miércoles, 29 de julio de 2009

The Past Returns(Part.2)

Sin saber por que, de repente me acordé del móvil, rápidamente lo encendí pero no había ninguna novedad. Comencé a pensar en lo peor, pero ahí estaba Hachiko, apoyándome en todo momento.

Anduvimos durante todo el día, ya todo el paisaje parecía lo mismo, por un momento llegué a pensar que no estábamos avanzando nada, sin embargo Jack estaba fascinado. Cuando vi que ya no podía más me senté, en ese momento como si fuera algo predestinado empezó a vibrarme el móvil: era mi madre.

-¡Alesana, Alesana!-gritaba llorando.

-Te dije que no me llamaras.

-¿Dónde estás hija?

-Lejos, ya te lo dije la otra vez.

-Quiero verte aquí, sana.

-Tranquila, lo harás, ahora te debo dejar, adiós

Colgué. En realidad quería hablar durante días enteros con mi madre pero, en mi situación se me hacía muy difícil, la estaba haciendo promesas que no sabía con certeza si las podría cumplir o no. James escuchó mi conversación, lo notaba por la manera en la que me miraba, prefirió no acercarse sin embargo Hachiko si lo hizo.

-Anímate mujer, mi padre se siente mal al no poder ayudarte.

-No era mi intención, lo siento.

-Lo ves, no puedes ser así, no te disculpes por todo anda, y ve a hablar con él.

Asentí y me levanté. Me acerqué a él mientras pensaba en lo que le debía decir. Iba a empezar a hablarle cuando apareció Jack y le pidió que le acompañara. Aquel día no podría hablar ya con él así que volví con Hachiko y me dormí.

No me despertó la luz del sol, aquel día lo estaban ocultando las nubes, me despertó una mano fría sobre mi rostro. Me costó abrir los ojos, pero una vez abiertos conseguí ver a James, era hora de partir.

Jack aun mostraba cierto temor hacia nosotros y, no era de extrañar, quizás pensaba que en el fondo éramos como Marluxia, aunque para mi eso era imposible. Hachiko se acercaba a él tal y como lo hacía conmigo pero él solamente le daba respuestas breves, aun así Hachiko no se rendía, era igual de terca que su padre. Ahora que James estaba solo debía aprovechar para hablar con él, había algo en mí que decía que Hachiko lo estaba haciendo apropósito para darme la oportunidad de hablar con su padre, así que sin pensármelo dos veces corrí hacia él, le detuve poniendo la mano en su hombro y por sí mismo se giró.

-¿Ocurre algo?

-No, bueno en realidad si.

-No te entiendo.

-Quiero darte las gracias.

-¿Por qué?- preguntó asombrado.

-Por preocuparte por mí pero, de verdad, no te esfuerces tanto.

James asintió. Hachiko continuaba persiguiendo a Jack, los dos empezaban ya a cansarse: Jack se cansaba de escucharla y ella de perseguirle. Jack cada vez andaba más rápido hacia nosotros mientras Hachiko le seguía como un perrito. Agotado, llegó a nosotros.

-James, de verdad tu hija es encantadora pero, por favor, dile que deje de hablar, la cabeza me va a estallar.

James y yo nos miramos y al instante soltamos una carcajada.

Una vez que Hachiko había llegado retomamos el viaje. Mirara donde mirara todo continuaba igual, solo había campo y de vez en cuando aparecía algún animal.

El día seguía estando nublado, según las previsiones de James comenzarían a llover en unas horas, cuando comenzara a anochecer, y no falló en lo que dijo. No se cuanto tiempo había transcurrido pero la primera que notó que caían gotas fue Hachiko. No teníamos donde resguardarnos y cada vez llovía con más intensidad, todos comenzamos a correr buscando algún lugar donde pudiéramos cubrirnos. La lluvia no amainaba, cada vez nos resultaba más difícil movernos, además truenos y relámpagos se iban acercando a nosotros. Estábamos agotados, Jack apenas podía mantenerse en pie, decidimos entonces quedarnos allí aunque lloviera. No paró de llover en toda la noche, pero cuando hubo amanecido desapareció.

Llevábamos la ropa completamente encharcada, no hacía falta ser muy listo para saber que me pondría enferma. James y Hachiko hicieron un pequeño hechizo para que entráramos en calor, junto a nosotros había una pequeña hoguera y nos sentamos a su alrededor.

-Deberíais quitaros la ropa-sugirió James.

Mi cara reflejaba indudablemente un estado de incredulidad, no me atreví a mirar a Jack pero estaba segura de que él tenía la misma cara que yo. Al pensar esto empecé a estar un poco más aliviada pero, aun así tenía muchísima vergüenza y era un completo desconocido. De repente me empecé a sentir acalorada, posiblemente mi cara estaba cambiando de color en ese momento. Miré a James preocupada sin embargo él me sonrió.

-No tengas vergüenza mujer que hay confianza.

-Papá, intenta comprenderla- dijo Hachiko en mi defensa.

-Pero es que se va a poner mala.

-Se lo quitara si quiere, no la atosigues diciendo que se va a poner enferma.

-Está bien, está bien- dijo finalmente resignado

Yo aun les miraba atónita, la hija había vencido al padre, nunca sería capaz de agradecérselo lo suficiente. Hachiko, quien ahora estaba entre su padre y Jack, me sonreía como símbolo de la victoria, al verla no pude evita sonreír yo también. A la mañana siguiente seguramente tendría muchísima fiebre, pero al menos me había evitado pasar vergüenza.

No sabía si era por la humedad o por que pero lo único que me apetecía era dormir. Me dejé caer al suelo y a los pocos segundos me quedé dormida.

Me encontraba en un lugar completamente oscuro, me resultaba curiosamente familiar, miraba a mí alrededor pero no veía nada. Comencé a escuchar un voz, era una chica.

-Ayúdame.

Aquella situación cada vez me sonaba más, y aunque me costó, conseguí recordarlo: de esa manera se había comunicado David conmigo en el hotel, peor ahora no hablaba él, era una chica sin embargo no podía distinguir bien su voz, sonaba algo distorsionada y al estar tan oscuro no era capaz de distinguir ninguna figura en aquel tranquilo lugar.

Abrí los ojos, aun no había amanecido, Hachiko dormía a mi lado y un poco más alejado estaba Jack roncando, sin embargo no había ningún rastro de James ¿dónde se había metido? No le veía pero tampoco le di mucha importancia, James solía desaparecer en ocasiones, quizás era para cazar. Cerré los ojos y me dejé caer de nuevo al suelo para dormir algunas horas más, sinceramente las necesitaba, hacía ya algún tiempo que no dormía de una manera decente. Un grito fue lo que hizo que me despertara, era Jack, Hachiko le estaba persiguiendo con un cubo de agua ¿de dónde sacaría el cubo? Preferí no preguntar. Como ya había supuesto, James había regresado, miraba a Jack y a Hachiko riéndose a carcajadas mientras decía.

-Venga Hachiko deja al pobre muchacho.

sábado, 25 de julio de 2009

The Past Returns(Part.1)

Observando de nuevo mi móvil, vi como tenía muchas llamadas y mensajes. Las llamadas debí haberlo supuesto, eran de mi madre, seguramente ya habría llamado a la policía y hubiera denunciado mi desaparición, era demasiado previsible. Sin embargo, los mensajes no sabía de quien eran, me llevé una gran sorpresa cuando leí el nombre de quien los enviaba: Miriam. A pesar de todo lo que la había hecho, quería saber algo de mí. Estaba realmente feliz, aunque a la vez triste al leer aquellos mensajes, estaba preocupada. Todos los mensajes eran iguales, preguntaba que dónde estaba, que la llamara… pero hubo un mensaje que me llamó la atención, me asustó:


“Al, vuelve, tengo miedo, creo que... me quieren matar”.


A partir de ese mensaje, todos volvían a ser iguales

Hachiko, que ahora iba junto a su padre, supo de alguna manera que yo no les estaba siguiendo. Padre e hija se pararon, unote ellos vino hacia mí, era Hachiko, su forma de caminar era inconfundible. Me pasó la mano por el hombro tratando de consolarme aunque no sabía que me pasaba. Yo, ahora que tenía el rostro hundido entre mis manos, sentí que debía volver con ella pero ¿y David? Debía elegir a quien quería salvar. Hachiko me retiró las manos de la cara.

-¿Qué ocurre?

-Miriam… van detrás de ella, la quieren matar.

-¿Cómo sabes eso?- preguntó James acercándose rápidamente.

Le enseñé los mensajes queme había enviado Miriam.

-Marluxia- susurró.

A pesar de lo bajo que lo dijo fui capaz de escucharle, aun no entendía que tenía esa mujer contra mí, no la había hecho nada. Cerré las manos con fuerza mientras me mordía el labio inferior, la furia, el odio que sentía por dentro… hicieron que Hachiko se alejara de mí. No la iba a hacer nada, yo no era una persona agresiva, solamente tenía ganas de gritar. James se acercó un poco más hacia mí.

-Estará bien no te preocupes, siempre hace lo mismo. No la hará nada, confía en mí.

Quería creerle pero… me resultaba muy difícil. Ella era muy poderosa, y quizás para hacernos escarmentar… no, no debía pensar eso, tenía que creer a James, al fin y al cabo él era la persona que mejor la conocía.

Recordé entonces las llamadas de mi madre, por Miriam no podíamos hacer nada de momento, pero a mi madre podía tranquilizarla con una simple llamada. Dieron varios tonos pero no lo cogió, supuse que cuando viera mi llamada me llamaría.

No me sentía bien, así que me senté en el suelo con la cabeza hundida en las piernas. Hachiko se sentó a mi lado mientras James iba a por un poco de agua.

-¿Aun la quieres?

-¿Cómo lo…?- comencé a decir, pero no me dejó acabar.

-Me lo contó mi padre.

-Oh… bueno creo que parece obvio que sí.

-Ya verás como no le ha pasado nada-dijo con una amplia sonrisa.

-Eso espero.

En ese momento llegó James con agua fría, cuando fui a levantarme para cogerla Hachiko me lo impidió. Cuando la miré ésta negó con la cabeza, cogió ella el frasco y me lo entregó. Bebí un trago largo de agua y me eché un poco por la nuca y por la frente, después de esto me sentía algo mejor, lo suficiente como para continuar andando algunas horas más, pero al estar anocheciendo decidimos quedarnos allí hasta que amaneciera. Antes de dormirme apagué el móvil, tenía que proporcionar bien la batería por si me llamaba mi madre o tenía más noticias de Miriam.

Tal y como habíamos acordado al amanecer nos pusimos en marcha, esperaba que no tuviéramos ningún percance, aunque tal y como estaban las cosas estaba muy difícil.

Aquel día Hachiko y James no paraban de hablar, yo sin embargo, me puse a pensar en Jack ¿realmente era una mala persona? Recordé la conversación que tuvieron él y Marluxia, y en especial una frase:

“Como no lo cumplas, ya sabes lo que pasará”

Todavía no habíamos avanzado mucho, quizás un kilómetro, y esa duda me estaba matando por lo que decidí que debía averiguar que había pasado.

-¡Chicos esperad, volveré en seguida!-grité mientras corría en dirección contraria

-¿Dónde vas?-preguntó James asustado.

-¡No seas loca!-gritaron ambos

Cada vez corría más deprisa pero, no pude superar la velocidad de un vampiro.

-¿Dónde te crees que vas? Las cosas cada vez están más difíciles… podrían matarte.

-Me da igual, Jack no es malo, solamente estaba amenazado por Marluxia. Cuando les escuché Marluxia le dijo: “Como no lo cumplas, ya sabes lo que pasará”

Al escuchar esto James comprendió mi reacción, en cuanto llegó Hachiko nos fuimos los tres a la posada.

Cuando llegamos todo estaba exactamente igual, hasta Jack quien seguía encajado en la pared. James se acercó a él y le ofreció un poco de agua, estaba casi muerto. Una vez que vimos que al menos respiraba, James le sacó de aquel agujero y le echó en una cama. Jack aun estaba agonizando, el impacto debió haber sido tan fuerte que seguramente tendría algo roto, pero James no perdió ni un segundo en hacerle un interrogatorio.

-¿Con qué te ha amenazado Marluxia?

-¿Cómo lo…?

-No importa como lo sé, simplemente dilo.

-Mi familia… dijo que si os retenía aquí me la devolvería.

Todos mostrábamos cierto arrepentimiento por habernos comportado así, el sentimiento de culpabilidad se había hecho dueño de nosotros en aquel preciso momento, si hubiéramos estado en su lugar seguramente habríamos hecho lo mismo. Jack apenas podía respirar, no podía mantener los ojos abiertos. James miró a su hija y ésta colocó sus manos sobre el pecho de Jack, susurraba unas palabras que era incapaz de descifrar. Unos minutos más tarde, Jack abrió los ojos del todo y se incorporó, como si no le hubiera pasado nada. Al ver mi cara de sorpresa, James se acercó a mí y me susurró.

-Hachiko aprendió algo de magia cuando era pequeña.

Mirado a sus padres era normal, los dos eran unos poderosos archimagos, aunque al final tomaran caminos distintos. Jack estaba aun más sorprendido que yo, a pesar de haber tenido contacto con Marluxia parecía que jamás había visto hacer magia. Luego pensé que quizás no fuera tan raro, seguramente no le mostró su poder. Jack se tocó el pecho asustado.

-¿Qué ha pasado?-dijo temblando de terror.

-En pocas palabras… te he curado-respondió Hachiko.

-¿Te vienes con nosotros? Recuperaremos a tu familia.-dijo James.

Jack miró a James con los ojos llenos de lágrimas y asintió. No sabíamos si serviría de algo, pero si James le había ofrecido venirse con nosotros sería por algo. Sin demorarnos demasiado salimos de la posada de nuevo. Jack nos contó como Marluxia llegó y se llevó a su familia, tal y como lo contó fue realmente trágico.

viernes, 24 de julio de 2009

Marluxia y Hachiko

Hola!!

Bueno como necesito un poco de tiempo para seguir subiendo, hoy os voys a hablar de dos de los personajes ya que hace mucho que no lo hago.

Marluxia es una archimaga que por culpa de la ambición abandonó a su familia. Ella fue pareja de James y con el tuvo a Hachiko. Ahora los tres se han encontrado de nuevo y sigue renegando de su hija. En el pasado tuvo un lado bueno y fue por ese motivo que James se enamoró de ella, y aun ahora sigue pensando que lo tiene.

Hachiko, como ya he dicho antes, es la hija de James y Marluxia, ella sufre por no ener el amor de su madre pero no por eso está mal criada. Aprendió de su padre algunos hechizos que ahora le son muy útiles. Ella porta siempre un hermoso arco con un carcaj lleno de flechas, ese arco no es de Hachiko propiamente dicho, se lo está guardando a una persona que fu muy influyente para ella durante su infancia. Pero... la cosa no acaba ahí, Hachiko dará muchas sorpresas en la historia...

Aquí acaba mi entrada de hoy ^_^.

Muchos besakos y recordada Hakuna Matata!!

jueves, 23 de julio de 2009

The First Battle(Part.3)

Bajé pero no encontré a Jack, en realidad no encontré a nadie, aquella sala estaba completamente vacía. Viendo el panorama que había subí las escaleras y busqué a Jack por todas las habitaciones, todas estaban vacías, no se escuchaba ni un pequeño ruido. Estaba a punto de regresar a la habitación cuando escuché algo, eran unas voces que me resultaban muy familiares.
-No se cuanto tiempo podré retenerles, el hombre se despertará en seguida.
-Da igual lo que hagas, no se pueden marchar, deben permanecer aquí hasta que yo te lo diga ¿entendido? Y… como no lo cumplas, ya sabes lo que pasará.
-Si señora Marluxia.
¡Marluxia! ¿Qué estaba haciendo ahí? Se suponía que estaba sin energía. Lo que me pilló desprevenida fue que no me esperaba que Jack trabajara para ella, parecía un hombre normal. Me quité las zapatillas y regresé corriendo a la habitación donde estaban James y Hachiko. Los dos parecían tener un aspecto saludable en ese momento mientras conversaban, todo cambió cuando vieron mi cara.
-¿Qué ocurre Al?- preguntó Hachiko alarmada.
-Marluxia está aquí.
-¿Qué?-gritaron ambos.
-Estaba hablando con Jack, parece ser que él trabaja para Marluxia.
-Debemos irnos-comentó James.
-No papá, no está en condiciones de andar.
-Hachiko, no puedo luchar contra ella ahora, no tengo fuerzas.
No protestó más a su padre, sabía que llevaba razón pero tenía miedo de que no nos diera tiempo a escapar.
Abrimos la puerta y ahí estaba Jack, impidiéndonos salir, parecía que conocía nuestras intenciones. Hachiko intentó escapar pero Jack fue más rápido.
-Vaya ya estás despierto, que alegría.
- Si, gracias por tu hospitalidad pero… debemos irnos ya.
-¿Qué prisa hay? Permitidme que os invite a algo a los tres para reponer fuerzas.
Aquellas palabras realmente parecían sinceras aunque no nos dejamos engañar, sabíamos muy bien lo que planeaba. James posó una sufrida mirada sobre mí, me estaba dejando a mi la responsabilidad de encontrar alguna manera de escapar, pero negué con la cabeza haciéndole entender que no sabía que hacer. James aprovechó mi respuesta para contestarle.
-No gracias, tenemos prisa.
-¿Tanto importan cinco miserables minutos?
-En este momento si.
-Esperad un segundo, eso si podéis ¿verdad?
James suspiró y después de pensarlo asintió.
Jack salió disparado hacia abajo, regresó en seguida con una botella en la mano y nos la ofreció.
-Tomad, es un té casero para el camino.
James acercó la mano con la intención de cogerla pero rápidamente le aparté la mano de un golpe.
-Mi madre me ha dicho siempre que no acepte cosas de desconocidos-dije con una sonrisa pícara.
-Gracias pero no tomamos té, ahora déjanos pasar- dijo James para suavizar el ambiente.
Jack se mordió el labio inferior, estaba nervioso, se estaba rindiendo. En un momento de despiste Hachiko consiguió escaparse pero James y yo continuamos frente a Jack a quien parecía que se le habían agotado las ideas. Nadie decía nada, Jack continuaba sin dejarnos pasar, comenzamos a impacientarnos. James no quería mostrar su verdadera fuera, pero no tuvo más remedio que hacerlo, dio un fuerte empujón a Jack rompiendo las débiles paredes de aquella estancia. Por fin podíamos avanzar, Hachiko nos esperaba sentada en las escaleras. Debíamos haber huido deprisa ahora que podíamos sin embargo, James no pudo evitar mirar a Jack que estaba casi inconsciente.
-Lo lamento.
-Tranquilo, has hecho lo correcto- dijo casi sin voz.
Al acabar aquella frase se quedó profundamente dormido. Ya sin interrupciones y con James recuperado casi del todo salimos de la posada. Una vez fuera, me estiré y metí las manos en los bolsillos, entonces toqué algo… ¡mi móvil! Había estado tanto tiempo ocupada que ni me había acordado de él. Cuando lo saqué vi que estaba sin batería, hubiera sido demasiado raro que hubiera tenido algo de batería. Hachiko me agarró por la espalda, me dio tal susto que tiré el móvil al suelo. Cuando miré a Hachiko, se agachó y recogió los pedazos.
-Lo siento mucho Al.
-No pasa nada-dije con una sonrisa.
En realidad no la mentía, no tenía batería por lo que no me servía para nada.
James había seguido andando, pero regresó al ver que nos habíamos parado. Al ver el problema cogió el móvil y con un resplandor surgido de su mano consiguió reconstruirlo. Abrí la boca de asombro y cogí el móvil, aunque lo que más me sorprendió es que la batería estaba llena. Cuando James vio mi reacción soltó una carcajada.
-¿Sorprendida eh?
James se giró y como el problema había sido solucionado volvió a caminar de nuevo

miércoles, 22 de julio de 2009

The First Battle(Part.2)

-Lo sé, pero debería haber quedado ilesa.

Se subió una de las mangas de su camisa, y ahí se encontraba una marca, era una herida que estaba cicatrizando. Me sentía un poco mal por ello, tenía esa herida por mi culpa.

-Vamos chicas, no tenemos todo el día- gritó James.

El sol ya nos rozaba con sus rayos, habíamos pasado la mayor parte de la noche caminando, no podía más estaba realmente agotada. Hachiko permitió que me apoyara en su hombro para avanzar un tramo más.

-¿Tú no te cansas?- pregunté asombrada.

-Claro que sí, pero he entrenado mucho y tengo más resistencia.

Mi amigo se dio la vuelta y al ver mi estado decidió que nos quedáramos allí un tiempo descansando. Al escucharle me tiré al suelo e intenté dormir un poco para recuperar energías, tardé realmente poco en caer en un profundo sueño.

Desperté varias horas después, la primera imagen que me encontré fue a James y a Hachiko fundiéndose en un tierno abrazo. Me levante y tratando de no ser muy maleducada me acerqué a ellos, quienes me esperaban con una amplía sonrisa.

Estaba empezando a oscurecer pero volvimos a ponernos en marcha. Había pasado tanto tiempo desde que salí de Madrid que casi se me había olvidado el motivo del viaje, pero en ocasiones, pequeñas situaciones me recordaban que tenía que ir a buscar a David. Anduvimos toda la noche sin novedades, tenía sed y el agua escaseaba por esa zona al igual que la comida. Cuando empezó a amanecer parecía que nuestra suerte iba cambiando, encontramos un pequeño pueblo donde podríamos descansar bien, solo necesitábamos andar unos kilómetros más, según los cálculos de James, eran aproximadamente cinco kilómetros. Ver aquel pueblo me motivó, ahora andaba mucho más deprisa, dejando a mis compañeros atrás mientras se reían.

Sentí que mis compañeros se habían parado, a girarme vi sus cuerpos totalmente tensos y sus ojos fijos en mi dirección. Una mujer apareció delante de mi. Tenía el cabello dorado, vestía una túnica negra que estilizaba su largo y delgado cuerpo, de repente se giró y me miró con atención.

-Hola de nuevo, Al.

Conocía me nombre, sin embargo jamás había visto a esa mujer. Hachiko avanzó hacia la mujer mientras esta me retiraba la mirada con cierto aire de superioridad y miraba a la joven muchacha. Hachiko, ahora con lágrimas en los ojos se tiró sobre ella para abrazarla pero la mujer se retiró antes de que pudiera tocarla.

-¿Qué estás haciendo?- dijo la mujer.

-Te he echado de menos.

-No tenías que echarme de menos niña tonta.

James parecía realmente enfadado en aquel momento, se adelantó poniéndose justo entre su hija y aquella mujer.

-Marluxia no tienes ningún derecho de hablarla así, tu nos abandonaste.

-Tenía otras prioridades.

-¿Otras prioridades?- preguntó anonadado- Marluxia ¿Cuál es una prioridad más grande que cuidar de tu hija?

Me había enterado de demasiadas cosas en un momento y estaba un poco perdida; la serpiente que habíamos visto semanas atrás era ahora aquella mujer tan hermosa y para el colmo era la madre de Hachiko. Cuando tuve toda la información clara en la cabeza comprendí por qué la odiaba tanto James, aquella mujer no debería haber sido la madre de Hachiko ya que es totalmente lo opuesto a ella.

Hachiko se restregaba los ojos con sus pequeñas manos, mientras su madre la lanzaba una mirada amenazante. James continuaba frente a su hija, defendiéndola de su propia madre. Yo, desde mi posición, no sabía muy bien que hacer: podía huir aunque no sería muy eficaz, pues me seguiría allá donde fuera.

Marluxia comenzó a decir unas palabras que yo no entendía; una luz apareció en sus manos y la lanzó contra James y Hachiko pero no les dañó, seguramente James utilizó algún tipo de barrera para evitarlo. En ese momento comenzaba una batalla entre dos grandes magos, y no sabía cuando acabaría. Miré hacia el suelo, Hachiko estaba llorando y tapándose los ojos pues sabía muy bien que de aquella lucha solo sobreviviría uno, no debía ser fácil estar en su situación aunque su madre la tratara de esa manera. Intenté acercarme a ella lentamente y llevármela conmigo, pero para ello tendría que asar entre medias de Marluxia y James. Poco a poco iba acercándome a ella, intentando camuflarme con el entorno, pero no funcionó.

-¡Al, no te muevas de ahí!-gritó James.

Obedecí, no di ni un solo paso más, me quedé clavada en el sitio observando aquella lucha que parecía que nunca fuera a acabar y a Hachiko a la que estaban llevando por el camino de la amargura.

Durante horas se batieron en duelo, ahora sus ataques no eran tan efectivos, aprovechando estos momentos de debilidad Hachiko aprovechó y se acercó a mí. No nos perdimos ni un solo movimiento hasta que Marluxia quedó exhausta.

-Volveremos a vernos.

Gastó sus últimas energías en teletransportarse. Al fin estábamos a salvo, por lo menos de momento. James cayó al suelo quedándose inconsciente al instante. Corrimos hacia él lo más rápido que pudimos, Hachiko aun conservaba lágrimas en su rostro. James estaba vivo pero no podíamos quedarnos ahí, no sabíamos si había más peligros o no en aquel lugar. Hachiko decidió ir ella sola al pueblo al que nos dirigíamos, fue en busca de alguien que nos pudiera ayudar, mientras tanto yo me quedé con James, cogiéndole de la mano para intentar darle fuerza, pero fue inútil, no podía hacer nada por él, solamente esperar.

No había pasado mucho tiempo cuando vi a Hachiko corriendo junto a un hombre bastante joven, al fin teníamos algo de suerte. Cuando llegaron la cara del hombre palideció, se agachó junto a nosotros y le cogió la mano que tenía libre.

-Este hombre… ya está muerto- dijo apenado.

- No se fíe de las apariencias, se puede llevar alguna sorpresa-solté un pequeña risa-. Lo único que necesitamos es un lugar para poder descansar y alguien que nos ayude a llevarle.

Sin hacer ninguna pregunta el hombre asintió y cogió a James. Iba a un paso acelerado, a Hachiko y a mi nos costaba seguirle pero finalmente conseguimos alcanzarle.

El pueblo era bastante pequeño, no se veía a mucha gente en la calle, nos gustó mucho ese factor ya que así nos ahorrábamos el tener que dar explicaciones. El hombre nos llevó a una posada y nos subió a una de las habitaciones dejando a James en la cama.

-Podéis quedaros aquí el tiempo que necesitéis, esta es mi posada, me llamo Jack.

-Encantada nosotros somos Hachiko, Al y James-dijo Hachiko cordialmente.

-Cualquier cosa que necesitéis solo tenéis que pedirlo.

-Muchas gracias-contestamos al unísono.

Jack abandonó la habitación, parecía tener prisa. Miramos a James, se estaba moviendo pero no abría los ojos.

-¿No se supone que los vampiros no duermen?- pregunté.

- Mi padre también es archimalo así que supongo que no está del todo dormido sino que simplemente está relajado.

James comenzó a abrir los ojos, sorprendentemente se incorporó al instante. Miró a su alrededor, no parecía saber donde estaba. Salí de la habitación, iba a avisar a Jack de que James ya se había despertado.

martes, 21 de julio de 2009

The First Battle(Part.1)

Seguíamos a Fran allá donde fuera, sin embargo yo aun seguía sin saber donde estaba nuestro objetivo.
Los días, a pesar de las amenas conversaciones que tenía con James, se me hacían eternos y las noches cortas, me levantaba con el cuerpo tan cansado que parecía que solo había estado durmiendo cinco minutos, constantemente mi cuerpo cansado hacía que nos retrasáramos y aun seguía sin ver nada en el horizonte.
Una noche de luna llena decidí enfrentarme a Fran, en aquel momento me daba igual lo que pasara, pero aquella tensión tenía que romperse cuanto antes. Su cara no había cambiado los últimos días y todas las noches se quedaba mirando al cielo, solamente en aquel momento su rostro que cambiaba, tenía un aire nostálgico. Me acerqué a él con precaución.
-Tenemos que hablar- dije firme a pesar del temor.
-¿Ahora quieres hablar conmigo? Oh, que honor- su tono sarcástico había que el temor que había en mí se reemplazara por furia.
-Fran, déjate de tonterías lo sé todo.
-Ya se ha ido tu “amorcito” de la lengua- murmuró
-Voy a hacer como que no he escuchado eso último. Creo que ya sabes lo que pienso y aunque lo dudes, sigo pensando en Miriam.
- Pero si no paras de coquetear con James, deja de ser tan hipócrita.
-Estás equivocado, yo solo quiero teneros como amigos, a ambos.
La situación se me estaba de las manos, a causa de la impotencia derramé algunas lágrimas, Fran se percató de ello y se levantó. Su rostro triste estaba a escasos milímetros del mío, me quitó las lágrimas con su dedo índice y me abrazó. Casi había olvidado como me sentía cuando Fran me abrazaba, lo echaba tanto de menos… No pude evitar mirar donde se encontraba James, quien nos miraba con cierto aire paternal, al fin y al cabo su comportamiento con nosotros era casi como el de un padre. Se mantuvo al margen, solamente nos miraba desde la distancia. Cuando Fran se separó de mí, su cara volvía a ser alegre, hacía tiempo que no la veía.
Aquella noche dormí entre Fran y James, me alegraba que todo estuviera arreglado ya. Un ruido me despertó en medio de la noche, fue una sorpresa no ver a mis amigos junto a mí. Me levanté estando atenta a cualquier ruido o movimiento sospechoso, pero me descuidé un momento y Fran me asustó. Sus ojos brillaban en la oscuridad de la noche, me agarró la mano y acercó su boca a mi oído.
-Cuando yo te avise, empieza a correr- me susurró Fran
Miré alrededor ¿Qué ocurría? ¿Dónde estaba James?
-¡Corre!- gritó Fran.
No sabía hacia qué dirección correr, mi cuerpo permanecía inmóvil aunque quisiera correr, iba a morir por no hacer algo tan simple como correr. Cerré los ojos y permanecí en el sitio. Pensando que ya estaba todo perdido me sorprendió el empujón que me dieron. Caí al suelo y al abrir los ojos me encontré con una chica que no aparentaba ser mucho mayor que yo, estaba tumbada a mi lado. Su cabello castaño tapaba su rostro, a pesar de ello hubo alguien que la reconoció.
-¡Hachiko!-gritó James
Vino corriendo hacia nosotras, parecía que el peligro había pasado pero Fran no aparecía. James cogió a la chica y le retiró el pelo de la cara, entonces fui capaz de ver lo realmente hermosa que era.
-¡Hachiko!-volvió a gritar.
Comenzó a zarandear su cuerpo inmóvil, hasta que finalmente abrió sus ojos que, para mi sorpresa, eran grises. De ellos empezaron a emanar lagrimas que casi eran de cristal, sus manos se aferraban con fuerza a la camisa de James.
-Lo siento-dijo la chica.
-¿Por qué?
-Por ser tan débil.
La cara de James se descompuso, parecía que él no creía eso pero no se lo dijo, simplemente la abrazó.
Observé todo el lugar desde mi posición, estaba desesperada, pero no encontraba a Fran, llegué a pensar que aquellos que nos habían atacado le habían matado. Puse las manos en mi rostro, si eso era un sueño quería despertar. Escuché unos pasos, quité las manos de la cara con la esperanza de que fuera Fran peor en su lugar vi a dos personas altas y esbeltas frente a mí.
-Al, ¿estás bien?- preguntó James preocupado.
-Si, esa chica… esa chica me ha salvado.
-Lo sé-sonrió- Al, esta es mi hija, Hachiko.
Mi cara cambio completamente, ¿cómo que su hija? No sabía que los vampiros pudieran tener hijos. Debido a sus risas supuse que se esperaban mi reacción. Hachiko extendió una mano hacia mí, y sonrió dulcemente.
-Encantada- dije.
Tiró de mí, y me levanté de un salto, tenía más fuerza de la que aparentaba. Hasta ese momento no me había fijado pero llevaba un arco y un carcaj lleno de flechas, me quedé fascinada. Me acerqué a su espalda y pude observar mejor el arco, llevaba algo inscrito, eran unas marcas que no supe descifrar. James soltó una pequeña risa mientras me miraba.
-Por mucho que lo intentes no lo entenderás, está en lenguaje arcano- dijo James.
-Es cierto, sin una formación previa no podrás leerlo-continuó Hachiko.
Una vez acabadas las presentaciones, mi preocupación por Fran regresó, recorrí todo el perímetro donde nos habían atacado gritando su nombre pero no obtuve respuesta. Caí al suelo rendida y casi afónica, James y Hachiko estaban a mi lado, sus caras no eran muy esperanzadoras así que no me molesté en preguntarles. Solo había dos opciones se lo habían llevado o… la segunda opción me dolía pensarla pero así era la situación, había alguna posibilidad de que estuviera muerto
Hachiko se agachó y me cogió de las manos mientras una leve sonrisa se dibujaba en su cara.
-Ya verás como le encontramos, no te preocupes.
No sabía que le íbamos a ir a buscar, como habíamos malgastado mucho tiempo, la mayor parte por mi culpa, tenía la impresión de que íbamos a ir directamente a buscar a David.
Estábamos preparados para ir a buscarle pero no sabíamos por donde empezar, así que decidimos seguir la ruta prevista, quizás había pasado por allí. James volvió a ponerse al frente del grupo, iba inspeccionando el lugar, mientras yo iba detrás con Hachiko. Cada vez me llevaba mejor con ella, éramos muy parecidas nos estuvimos riendo durante todo el tiempo, pero hubo un momento en el que su cara cambió.
-¿Qué te ocurre?
-Estoy decepcionando a mi padre.
-¿Por qué lo dices?
Se hizo un silencio muy incómodo, pero finalmente contestó algo enfadada.
-Debería ser más fuerte
-Pero si me has salvado la vida
.

lunes, 20 de julio de 2009

Past Story (Part.3)

- Marluxia y yo éramos aliados, era y sigo siendo un archimago, pero… hace tiempo renuncié a ello.
-¿Por qué?
-Mis compañeros se volvieron… como decirlo… muy posesivos. Ansiaban más poder, más dinero… Yo decidí no entrar en su juego y me marché. Ahora la magia es un peligro.
Casi me era imposible creer lo que acababa de escuchar, pero al ver su cara vi como la tristeza fluía en él. Aun así veía que se me escapaba algo.
-¿Hubo algo más entre Marluxia y tu, verdad?
No contestó, por lo que confirmaba mi sospecha.
-Vale. Comprendo.
No esperaba que después de aquello me contestara, pero al fin y al cabo si lo hizo.
-Fue duro pero, ella tomo su decisión y yo tomé la mía
-Aun la quieres
-Pero yo se muy bien qué es lo correcto, no voy a rectificar.
Fran continuaba mirándonos con hostilidad, ero continuaba sin saber el motivo. Conseguimos alcanzarle y avanzamos los tres desde el mismo punto, aun así había algo que nos distanciaba, Fran estaba en su propio mundo.

Llegó la noche, la idea de “acampar” al descubierto no me hacía mucha gracia, después de todo un grupo de archimalos y una vieja loca estaban al acecho.
James ya no temía usar su magia aunque hubiera renunciado a esa parte de su vida, solamente la utilizaba en caso de emergencia y esto lo era: estaba helando. Encendió un fuego sin descuidar sus alrededores, estaba alerta por si nos atacaban. Me acerqué a la hoguera tan rápido como pude, se me estaba congelando todo el cuerpo.
Fran se sentó a mi lado a pesar de que no sentía frío, me puso su chaqueta sobre los hombros mientras James se alejaba con paso elegante. Aunque estuviéramos sentados juntos el único ruido que se escuchaba era el de los animales que rondaban por allí. Después de un largo silencio, Fran comenzó a hablar.
-¿Habéis cogido mucha confianza verdad?
-Si, bueno al final he podido tener una buena conversación con él
-¿Acaso ya te has olvidado de Miriam?
-¿Qué estás queriendo decir?
-Venga Al, no te hagas la tonta
-Te estás pasando Fran.
-¿Qué me estoy pasando?-gritó- eras tu la que decías que sufrías, yo te apoyé y ahora que se te ha pasado me das de lado.
-No sé como puedes pensar así.
Me levanté y me marché de aquel lugar. Tenía frío pero no quería estar en el mismo sitio que él, aun no me creía que después de todo lo que había visto m dijera que me había olvidado de Miriam, no paraba de pensar en ella. Me dolió su desconfianza, sus palabras se clavaron en mi cabeza, “ya la has olvidado” “me estás dando de lado”. Me acurruqué en un lugar alejado de la hoguera dándole la espalda a Fran y me quedé dormida a pesar del frío.
La luz del sol me despertó, me di cuenta de que alguien me había cambiado de sitio, volvía a estar al lado de la hoguera. Fran estaba a una distancia considerable de mi pero James estaba a mi lado, pensativo. Seguían tapados por culpa del sol pero ya era capaz de distinguir sus siluetas. Ambos se percataron de que ya no dormía y me miraban fijamente, noté claramente la mirada de odio de Fran y la amabilidad de James ¿cómo habían cambiado tanto las cosas?
-Tenemos que continuar-dijo James
Me estiré y me levanté lo más rápido que pude, sentía el cuerpo dolorido.
Fran se puso de nuevo a la cabeza del grupo, mientras James y yo nos quedábamos atrás. La mirada de James aquel día era distinta, parecía que se sentía orgulloso de que Fran tomara el mando a pesar de desconocer a donde nos dirigíamos.
-¿Qué le pasa a Fran?- pregunté
-Oh ¿no me digas que no lo sabes?
Miré a Fran fijamente, por si descubría algo pero no fue así. Negué con la cabeza.
-Está enamorado.
Me quedé más pálida de lo que normalmente estaba, me hubiera esperado cualquier cosa menos eso.
-¿Si? ¿Y de quién?
-Al, una pregunta pero, sin ofender, ¿tu eres tonta?
Al escuchar esa frase me di cuenta: era yo. Había sido una completa estúpida, no tendría que haberme comportado así con él, ahora todo empezaba a encajar: estaba celoso de James. Tenía que hablar con él y aclarar las cosas. Quise empezar a correr, pero una mano me retuvo, por más que intentaba escaparme James no me dejaba.
-Mejor que no lo hagas ahora.
Entendí por que lo hizo, en aquel momento estaba enfadado y no sabíamos cual podría ser su reacción.

viernes, 17 de julio de 2009

Past Story (Part.2)

James y yo posamos nuestras miradas en el otro, su cara no era la de siempre, ahora reflejaba pesar, abatimiento… me tiró la planta y levantó su mano en signo de espera.

El suelo comenzó a agrietarse y sin dejar que pasara mucho tiempo se terminó de romper. Una parte del suelo se separó de la otra, James estaba en la que se iba hundiendo. Corrí hacia él para salvarle y le cogí del brazo y empecé a tirar de él, pero el pesaba más que yo y me arrastraba con él.

-Suéltame-gritó

-¡No!

-¡Te matarás!

-Lo siento pero yo no pienso como tú, si veo a alguien que se cae le echo una mano.

-¡Al, esto no puede matarme!, o ¿acaso no lo recuerdas?

-Da igual, te quiero demostrar que me arriesgo por la gente y para que veas que puedes confiar en mí.

James se soltó de mi mano y se agarró en un borde que sobresalía, con un leve impulso llegó justo donde yo estaba. Nadie podría afirmar viéndolo en ese momento que había estado a punto de caer por un acantilado. No tenía ni un rasguño, ni estaba sucio, parecía que acababa de llegar.

La planta estaba en mis pies, pero de repente cuando fui a cogerla desapareció; James me la estaba ofreciendo.

-Gracias, pero no deberías haberte arriesgado tanto para obtener mi confianza, no olvidaré lo que has hecho.

Aunque había estado a punto de morir me sentía feliz, había conseguido lo que me proponía desde un principio: ganarme su confianza.

El camino de regreso a la casa fue mucho menos pesado ya que no había que subir ninguna cuesta además, tuve una buena conversación con James sobre lo que había pasado. Cuando llegamos Fran seguía en la habitación, apartado del resto del mundo, y Margaret estaba esperándonos en la cocina.

-Vaya, lo habéis traído.

-¿A caso lo dudabas?-dijo James.

-Sinceramente… si.

James le echó una mirada amenazadora, me cogió del brazo y nos fuimos a la habitación con Fran. Me tumbé en el suelo mientras James daba vueltas por la habitación, se le veía nervioso. Fran se acercó a él y le paró poniéndole una mano en el hombro, le susurró algo en el oído y James, algo más tranquilo, asintió. Sin pensarlo dos veces me levanté para informarme de lo que pasaba pero, Fran se marchó.

-Nos vamos ya-dijo James.

Me acerqué a él con rapidez y salimos a la vez por la puerta. Desde el accidente en el acantilado, teníamos mucho más apego, ya no se mostraba tan frío y distante como antes. Cuando llegamos a la cocina vi como Margaret había preparado una bolsita con comida para mí, me sorprendió gratamente que me la diera en mano, no era muy común en ella.

Salimos de aquella casa hacia el este, llevaba la bolsa en la mano, nuestro paso era tranquilo, Fran aun no me había cogido así que supuse que no teníamos prisa. Pero eso no evitó que me pusiera a pensar en como estaría mi amigo en ese momento. Al mismo tiempo pensaba en Miriam, ¿qué estaría haciendo? ¿se habría olvidado ya de mí? Me sentía agobiada con esas tontas preguntas, finalmente no pude más y me paré.

Fran dio media vuelta y vino hacia mí. Me sentía totalmente hundida hasta que Fran se agachó y me miró a los ojos. Sus ojos alentadores tenían ciertos rasgos de dolor, parecía que mi propio dolor se estaba reflejando en ellos.

-Anímate-dijo sin apartar la mirada.

Me sonrió calidamente, intentando hacerme pensar que no ocurría nada… y casi lo consigue pero en lo más profundo de mi ser aun conservaba dolor.

Continué andando, esta vez no iba sola, Fran se había quedado a mi lado y caminaba junto a mí, James se encontraba un poco más adelante, nos esperaba algo nervioso. Cuando nos encontrábamos un poco más cerca de él pude observar que sus ojos también estaban algo tristes, pero no me dio la oportunidad de preguntarle el motivo, en cuanto llegamos a él continuamos el viaje.

Mi cuerpo lentamente iba adaptándose a ese ritmo de vida que tendría que seguir durante algún tiempo más, ya no me cansaba con tanta rapidez y mi cuerpo se había acostumbrado a comer poco.

Ya no atravesábamos ningún bosque, era todo campo abierto. Anduvimos durante horas y aunque me había acostumbrado, no podía evitar ser humana. Tenía hambre, entonces me acordé de la bolsa que me había dado Margaret, se trataba de unas galletas que tenían una pinta excelente. Estaba a punto de meterme una en la boca cuando, una mano me retuvo. Era James.

-No te comas eso.

-¿Por qué? Tengo hambre.

-Si tienes hambre, yo cazo algo para ti, pero no te comas eso

-¿Pero por qué?-pregunté casi desesperada.

-¿No quieres morir, cierto?

Al escuchar esas palabras noté como mi cara iba palideciendo lentamente. No creía que me fueran a matar esas galletas, pero si James lo decía alguna razón habría. Rápidamente, antes de que cambiara de opinión, James me quitó la bolsa de galletas y la tiró al suelo. Los animales cercanos comenzaron a acercarse a ella, pero la más rápida fue una ardilla que se abalanzó sobre la bolsa antes que los demás. Cogió una galleta y la empezó a mordisquear. A los pocos minutos, la ardilla murió. Comprendí entonces que eso era lo que James pretendía evitar. Me acordé de Margaret el primer día que la vimos, no era muy simpática pero tampoco pensaba que me quisiera matar.

-Gracias, no sabía…

-Eres una buena persona pero… demasiado confiada. Ten los ojos más abiertos.

James desapareció durante unos segundos, cuando de nuevo le tenía al lado tenía un animal entre las manos. Era otra ardilla, la veía tan indefensa y aun con vida, que tuve que rechazar la comida. Comprendiendo mis sentimientos James la dejó libre.

Fran estaba en silencio, fue él quien prosiguió el camino el primero, nunca había hecho eso ¿se estaría volviendo responsable? Al ver que no le seguíamos nos miró, parecía enfadado, de un momento a otro su humor había cambiado. No entendíamos que le ocurría pero decidimos no provocarle.

El camino con James se me hizo más ameno de lo que esperaba, ya no mostraba ese toque serio, era agradable poder hablar con él

-James ¿puedo preguntarte algo?

-Sabes que sí

-¿Por qué actuaste así cuando apareció Marluxia?

Se quedó más pálido de lo habitual, peor no contestó.

-Por favor, contéstame.

.Yo antes… no era tal y como me conoces… Al, hay cosas de las que no estoy orgulloso.

-Da igual, cuéntamelo.

viernes, 3 de julio de 2009

Past Story (Part.1)

Continuaba en los brazos de James cuando James, bastante más tranquilo, se acercó a nosotros con la intención de que nos fijáramos en aquella casa.

Era una casa pequeña, con muchas ventanas y de un color azul cielo que, en un día despejado, sería muy difícil encontrarla. Lo que más me llamó la atención fueron las violetas que había alrededor de aquella casita. Sin dudarlo, le pedía a Fran que me soltara, a pesar de que desconfiaba un poco de la picardía de mi rostro, cedió a mi petición. En cuanto píxel suelo, salí corriendo hacia aquellas hermosas flores. Con eso demostré que a pesar de mi edad, me ilusionaba como una niña pequeña. Cuando llegué a ellas, escuché como Fran y James me gritaban algo pero no entendía ni una palabra.

-Si fuera tú, no tocaría esas flores.

Me giré. Una pequeña mujer con cara de mal genio me estaba mirando. Aunque no medía más de un metro, me intimidaba con aquella expresión, no sabía que era capaz de hacerme. Me levanté y observé como Fran y James venían corriendo hacia mi.

-Lo siento, no sabía que…

-¿Has cogido alguna?

-No.

La mujer sonrió de manera perversa y se giró. No había percibido hasta ese momento a mis compañeros, al verles suspiró de una manera muy sofisticada.

-Vaya, vaya, vaya… mira a quien tenemos aquí, los chupasangres más guapos del lugar.

-Deja los cumplidos para otro momento, necesitamos cobijo.

Cuando vi que estaba despistada corrí al lado de Fran y James, no me fiaba de aquella mujer. En aquel momento parecía que había cambiado de personalidad ya que, sin hacer ninguna pregunta, aceptó y nos dejó quedarnos en su caso.

Por dentro, la casa era tal y como la había imaginado al ver a Margarett. Nos enseñó una habitación, entre aquellas cuatro paredes permaneceríamos para no llamar la atención. Llevó unas mantas para mí y se quedó parada frente a nosotros, parecía estar esperando algo. James se marchó con ella mientras Fran y yo mirábamos la infinidad de libros que tenía, para nuestra sorpresa todos eran libros de cocina.

Pasaron las horas y James seguía sin venir, comenzaba a aburrirme mucho, así que empecé a hacerle muchas preguntas a Fran, tantas que era agobiante pero todo lo queme contaba me resultaba fascinante.

Cuando llegó James ya había oscurecido, se sentó con nosotros y suspiró.

-Esta mujer un día me matará- dijo bromeando.

-¿Qué quería?-pregunté con interés, mi rostro mostraba más atención que otros días.

-Oh nada importante tranquila.

No me fié mucho de aquella respuesta, si es que se le puede llegar a llamar así, la realidad era que me estaba evitando. Tras nuestra breve conversación se concentró de tal manera que no me atrevía a decirle nada, así que sin decir una palabra me tumbé en el suelo me tapé con una manta y cerré los ojos, pero el intento fue en vano, no conseguí conciliar el sueño, tenía demasiada hambre como para dormirme. Al instante, ignorando si era una casualidad o no, Margaret llegó con algo de comida y se marchó. Como era de esperar no duró ni cinco minutos, cuando mi cuerpo ya estaba lo suficientemente abastecido conseguí dormirme.

A la mañana siguiente Fran tuvo que despertarme, tenía que reconocer que hacía tiempo que no dormía así de bien, y ver un rostro como el de Fran al despertarse lo mejoraba aun más, pues no había adjetivos suficientes para describirle.

-Al, vete con Margaret, te está esperando desde hace rato- miró hacia el techo.- quiere darte algo aunque no se el que.

S notaba demasiado que no era cierto, definitivamente no sabía mentir, aun así no le dije nada, sus motivos tendría. Aun sabiendo que era mentira le hice caso y me fui a hacerle una pequeña visita a Margaret en la cocina. Estaba preparando algo de comida y olía estupendamente. Me acerqué a ella con cuidado para que no se asustara.

-¿Te puedo ayudar en algo?

-No, no toques nada- su tono despectivo hizo queme alejara unos pasos.

Había un taburete junto a la mesa en la que estaba preparando parte de la comida, me senté en él y apoyé los brazos sobre la mesa mientras observaba con detenimiento lo que hacía. Me pareció extraordinaria la manera en la que trataba a los alimentos, como los cortaba, como los lavaba, a pesar de que pareciera tan bruta, los trataba como si se fueran a estropear solo con mirarlos. Comprendí entonces que quizás me parecía fascinante porque nunca me había molestado en aprender a cocinar. Margaret se percató de que no perdía ni un detalle de sus movimientos, una leve sonrisa se dibujó en su arrugado rostro. Dejo los utensilios sobre la mesa y se acercó a mí.

-Si me quieres ayudar, tráeme esto del acantilado.

Me enseñó la foto de una planta con pequeñas flores azules y brillantes.

-¿El acantilado? Lo siento pero n se donde está.

-Dile a James que te acompañe.

No sabía si él y Fran habían acabado de hablar, aun así no contradije lo que me había dicho Margaret, la tenía cierto respeto.

Llamé a la puerta sin saber la reacción de mis compañeros ¿me abrirían?, las dudas desaparecieron cuando la puerta se abrió, tras de ella se encontraba James, seguramente ya sabía lo que le iba a pedir así que no me molesté en decir nada. Fran estaba mirando por la ventana, concentrado en algo así que decidí no molestarle.

Inmediatamente salimos de aquella casa, íbamos directos a una cuesta muy empinada, ya no me sorprendía casi ver a James como si nada, sin embargo yo tuve que emplear todas mis fuerzas. Después de tanto sufrimiento, conseguí llegar a la parte de arriba, tenía la boca seca y las manos sucias, me dejé caer al suelo y suspiré.

-¿Por qué no me has ayudado?-pregunté sofocada

-Debes aprender a levantarte tu sola pase lo que pase, siento no haberte ayudado pero tienes que comprender que era por tu bien.

Agaché la cabeza resignada, apenas tenía fuerzas para hablar como para ponerme a discutir con él. Juntando todas las fuerzas que me quedaban me levanté y miré que desde ahí se veía el mar, todo el horizonte estaba recubierto por una capa azul con destellos anaranjados por el sol, conseguí escuchar como las olas rompían contra el acantilado que se encontraba ante nosotros, y no era precisamente un sonido tranquilizador, lo escuchaba tan cerca…

Me acerqué a los límites de aquel trozo de tierra con la intención de buscar aquella planta mientras James se quedaba parado mirando con tranquilidad el horizonte. Por más que la buscaba no la encontraba, y el cansancio tampoco ayudaba a su búsqueda.

-James, no la encuentro ¿me ayudas?

-Si no hay más remedio-dijo entre dientes.

James se colocó justo en el lado opuesto en el que yo estaba, se tomaba su tiempo para encontrarla pero finalmente lo consiguió, quizás ese era mi problema que la quería encontrar enseguida. Vi como la sostenía entre sus manos y me la mostraba. Anduve hacia él con cierta rapidez cuando escuché un pequeño crujido. Me paré en seco pero, al comprobar que no ocurría nada continué andando, esta vez más despacio, pero lo volví a escuchar, está vez fue un sonido más fuerte.

The Forest (Part.2)

-Por lo que ha llegado a mis oídos… no se siente orgulloso de su pasado, no te puedo decir más- dijo apenado-posiblemente cuando tenga más confianza te lo cuente.
Fran se marchó de nuevo con James, supongo que era para dejarme dormir, pero no lo conseguí. Estuve dándole vueltas a lo que me había dicho Fran ¿cuándo tendríamos más confianza James y yo? La paciencia no era mi fuerte, me moría de ganas por saber que había ocurrido.
Una vez había amanecido, Fran y James estaban sentados de manera tranquila charlando, en esta ocasión parecía algo más entretenido, pero yo seguía sin poder moverme. Pensaba que al pasar la noche la parálisis se iría, pero no fue así, así que pensé en como acercarme más a James, necesitaba alguna razón para que confiara en mí.
Percibieron que estaba despierta y me miraron al mismo tiempo intensamente, su rostro reflejaba un aire divertido. Intenté mantenerles la mirada, pero demostraron la fuerza que tenían en la mente, no podía seguir mirándoles, comencé a reírme a carcajadas.
Los dos vampiros se miraron.
-¿Qué ocurre Al?-preguntó James.
No contesté, unas lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro de la risa.
-¿Tenemos cara chiste?-preguntó Fran.
-Si, la verdad es que sí.
Al dar esta respuesta, los tres nos reímos al unísono, era la primera vez que me reía tanto desde que me marché de Praga, desde que dejé a Miriam. Su recuerdo hizo que mi cara cambiara, Fran se acercó a mí y me abrazó. Agradecí que estuviera allí, apoyándome en mi decisión.
A pesar de la frialdad de su cuerpo, su abrazo fue cálido, como siempre, no sabía como lo hacía, pero conseguía que me sintiera a gusto, le consideraba mi hermano. Aun que resentía a gusto, el recuerdo, la pasión, los sentimientos… todo aquello que tenía relación con Miriam no iba, y mucho menos la culpabilidad.
Fran me levantó y me acercó a James, quien estaba pensativo, con la mirada perdida en el horizonte. Cuando me vio tumbada a su lado reaccionó de un modo inesperado, parecía que había visto un fantasma, su mirada que antes estaba perdida ahora se posaba en mí con intensidad.
-Ahora ella… es igual- dijo James.
Fran me miró del mismo modo que James, sin embargo en vez de confirmar lo que pensara James puso cara de no comprender nada.
-¿Igual que quien?
-Hachikou.
-¿Quién es Hachikou?-preguntó Fran.
-Oh, nadie…-dijo James agachando la cabeza.
Permaneció durante un momento con la cabeza agachada y después se alejó unos metros de nosotros.
Por la manera en la que le miró Fran, parecía que pensábamos lo mismo, esa tal Hachikou era parte de su pasado, ese que quería ocultar, en aquel momento comprendí por que, le dolía.
Cuando James estaba lo suficientemente lejos de nosotros, sin saber como, el entumecimiento de mi cuerpo desapareció. Fran me miró con alegría y a los pocos minutos estábamos los dos saltando como un par de niños pequeños. Poco a poco, y sin prestarle mucha atención, estaba cogiendo mucha confianza con Fran, nunca imaginé que en un viaje podría encontrar a un buen amigo y a un amor. Estuvimos durante unos minutos saltando y gritando hasta que vimos a James llegar corriendo asustado, había confundido gritos de terror con gritos de alegría. Cuando descubrió lo que verdaderamente ocurría, se acercó a nosotros y dejo:
-Menos mal, ya estas bien.
Su cara mostró un gran alivio y mostró una sonrisa en aquel rostro tan maduro. Fran seguía entusiasmado y yo continuaba dándole vueltas a lo que había ocurrido, los misterios de James… todo se iba acumulando.
James se alejó con Fran, de nuevo no sabía lo que decían, eran extremadamente silenciosos. No quise forzar más el oído, sabía que no conseguiría nada. Comencé a mover los brazos y las piernas, echaba de menos aquella movilidad y solo había sido un día el que había estado sin poder moverme. Mientras movía el cuello, vi una serpiente en uno de los árboles, era uno de los pocos animales que había avistado en el bosque.
Quería avisar a mis compañeros cuando les vi detrás de mí en posición de defensa. Fran sacó una daga de su cinturón y me la lanzo ¿pretendía que luchase? Solo era una serpiente, me quedé mirado la daga, no sabía muy bien que hacer. No valía la pena que luchásemos los tres, era una simple serpiente, además no era ninguna de las peligrosas pero… las miradas de mis compañeros decían totalmente lo contrario. Entonces recordé algo que dijeron: este bosque es peligroso”¿Sereferían ala serpiente? Intenté dejar de pensar tanto y reaccionar, me puse en posición defensiva yo también.
James comenzó a caminar despacio hacia el árbol, tenía el cuerpo completamente tenso.
-¿Qué haces tu aquí?
Me quedé asombrada, acaso… ¿intentaba hablar con una serpiente?
-Eso debería preguntarlo yo- respondió la serpiente.
Tenía los ojos abiertos como platos…la serpiente había hablado pero ¿cómo?
-¿Qué quieres?
-Lo sabes muy bien.
-Vamos a ir lo quieras o no.
-No estés tan seguro.
La serpiente desapareció. El miedo regresó a mi cuerpo, era el mismo que sentía cuando conocí a James.
James cayó al suelo como si de una pluma se tratase. Fran y yo corrimos hacia él. Cuando le vimos la cara estaba exhausto, como si hubiera tenido una gran lucha.
-¿Qué ha pasado?-preguntó Fran
-Estamos en peligro.
-¿Por qué? ¿Quién era?-pregunté.
-Marluxia.
-¿Esa era Marluxia?- dijo Fran- entonces… debemos salir de aquí ¿verdad?
-Si.
Fran tiró de mí y continuamos con el viaje, esta vez íbamos más deprisa, además James parecía aun asustado por el encuentro que había tenido. Fran me llevaba casi volando, al percatarse de ello, paró y me cogió en brazos.
El camino parecía eterno, llevábamos muchas horas corriendo y, aunque yo no hiciera nada, el tiempo no pasaba en balde y comenzaba a tener sueño. Yo no me quería dormir, así que empecé a hablar con Fran.
-¿Quién es esa Marluxia?
-Por lo que me han contado es una archimala muy poderosa.
-¿Esa serpiente zarrapastrosa?
-Shhh no digas eso, nos puede escuchar.
-Oh por favor es una serpiente, la pegas un pisotón y ya está, además ¿desde cuando lso archimagos tienen que ser necesariamente malos?
-Esa historia…mejor que te la cuente James.
Fran, que siempre estaba sonriendo, tenía la cara descompuesta. El asunto era grave, y por mis comentarios parecía que me reía del tema.
Finalmente el sueño me venció. Lo primero que vi nada más abrir los ojos fue una casita con un pequeño pozo al lado, habíamos salido del bosque.