aquel día James y yo íbamos juntos, la mirada fría que antes tenía había desaparecido, mientras Hachiko volvía a ir con Jack. Quería preguntarle a James que había ocurrido pero al pensar como se puso el día anterior con el tema de Hachiko… era mejor no hacerlo.
-Créeme, es mejor que no lo sepas.
Aquella frase era la que mas pronunciaba, debería haber estado acostumbrada ya a estas alturas. Estaba realmente enfadada, tanto que no lo pude ocultar pero tenía mi parte de razón ¿por qué ninguno confiaba en mí? A pesar de todo lo que habíamos pasado, cada vez que ocurría algo no me lo contaba hasta el momento crítico. James me miró con cara de circunstancia y me puso una mano sobre el hombro.
-No te lo tomes así, si lo supieras… no sé como reaccionarías.
-Siempre es lo mismo James, nunca me contáis nada ¿es porque soy la más débil?
-No es eso, mira si te sirve de consuelo, esto solo lo sé yo.
-¿Y lo de Hachiko?
-Está relacionado con ello, pero ella no lo sabe.
En ese momento algo me rozó la cabeza, era la mano de Hachiko, que estaba frente a nosotros junto a Jack.
-Sois unos lentos.
James y yo, ya sin rencores, sonreímos y comenzamos a correr para adelantarles, hubo un momento en el que ya no podía más, ahora todos corrían y Hachiko y James iban a la par, parecían un par de niños, sin embargo Jack estaba a mi lado asfixiado.
-Que energía tienen ¿verdad?
-Si, yo no puedo más, y por lo que veo tu tampoco.
El móvil comenzó a vibrar ¿Quién podía ser?¿Miriam de nuevo?¿Mi madre? Lo más fácil era contestar.
-¿Quién es?
-Ten cuidado.
La llamada se cortó. No había conseguido diferenciar e quien era la voz, pero era una mujer. Jack se acercó un poco hacia mi.
-¿Quién era?
-No lo se, ha colgado en seguida.
Alcé la vista y vi a dos pequeñas figuras a lo lejos alzando los brazos, eran James y Hachiko, estaba a bastante distancia de nosotros. No tenía ganas de seguir caminando pero no nos quedaba más remedio. Jack avanzaba con rapidez mientras mi paso era lento, parecía que me pesaban las piernas. Cuando finalmente llegamos Hachiko estaba tirada en el suelo.
Ya era hora- refunfuñó.
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