jueves, 24 de diciembre de 2009

Hi Friend (Part.3)

De pronto sentí algo frío en mi espalda, pensé que era James que se acercaba de nuevo a mí, pero no era así. Levanté la cabeza y me encontré con el torso de David a escasos milímetros de mí.

-Lamento haberte preocupado, pero no quería ponerte en peligro-me abrazó- lo he hecho por tu bien ¿me perdonas?

-¿Perdonar? No tengo nada que perdonarte, es más, debería ser al contrario, tendría que haber preguntado yo “¿me perdonas?”, me he preocupado por una tontería.

Nuestros amigos nos miraban sin perder detalle de la situación, como uno de los dos no aceptara las disculpas del otro pronto no saldríamos de allí nunca, pero mi orgullo era demasiado grande así que él fue el primero que se rindió. Dándome por satisfecha regresé con James y Hachi. Kyo pulsó un botón igual al de arriba y el suelo comenzó a ascender.

La habitación continuaba vacía, no había nadie y eso era bastante sospechoso ya que debían saber si o si que estábamos allí, pero nadie había ido a buscarnos. Nos mantuvimos todos en silencio, el único que se movió de su sitio fue de nuevo David. Quien cuidadosamente salió de la habitación. En esta ocasión no me preocupé, regresaría pronto. James me miró, su rostro se mostraba apacible al comprobar mi serenidad, parecía totalmente complacido por la decisión que había tomado, aun así dio un pequeño paso hacia mí.

-Ha ido a por Miriam, pronto estarán aquí.

-De eso estoy completamente segura.

-Me alegra que pienses así, ahora descansa un poco.

Estaba de acuerdo con él, la pesadez que sentía en la espalda se me hacía cada vez más grande a la hora de andar, además las piernas comenzaban a flaquearme. Sin pensármelo dos veces me senté en el mismo sitio donde, anteriormente, Kyo me había contado la historia de su hermano.

Al caminar hacia allí observé como un libro verde esmeralda sobresalía de uno de los estantes, sus letras brillantes que decían “Change” llamaron mi atención. Mi mano se acercaba al libro sola pero alguien me retuvo, David había regresado. Hachi estaba con Miriam quien parecía llevarse muy bien con el resto del grupo, hasta con Kyo, éste había cambiado su expresión seria por una más relajada. Los ojos brillantes de Miriam observaban fijamente mi pelo, vino corriendo hacia mí con los brazos abiertos. Sentí sus débiles brazos alrededor de mi cuerpo mientras unas débiles lágrimas humedecían mi cuello. Intentaba hacerme la fuerte peor como la cosa continuara así yo también me pondría a llorar, estaba realmente aterrada deque le hubiera podido ocurrir algo.

Sus sollozos se clavaban en mi corazón como puñales.

-¿Ha ocurrido algo?

-No sabes… cuanto miedo he pasado-dijo entrecortadamente.

-¿Por qué? Dime ¿qué ha ocurrido?

-Abajo había muchos magos… creía que no iba a salir de ahí viva… que me descubrirían.

Su cuerpo tembloroso me estremeció, sentía que ese miedo lo había causado yo. Sus palabras alarmaron a todos, Hachi miró a su padre con tristeza mientras Kyo se crujía los dedos, David fue el único capaz de disimular su nerviosismo. Se alejó de nosotros como si nada ocurriera, se paró junto a uno de los estantes llenos de libros y al sacar uno, una larga escalera descendió del techo. Era de madera, y parecía vieja, nada segura para subir por ella. Uno a uno mis compañeros fueron acercándose a la escalera y con cuidado fueron subiendo por ella. Cada paso que avanzaba hasta aquella vieja escalera sentía una punzada en la espalda, apenas tenía voluntad para caminar, el miedo me dominaba. Sentía mis manos heladas, el frío que notaba llegó a tal punto que hasta me dolían. Con la ayuda de David me sujeté con una mano con cuidado de no clavarme ninguna astilla, ahora solo tenía que subir pero mi cuerpo no se movía, ni si quiera escuchaba las palabras de mi amigo. David alarmado comenzó a empujarme hacia arriba, impulsándome para que subiera los peldaños, pero en uno de esos empujones mi cabeza dio contra la escalera. Aquel golpe me hizo reaccionar de manera brusca y mi manera de pensar cambió radicalmente., de repente comencé a subir aquella escalera rápidamente ignorando las astillas que podía clavarme.

Hi Friend (Part.2)

La luz se había apagado de nuevo, estaba todo oscuro, afortunadamente sabía que no había ningún obstáculo con el que pudiéramos chocar, el camino estaba libre. James se colocó delante de mí y formó una bola de fuego.

-Esperadme aquí, en seguida vuelvo-dijo.

David agarró mi mano suavemente, por suerte no estaba sola.

Minutos más tarde la luz se encendió, sorprendida observé como James regresaba.

-¡Vaya! ¿Cómo lo has hecho?

-Había un interruptor un poco más adelante.

-¿Un interruptor? ¿Un simple botón?-pregunté frustrada.

-Si, a veces las cosas las haces difíciles tú sola-contestó James riéndose.

Sin volver a hablar del tema, caminamos por el pasillo. Aquel camino duró algunas horas y aun no habíamos encontrado nada. Mi cansancio se hizo notar rápidamente.

-Súbete a mi espalda-dijo David.

-No hace falta, estoy bien.

-No seas terca, no puedes más.

Refunfuñando me subía a su dura espalda, efectivamente no era lo más cómodo del mundo pero al menos no andaba. Cerré los ojos al deducir que ahora aumentarían su velocidad y no me equivoqué. Al percibir que pararon abrí los ojos, todo me daba vueltas así que al dejarme en el suelo inmediatamente me senté. Apoyé la cabeza en las rodillas esperando a que se me pasara, cerré los ojos y permanecí en silencio. Lentamente el silencio fue desapareciendo, debía haberme habituado ya a ello. Alcé la cabeza con cuidado e instantáneamente me levanté.

Frente a los chicos había una puerta blanca, la cual en la parte de arriba tenía un triforce con un cristal azul en medio el cual me resultaba extrañamente familiar. Entonces recordé el colgante, el cristal que le había dado a Miriam era exactamente igual, solo que éste no brillaba parecía un cristal normal y corriente. David se acercó unos pasos y levitó hasta tener a su alcance aquel cristal agrietado. James le miraba con total naturalidad, sin embargo a mi me costaba pestañear.

Descendió lentamente hasta tocar el suelo, aquel movimiento se podía describir solo con una palabra: elegante. David abrió la puerta con cuidado, el peligro en aquel lugar aun no había pasado. James agarró mi mano y tiró de mí hasta que finalmente los tres atravesamos aquella puerta. Había olvidado el tacto de James, su frialdad, su dureza… podría haber pensado que era igual que la mano d David pero no era así, la de James parecía haber estado más tiempo sin contacto humano.

Tras la puerta únicamente había una habitación blanca, no era capaz de distinguir nada, es más, tanto blanco me dañaba la vista. Mis oídos no eran capaces de captar otro sonido que no fuera el de nuestros pasos, el eco ensordecía mis oídos, sin duda iba a salir bastante perjudica de allí. Conforme íbamos avanzando parecía que se escuchaba algo a lo lejos, unas voces… al principio poco reconocibles pero poco a poco conseguí averiguar quienes eran. Poco tiempo después, distinguimos las figuras de dos personas sentadas en el suelo, estaban atadas juntas. Sus voces se escuchaban con un tono diferente, debía ser por el eco. Cuando estábamos a escasos metros de ellos nos fijamos en un pequeño detalle, estaban completamente desnudos.

-¡Hachiko! ¡Kyo!-exclamó James- ¿qué estáis haciendo… así? Mejor dicho… ¿qué ha ocurrido?

La mirada de ambos se posó sobre nosotros, nos miraron de arriba abajo y al instante se ruborizaron.

-Ha sido su culpa papá.

-¡Encima que he intentado salvarte!-gritó Kyo- al menos deberías agradecérmelo, hemos acabado así porque eres una inconsciente.

David y James les miraban con cierto aire cómico, sin embargo yo estaba asustada de que aquella discusión acabara mal. David se acercó un poco hacia mí y puso su mano sobre mi hombro, estaba totalmente tranquilo, parecía que no había de que preocuparse por la actitud que tomaban.

Solté un suspiro de alivio que no pasó desapercibido ante nadie, ahora todas las miradas se fijaban en mí pero no duró mucho tiempo, de nuevo el centro de atención eran Hachi y Kyo, quienes seguían con la cara como un tomate. Kyo estaba nervioso.

-Bueno ¿nos vais a desatar ya?-dijo con tono enervado.

-¿Tan pronto?-preguntó James- No sabéis lo divertido que es veros así.

Ambos fusilaron a James con la mirada, no debían estar demasiado cómodos. Ante esa mirada desató a los dos, eso sí, se tomó todo el tiempo del mundo. Una vez liberados, Hachi se cubrió detrás de su padre mientras Kyo cogía la gabardina que le ofrecía David. James tenía puesta una túnica la cual dejó a su hija, al menos ahora estaban tapados. A pesar de estar desatados, las miradas de hostilidad seguían presentes, seguramente había algún problema más entre ellos pero no quería parecer una cotilla, así que no se lo pregunté a nadie y permanecí con la duda. Ya era hora e salir de aquel sitio e ir a por Miriam.

Kyo encabezaba el grupo, pero iba bastante alejado de los demás, si intentábamos ir cerca de él, aligeraba el paso y nos volvía a dejar atrás. Todos íbamos a un paso relativamente tranquilo, como si estuviéramos dando un paseo a lo largo de la habitación.

La puerta era difícil de distinguir al ser toda la habitación del mismo color, afortunadamente a mi amigo no le fallaron sus sentidos y se paró justo delante de ella. Sin detenerse demasiado abrió la puerta y avanzó dejándola abierta para nosotros.

-Al menos no nos ha cerrado la puerta-dijo Hachi con tono despectivo.

-No seas así-replicó James- para él no es nada fácil esta situación.

Uno a uno fuimos pasando por la puerta encontrándonos tras de ella a Kyo sentado en el suelo, nos miró fijamente sin ninguna expresión concreta, todo cambió cuando miró a Hachiko, sus ojos estaban llenos de odio. Se levantó y sin decir nada continuó avanzando.

Seguimos cada uno de sus pasos todo el camino, yo seguía aun sin saber que había ocurrido entre él y Hachi. Agarré el brazo de James con fuerza y tiré de él hacia mí, le miré con firmeza en busca de una respuesta.

-¿Pasa algo malo entre Hachi y Kyo?

-Yo no lo llamaría malo sino… inusual-contestó James

Cada vez que me decían esa palabra un escalofrío recorría mi cuerpo porque, aunque hubiera vivido ya bastantes situaciones “inusuales” siempre me sorprendían. Observé como David se acercaba a nosotros, su rostro estaba algo tenso, hacía leves movimientos con la mandíbula algo extraños. James me colocó detrás de él y ambos vimos como David desaparecía. Me quedé petrificada ¿A dónde había ido? Los malos recuerdos regresaron a mi mente, tenía miedo de que no regresara. La mano de James tocó con cariño mi hombro pero no logró consolarme, pero si lo hizo su mirada alentadora.

-Volverá, no te preocupes.

Sus palabras fueron reconfortantes, él siempre tenía razón por lo que una vez más le hice caso. Ahora que James estaba a mi lado todo se veía con un poco más de claridad. En esta ocasión el camino se me hizo más ameno ya que estábamos todos, o al menos casi todos. Aun desconocía donde había ido mi amigo pero finalmente, cuando llegamos al final del pasillo hizo acto de presencia y, de nuevo, fui la única que se sorprendió. Me separé rápidamente de mis acompañantes, estaba a punto de preguntarle donde había estado pero me arrepentí, no era nadie para exigirle una respuesta

Hi Friend (Part.1)

Aunque ya había atravesado una vez un portal, el efecto que causó sobre mí fue el mismo, me encontraba mareada. David me sujetó para que no me cayera al suelo y agarro mi largo pelo al ver que estaba a punto de vomitar, y no se equivocaba, así ocurrió. Estaba realmente avergonzada, no me atrevía a mirarle a la cara.

-No pasa nada Al, es normal aunque…

¿Aunque qué?

-Deberías cortarte el pelo, será más cómodo.

No se en que estaba pensando ¿más cómodo para qué? Ese no era el momento para cortarse el pelo. Debería haberme imaginado que al no contestarle se metería en mi cabeza.

-Al, esto no ha terminado, para salir de aquí…

-Oh por favor ¿no puedes terminar ninguna frase?

-¡Compréndelo joder!- podrías morir Al, y tengo miedo por eso no acabo ninguna frase, no quiero que mueras y solo el hecho de pensarlo me deja sin habla.

¿Morir? En lo que llevaba de viaje, la muerte no había estado tan presente como en ese momento. El rostro preocupado de David me atravesó completamente, él solo intentaba ayudarme y yo solo se lo agradecía gritándole. Aun mantenía mi pelo cogido, cada vez tiraba más de él, si tiraba un poco más seguramente me lo arrancaría.

-Córtame el pelo-dije apenada-yo sola no puedo.

-¿Qué? Al lo siento pero no puedo… te lo cortaría mal, todo desigualado…

-Me da igual-mentí-córtamelo.

Apartó un poco su chaqueta y sacó de su bota una daga. Su hermosa mirada me decía que no estaba seguro de lo que hacía, y para ser sincera yo tampoco lo estaba pero aun así estaba dejando en sus manos cuatro años de sacrificio. Cogió un pequeño mechón y empezó a cortarlo a la altura de la oreja, sin duda pensé que ese era el principio del fin. Al ver que no continuaba le miré fijamente con la intención de que continuara, y así lo hizo. Lentamente vi como mi larga melena desaparecía, eso estaba siendo demasiado duro para mí. El tiempo se me hacía interminable, cogí uno de los mechones que cían y lo sostuve hasta que acabó, ese momento no fue muy difícil de distinguir.

-Bueno, parece que no ha quedado tan mal-dijo sonriendo.

-Lástima que no me pueda ver.

-Cierra los ojos-dijo mientras me bajaba los párpados.

Sin oponer mucha resistencia, por no decir ninguna, le hice caso. Como él ya me los había bajado simplemente los mantuve cerrados. No sabía lo que ocurriría pero, con todo lo que había vivido hasta ese momento, seguramente no me sorprendería.

-Ya puedes abrirlos.

Al instante de decirlo abrí los ojos de par en par, apenas había acabado de decir la frase cuando veía ante mí un gran espejo, sin duda fue decepcionante me esperaba algo más espectacular. Lo único que me llamó la atención fue mi cambio de look, a pesar de las lágrimas que había derramado, me encantaba ese corte de pelo, no estaban las puntas igualadas ni mucho menos, pero me daban un aire más desenfadado. Me acerqué cuidadosamente al espejo, aunque al principio pudiera parecer un espejo normal no lo era, lo sabía antes de que me lo dijera. Adelanté mi mano para tocar aquel cristal extraño, sin embargo David me lo impidió.

-Cuidado Al, no es de cristal.

-Entonces… ¿qué es?-pregunté con curiosidad.

-Agua, pero no es un agua cualquiera, si tocas esta agua lograrás ver el futuro.

-¿En serio?

-No tengo ningún motivo para mentirte, pero Al, si lo tocas probablemente lo cambies. El futuro es incierto y cualquier movimiento puede llevarlo de un extremo a otro. No hay nada seguro.

¿Cuándo se había vuelto tan filosófico? No quise preguntar, me diría alguna respuesta perfectamente estructurada y repetitiva, así que opté por mantenerme en la ignorancia.

La tentación de tocar el espejo aun no se había marchado, y él lo sabía pues me tenía las manos agarradas ¿de verdad era tan peligroso? De repente caí en la cuenta de algo.

-¿Cómo lo has hecho?- pegunté asombrada ¿de dónde ha salido este espejo?

-Vaya, al fin has reaccionado-soltó una carcajada- era una sorpresa.

-Pero… ¿cómo? ¿Cuándo aprendiste a hacer magia?

-Tuve que aprender para sobrevivir en este lugar.

Cada vez estaba más atónita., parecía que nunca acabarían las sorpresas. Todo el suelo estaba cubierto de mi cabello recién cortado y no podía evitar mirarlo con tristeza. David hizo un pequeño gesto con las manos y el espejo desapareció.

-Vamos, tenemos que continuar.

No recogimos el pelo, simplemente lo esparcimos por el suelo de aquel pasillo con la intención de que pasara desapercibido. Recordaba ese sitio muy bien, tras la puerta que se encontraba al fondo debía estar James. El miedo se adueñó de mi cuerpo por completo, en ese momento lo que más deseaba es que estuviera vivo, ya bastante había tenido con Fran. David siempre iba delante de mí, al igual que James, sus pasos eran grandes y firmes al contrario que los míos que eran cortos e inseguros. Había una parte de mí que no quería atravesar aquella puerta. Todo estaba en silencio. Mi amigo dijo unas palabras mientras tocaba el pomo, y la puerta se abrió de par en par.

James estaba sentado en un rincón, tenía la cara hundida en sus manos, su aspecto era lamentable, pero aun así me encantó ver que estaba vivo.

-Ya era hora de que llegarais-dijo dejando su cara al descubierto.

-Lo siento, hemos tenido unos contratiempos.

-Lo se-una sonrisa apareció en su rostro- menudo cambio has dado Al, te queda muy bien.

Mi rostro comenzó a cambiar de color, ni si quiera fui capaz de agradecer el cumplido. En menos de un segundo, James estaba de pie junto a nosotros.

-No te pongas roja tontorrona- James rió- ya hay confianza.

James y David hablaban muy amistosamente, toda la prisa que teníamos había desaparecido de repente. David se había olvidado por completo de que Miriam estaba sola. Finalmente me leyeron la mente y reaccionaron.

-Debemos darnos prisa en ir a por Kyo y Hachi-dije.

Nos acercamos a la puerta que estaba más alejada de nosotros y David la abrió de la misma manera que la otra. Kyo me había dicho que no era fácil salir de esa habitación sin una llave, sin embargo David con unas palabras había conseguido abrirla.

De nuevo me encontraba en aquella especie de biblioteca extraña, el suelo había vuelto a nivelarse ¿seguirían abajo? Recordé entonces la situación en la que les había dejado, no sabía si era conveniente bajar. Me acerqué al cerco de la puerta, rocé el botón con mis dedos pero no terminaba de pulsarlo.

-¿Estás segura Al?-dijo James con un tono serio.- a ver si te los vas a encontrar ahí… “a lo suyo” mientras Hachi está en un rincón tapándose los ojos- soltó una carcajada.

-James jo no digas eso- volví a ruborizarme-seguramente la mujer ya se halla ido.

No estaba muy segura de mis últimas palabras pero aun así pulsé el botón, tarde o temprano lo íbamos a averiguar. El suelo sobre el que estábamos empezó a hundirse, esta vez estaba preparada para el temblor que produciría al entrar en contacto con el subsuelo.

martes, 3 de noviembre de 2009

Reik’s Castle: 2nd Floor (Part.3)

Al despertar, Miriam estaba agarrada a mi cuello, parecía asustada, sin embargo seguía dormida así que seguramente sería una pesadilla. Hubiera sido bueno que la despertara pero una parte de mí quería dejarla dormir un poco más, probablemente había estado mucho tiempo sin descansar como es debido. No sabía la hora que era, en aquel lugar siempre había la misma luz que hacía que pareciera una cueva. Miriam no tardó demasiado en despertarse, su cara cansada había desparecido, parecía que no habían pasado los meses y que aún permanecíamos en el hotel.
-Lo siento, ahora comprendo por que no podías contarme nada, solo querías salvarle ¿verdad?
-Así es-afirmé- y no quería ponerte en peligro, pero al final te puse en peligro.
-No te culpes Al, yo misma me lo busqué, quería encontrarte y no me arrepiento de haberlo hecho.
Se escuchó como se abría una puerta, alguien venía a por nosotras ¿nos llevarían algo para comer? Ambas cerramos los ojos, intentamos hacernos las dormidas pero Miriam estaba temblando. Los pasos eran delicados, no parecían de ningún guardia, de todas maneras no bajamos la guardia y permanecimos con los ojos cerrados. Los pasos cesaron, volvía a reinar el silencio. Fui abriendo los ojos lentamente hasta que percibí la figura de un muchacho alto de pelo moreno y ojos verdes, estaba de pie al otro lado de las rejas. Aparté a Miriam de mi hombro y me levanté, ella también tenía ya los ojos abiertos. Me acerqué a las rejas, empecé a mirarle fijamente hasta que mis ojos dejaron caer las primeras lágrimas.
-No has cambiado nada- dijo.
-David-susurré-tú tampoco.
De nuevo parecía que el tiempo no había pasado, a pesar de ser un vampiro la calidez humana permanecía en el, yo era capaz de verla en su rostro. Miles de recuerdos vinieron a mi cabeza, recuerdos en los que él y yo nos reíamos de cualquier cosa.
Miriam permanecía sentada detrás de mí, casi sin moverse observaba con emoción aquel momento que con tantas ganas había esperado.
David rozó con su mano derecha uno de los barrotes, la silueta de una puerta se formó delante de mí. Miraba con atención la única separación que había entre mi amigo y yo. Parecía estar viviendo un sueño, un sueño que había tenido durante más de un año. La puerta se abrió e inmediatamente Miriam se levantó y se acercó a mí. Me daba miedo traspasar la puerta, sin embargo Miriam no tenía ningún miedo y salió de la celda. Ambos posaron sus ojos en mí, Miriam mantenía una posición encorvada mientras David me tendía su mano.
-Vamos, no tengas miedo
Adelanté mi mano hasta que pude rozar la suya, ahora estaba fría, agarró mi mano y me acercó a él. Al sentirle tan cerca me puse a llorar otra vez.
-Te he echado de menos, no sabes cuánto me has hecho falta.
-Sí que lo sé, y lo lamento, yo también te he echado de menos- dijo mientras me abrazaba.
Miriam se mantuvo al margen todo el tiempo, posiblemente se sentía incómoda ante esa situación. Cuando me separé de David cogí la mano de Miriam, su rostro cambió, ahora mostraba unos pequeños rasgos de felicidad. David nos contemplaba con una pequeña sonrisa fraternal.
-Me alegro mucho Al.
David me agarró la mano que me quedaba libre y tiró de nosotras. Cuando salimos de aquel lugar nos encontrábamos de nuevo en la entrada del castillo, de pronto recordé todo lo que nos había costado subir aquella infinita escalera. Estaba decidida a subir, ya conocía todas las trampas, pero David me retuvo, no dijo nada simplemente negó con la cabeza. Aún así seguía intentando ir corriendo a la escalera, pero mi amigo me agarraba la mano con fuerza. Observé entonces el colgante que ahora llevaba puesto Miriam, brillaba ahora con más intensidad. Al ver que ahora no quería ir hacia la escalera me soltó. Agarré el cristal con las dos manos.
-¿Por qué brilla tanto?-le pregunté a David por si se le ocurría alguna idea.
-Déjame ver.
Se acercó a nosotras y me quitó el cristal de las manos. Lo miraba con atención mientras lo giraba en sus frías manos. Miriam y yo mirábamos atentamente todos los movimientos que realizaba. El cristal se reflejaba en los verdes ojos de mi amigo, se convertían en una nueva pupila.
-Tiene algún tipo de poder pero… no se por que ese poder va en aumento-dijo mientras dejaba el cristal colgando de nuevo del cuello de Miriam.
-Antes en la celda, cuando Miriam lo sacó de su bolsillo, fue cuando comenzó a brillar.
Mi amigo se mostró pensativo en aquel momento, le había dicho que no había cambiado pero me equivocaba, si que lo había hecho, esa mirada tan dura, no era propia de él. Movió la cabeza y nos miró a las dos.
-Chicas voy a buscar a los demás, no tardaré.
-Yo también voy-dije.
-No, tú debes quedarte con Miriam.
-Yo… me puedo quedar sola.
-De ninguna manera, no os quiero poner en peligro.
-No lo harás, tranquilo.
Sabía que no iba a conseguir convencernos por lo que se rindió rápidamente. Metió la mano en el bolsillo de su larga chaqueta, sacó un pequeño bote con un líquido blanco. Cogió la mano de Miriam y se lo dio.
-Si escuchas a alguien, tomate un poco de esto, serás invisible durante una hora.
-Gracias.
Miré a Miriam a los ojos y la besé suavemente en sus finos labios. Sin motivo aparente dejé caer una lágrima al ver como lentamente me iba alejando de ella.
-Voy a volver, te lo prometo-dije bien alto para que me escuchara.
De nuevo se encontraba ante mí aquella horrible escalera. Recordé la gran ayuda que había sido James, ahora lo tendríamos más difícil. Me proponía a subir los escalones cuando sentí que David me agarraba la muñeca. Su rostro tenía una sonrisa muy amplia. Y a la vez muy pícara, en eso no había cambiado.
-No va a hacer falta
Volvió a meter la mano en el bolsillo, en esta ocasión sacó un bote con el líquido azul.
-Apártate.
Me eché hacia atrás y él tiró el bote al suelo. De inmediato apareció un circulo que me resultaba familiar.
-Un portal-susurré
David me miró y me indicó que fuera hacia el portal. Antes podría haber temido por mi vida pero, ya había vivido aquella circunstancia, así que me armé de valor y fui la primera en pasar.

Reik’s Castle: 2nd Floor (Part.2)

Kyo no era capaz de ver a su hermano, en lo que se había convertido, pero aun así seguía siendo su hermano y James lo iba a matar. El estomago se me encogió de repente y lo único que fui capaz de pensar fue: pobre Kyo pero eso no le repondría. Quería animarle en aquel trágico momento, pero no sabía que palabras eran las adecuadas para no empeorarlo todo. Hachiko se acercó a el y le miró apenada.

-Seguro que James no le mata y hace que entre en razón.

No contestó, simplemente se levantó y esperó a que yo me levantara, ya era la hora de continuar pero ¿por dónde? Solo había una puerta, y era por la que habíamos entrado. Comencé a pensar que era un callejón sin salida. Hachiko se separó de nosotros y encontró algo curioso, en el cerco de la puerta había un pequeño botón, quizás si lo apretábamos nos enseñaría una salida. Apreté el botón y todo comenzó a temblar, cuando me quise dar cuenta el suelo se estaba hundiendo, parecía un ascensor.

En la parte de abajo no había nada, solo oscuridad, pero descubrimos que podíamos avanzar, debía ser una salida a alguna otra parte, pero por mucho que camináramos seguíamos sin encontrar nada, ni si quiera una luz.

-Creo que deberíamos volver arriba Kyo.

-Estoy de acuerdo.

Fuimos a dar la vuelta cuando vimos un pequeño destello al fondo. Miramos atentamente pero no resplandecía nada sin embargo se escuchaban unos pasos, cada vez se escuchaban más cerca. Casi sin pensarlo, agarré la mano de Kyo y la apreté con todas mis fuerzas, estaba realmente asustada.

-Tranquila Al-dijo Kyo

La luz se encendió. Frente a nosotros había una mujer de cabello corto y blanco, parecía una guerrera. El silencio perduró unos minutos, la mujer no se acercaba a nosotros, únicamente nos miraba con sus ojos claros, de arriba abajo. Kyo le mantenía la mirada quieto, pero sin darme cuenta yo iba retrocediendo, cada vez veía a la mujer más distante. A pesar de lo que pudiera pensar, ella no se movía, es más, ni si quiera tenía los ojos puestos en mí, miraba con interés a Kyo. Una pícara sonrisa se dibujó en su cara.

-Kyo, creo que es una trampa- dije lo más bajo que pude.

Aún no sabía que era lo que pretendía esa mujer, pero había que reconocer que era realmente guapa. Se acercó a Kyo con paso ligero. Cogió las manos de mi compañero, las puso en sus caderas y a continuación se desabrochó un botón de la camisa que llevaba. Inmediatamente se lanzó a su cuello como si se tratara de un fiera, pero esta fiera no se lo quería comer precisamente, Kyo ni si quiera se apartó cuando lo hizo.

-Creo que me gusta esta trampa-comentó.

Sabía de sobra como iba a acabar aquello. Poco a poco fui llegando a la zona del ascensor, me había ido alejando tan lentamente que no me había percatado de que me había apartado tanto de ellos. Unos grandes brazos me atraparon por la espalda, debido a mi debilidad por el hambre y el cansancio no opuse resistencia. Lo último que fui capaz de ver fue a Kyo defendiéndose de la hermosa mujer.

Desperté tirada en aquel suelo de piedra que había por todo el castillo, tenía la espalda dolorida, no sabía cuanto tiempo había estado inconsciente. Tres de las cuatro paredes solo constaban de rejas, ni si quiera había puerta ¿por dónde había entrado? Me levanté como pude de aquel incómodo suelo, me acerqué a una de las rejas y comencé a tirar de los barrotes como una loca, pero no salían. Hice lo mismo con todas las barras que me rodeaban.

-No hay puerta, no puedes salir-dijo una voz con un aire familiar.

Una figura agachada se encontraba en uno de los rincones de la celda, me estaba mirando fijamente, la reconocí inmediatamente, aquellos ojos verdes era difícil olvidarlos.

-Hola Al.

-No puede ser-susurré sollozando- Miriam.

Se levantó de aquél oscuro rincón, pude observar entonces la ropa tan andrajosa que llevaba, a saber cuanto tiempo llevaba ahí metido pero, aun conservaba esa belleza tan especial para mí. Se acercó a mí medio encorvada, su paso era lento ¿cuánto tiempo llevaría agachada en ese rincón? Ya frente a mí se irguió por completo, ahora si podía ver su bella figura y mejor aun, la pude sentir. En apenas un segundo se abrazó a mí, echaba tanto de menos esos abrazos, la echaba de menos a ella. Inmediatamente fue correspondida por un abrazo mío. Sus ojos eran un mar de lágrimas, iba a decirme algo pero no la dejé, posé mis labios sobre los suyos y disfruté de aquel momento con todas mis fuerzas. Algo que había desaparecido de mi vida había regresado, la felicidad de estar con la persona que amaba, la situación en la que estábamos la dejé en un segundo plano.

-Al, no podemos salir, solo aparece la puerta con algún tipo de hechizo.

-¿Estamos atrapadas?

-Si, a no ser que puedas avisar a alguien.

Se me pasó por la cabeza el nombre de James pero… ¿habría podido salir de aquel lugar? Nuevamente estaba decepcionada conmigo misma. Nos sentamos una junto a la otra, durante horas hablamos de todo lo que habíamos vivido desde el momento en el que nos separamos, me di cuenta que ella había sufrido mucho más que yo. La sonrisa que ella misma creía pedida ahora estaba a mi lado, recordé entonces lo feliz que era cuando estábamos juntas en el hotel. Metió la mano en el bolsillo de su abrigo, cuando la sacó sostenía un objeto que me era muy conocido.

-¡Mi caja!- exclamé ¿de dónde la has sacado?

-Te la dejaste olvidada en el hotel, estaba segura de que te volvería a ver y la guardé.

Cogí la caja de su mano, al abrirla vi como aun estaba el colgante que había comprado en Praga, estaba nuevo. Lo saqué de la caja pero no me lo puse, se lo puse a Miriam, le sentaba realmente bien a pesar de la ropa.

-¿Por qué me lo das? Es tuyo.

-Quiero que las dos cosas más hermosas del mundo permanezcan juntas.

Una tímida sonrisa surgió repentinamente en su bello rostro, seguido de un pequeño suspiro, ambas estábamos realmente tranquilas en aquel pequeño lugar. El colgante en la penumbra tenía un brillo especial, un brillo que jamás había visto. Mirábamos con admiración el pequeño cristal que nos aportaba una leve luz.

Las horas se hacían eternas sin comida, sin agua y sin mucho espacio para movernos, las piernas se me estaban quedando dormidas. Necesitaba moverme pero cuando fui a levantarme, observé que la cabeza de Miriam estaba apoyada sobre mi hombro, se había quedado profundamente dormida y no quería despertarla. Intenté hacer lo mismo pero alguien me lo impidió.

-En cuanto pueda os sacaré de allí, te lo prometo.

-David ¿dónde estamos?

-En los sótanos del castillo.

-No lo sé Al, debo andar con cuidado, no me dejan mucha libertad para moverme como quiero-dijo apenado- pero no te preocupes, ya verás como no tardo mucho.

No volví a escuchar su voz, el silencio de nuevo me abrumó. Coloqué mi cabeza con la de Miriam, su olor seguía siendo el mismo de siempre, era muy dulce tanto que consiguió que me durmiera junto a ella.

Reik’s Castle: 2nd Floor (Part.1)

Mi paso fue volviéndose más lento por momentos, hasta que me alcanzaron mis compañeros. De nuevo íbamos los cuatro juntos a pesar de que la tensión entre Kyo y yo no había desaparecido, la única que parecía más tranquila era Hachi.
No pude evitar fijarme en que aquel pasillo se iba haciendo más estrecho y las puertas iban desapareciendo, ahora solo quedaba una pared de piedra sin ningún tipo de decoración, había sido solamente una ilusión. Aunque me costara reconocerlo, Kyo llevaba razón. Él, un tipo al que había conocido apenas unas horas atrás, había conseguido lo que nadie había podido jamás, que me tragara mi orgullo. Miré su alargada cara similar a la de un felino, parecía que había visto mi reacción y sonrió, era una sonrisa victoriosa. Ya no tenía escapatoria, me había pillado y ahora esperaría ansioso mis disculpas. James estaba entre Kyo y yo, pasé por detrás de él y me coloqué al otro lado de Kyo.
-Tienes algo que decirme ¿verdad?-la sonrisa no había desaparecido.
-¿Vas a hacer que me arrastre? Si ya sabes lo que te tengo que decir no merece la pena.
-En eso te equivocas, si que merece la pena. Antes me ofendiste con tu reacción pues ahora te ofendo yo a ti al no respetar tu conducta.
-Es decir, lo haces por venganza.
-Si, también se le puede llamar así.
Estaba a punto de disculparme con aquel arrogante cuando un ruido se escuchó al fondo del pasillo. Conforme nos acercábamos el ruido era cada vez más fuerte, no quería seguir adelante, tenía miedo. Kyo me enganchó del brazo y tiró de mí para que continuara, pero mis pies no se movían. El ruido paró y mis pies volvieron a ser capaces de despegarse del suelo.
Una puerta cobriza nos esperaba al fondo del largo pasillo, no estaba muy lejos pero tal y como era mi paso en esos momentos tardaríamos una eternidad. Kyo no dejaba de mirarme, seguía esperando mi disculpa pero yo prefería hacerme la tonta, daba por sentado que pronto se cansaría, y estaba en lo cierto pero no de la manera que yo creía. Volvió a cogerme del brazo, esta vez con más fuerza que antes, y tiró de mí hacia atrás. James no intervino, continuó andando junto a Hachiko. Los ojos de Kyo me miraban con tal odio que me sentía indefensa.
-Mi paciencia se está agotando.
-No se por que- dije manteniéndole la mirada a pesar del miedo que tenía-ya sabes lo que pienso.
-Claro pero, como ya te he dicho antes, quiero escucharlo.
-¿Si lo digo me dejarás en paz?
-Si, te lo prometo- su cara fue relajándose hasta volver a tener la típica sonrisa victoriosa.
-Lo siento, tenías tu razón.
Suspiró
-¿Lo ves? ¿A que no ha sido tan difícil?
Mi mirada llena de odio se posó sobre él quien aún conservaba aquella estúpida sonrisa. Volvió a cogerme del brazo, en esta ocasión apenas noté su mano tirando de mí. No íbamos muy deprisa pero rápidamente alcanzamos a nuestros compañeros. Ya estábamos llegando a la puerta cuando ésta se abrió. Un hombre de estatura media salió de ella. Su cabello largo era bastante lacio y de color azul metálico, vestía una túnica roja de aspecto sedoso con bordados dorados, parecía sacado de un libro. James sonrió tal y como lo había hecho antes Kyo ¿le conocía? El hombre misterioso se iba acercando a nosotros con rapidez, James hizo lo mismo, sin embargo los demás nos quedamos dónde estábamos.
Los dos hombres estaban ya muy cerca el uno del otro, en aquel momento parecían totalmente pacíficos. Estaban uno frente al otro, James era claramente más alto que el otro, pero el desconocido parecía tener más fuerza física que James. Kyo seguía con atención el encuentro de aquellos dos hombres mientras Hachiko se situaba detrás de mí. Sin decir una palabra ambos se dieron la vuelta, no entendía muy bien la situación. Kyo me tocó el hombro y dijo:
-Vámonos.
Cuando dijo que nos fuéramos creía que nos íbamos todos pero estaba equivocada, James no venía con nosotros. No paraba de girar la cabeza una y otra vez por si nos seguía pero siguió parado. Ya en la puerta, eché un último vistazo hacia atrás, su posición no había cambiado. Kyo se colocó detrás de mí y empezó a empujarme.
La siguiente sala parecía una biblioteca, es más, realmente lo era. Las estanterías llegaban hasta el techo, tenían un aspecto bastante antiguo al igual que las butacas situadas en las esquinas. No entendía la decisión que había tomado James. Estaba cansada tanto física como mentalmente y no tenías fuerzas para ponerme a pensar en ello.
-Siéntate un poco-Kyo se mostraba bastante tranquilo.
Ese ataque de amabilidad no sabía de donde había salido pero le hice caso. Estaba totalmente convencida de que iría yo sola, pero me equivoqué, Hachiko y él vinieron conmigo y dejaron que me sentara en la butaca, Kyo se sentó en el suelo junto a Hachi. El aire de superioridad que tenía antes había desaparecido, ahora parecía deprimido.
-¿Qué te ocurre Kyo? Creía que estabas contento por haber conseguido que me disculpara.
No contestó.
-¿Es por ese hombre? ¿Quién es?
-Se llama Mark, es uno de los siervos más débiles de Reik, James lo vencerá con facilidad.
-Entonces ¿por qué estás así?
-Aunque le venza le costará mucho salir de allí sin una llave.
-James es muy listo, ya verás como consigue salir.
Aunque me había contado aquello, algo me decía que le pasaba algo más y que no me lo contaría con tanta facilidad, pero lo intenté.
-Ahora cuéntame el verdadero motivo.
Kyo agachó la cabeza y empezó a sollozar, rápidamente me levanté de la butaca y me senté junto a él.
-Puedes confiar en mí-dije mientras le abrazaba.
Pensé que se separaría de mí inmediatamente pero no lo hizo, sentí de pronto sus brazos alrededor de mi cuerpo mientras sus ojos mojaban mi hombro de lágrimas, no pensaba que Kyo pudiera llegar a ponerse así. A pesar de los problemas que habíamos tenido no soportaba verle así. Su abrazo era cálido, más agradable de lo que pensaba. Se apartó de mí despacio, restregándose los ojos rojos a causa del llanto.
-¿Estás mejor?
-Sí, gracias-su cara aun mostraba rasgos de haber llorado.
-¿Qué pasa Kyo?
-Mark… es mi hermano, y James lo va a matar.
No se por qué pero no me sorprendió tanto como esperaba.
-Él… se marchó para unirse a Reik, le engatusó prometiéndole poder y cedió.

Reik’s Castle: 1st Floor (Part.3)

Finalmente cedí a la propuesta de James. Nos sentamos todos excepto Kyo, quien se mantuvo de pie y alejado de nosotros. Desde que entramos en el castillo, mi mente se había llenado de preguntas y aun no había obtenido la respuesta de ninguna. No me hizo falta preguntarlas en voz alta, en ese momento James me contestó.

-Hachiko tiene una maldición de nacimiento, cada vez que va a un lugar en el que han estado una gran multitud de vampiros se transforma en perro. En cuanto a Kyo… ha sufrido mucho, es un ser muy solitario.

Aquellas respuestas me aliviaron la curiosidad que sentía, aunque sabía que Kyo tenía algún asunto turbio que me ocultaban.

James y yo nos levantamos a la vez, como si estuviera premeditado que en ese preciso momento nos moveríamos. Hachiko siempre iba detrás de mí, al menos tenía el consuelo de que la espalda la tenía bien resguardada. Kyo continuaba guiándonos, las trampas aparecían con más frecuencia y cada vez nos resultaba más difícil superarlas. La actitud de Kyo no había cambiado en ningún momento, en ocasiones me recordaba a James cuando le conocí, quizás Kyo también necesitaba tiempo para confiar en mí. James, en ocasiones avanzaba al lado de Kyo y hablaban de algo, pero no conseguía escuchar nada. Necesitaba hablar con alguien, me estaba volviendo loca tanto tiempo en silencio, pero James iba con Kyo y Hachiko… bueno Hachiko ahora era un perro. Mientras pensaba en ello, alcé la vista y me di cuenta de que ya se veía el final de aquella infernal escalera.

-¡Viva! Por fin se ve el final-grité con entusiasmo.

-Shhh-dijeron ambos.

Por un momento se me había olvidado en donde estábamos y el peligro que corríamos, pero estaba tan emocionada que no lo pude evitar. Lo más extraño es que no se veía a ningún guardia por allí, los únicos que había visto estaban muertos. Corrí escaleras arriba, de fondo escuchaba a James y a Kyo gritar mi nombre pero, no podía parar de correr. En uno de los pasos que di, el escalón desapareció. Me agarré a otro escalón para no caerme.

-Al, no mires abajo, no mires abajo-me dije a mí misma.

James no llegaba, se me empezaban a escurrir las manos y lo único que pasaba por mi cabeza era que si me caía no sobreviviría. Las manos me sudaban más que nunca, no aguantaría mucho más. Una mano calida agarró mi brazo y m ayudó a subir, había sido Kyo quien me había salvado la vida. James no estaba muy lejos de allí, junto a Hachiko. Aun estaba sudando quizás era por el miedo que había pasado.

-No eres nada lista muchacha- me dijo con un tono severo- debías haber intuido que cuanto más cerca estuvieses más peligro correrías.

-Lo… siento.

-Eso no es suficiente, no llego a estar cerca y estarías muerta, James se ha quedado petrificado cuando ha visto que te caías, para él eres como una hija.

Miré a James, se acercaba con un paso lento y cuidadoso, yo debía haber hecho en su debido momento lo mismo pero la euforia me pudo. Su rostro pálido y preocupado se encontró con el mío aterrorizado.

-Tonta-me susurró mientras me abrazaba- no sabes el susto que me has dado.

-No tengo excusa, lo siento debía haber pensado un poco.

-Bueno, vale ya de ñoñerías y vamos a continuar-dijo Kyo.

Ya no quedaba mucho que subir, la euforia seguía en mi cuerpo, sin embargo esta vez controlé mis ganas de salir corriendo. Por primera vez hice lo correcto, no muchos escalones más arriba nos esperaba una trampa igual a la anterior. Terminamos de subir la escalera en unos pocos minutos. Una vez arriba, un largo pasillo se encontraba ante nosotros, era bastante ancho, con puertas a ambos lados. Avanzamos intentando abrir las puertas pero ninguna lo hacía, parecía que estaban pegadas, aun así James y yo seguimos intentándolo.

.No os esforcéis, no se van a abrir-comentó Kyo mientras se alejaba.

-Oh perdón por no rendirnos tan fácilmente-dije con tono sarcástico.

La mirada de Kyo llena de hostilidad, cayó sobre mi de forma amenazante, le había ofendido mi respuesta claramente, pero a mi no me gustaba rendirme a la primera de cambio. James al ver aquella tensión en el ambiente intervino.

-Vamos chicos calmaos, Al es cierto que no debemos rendirnos pero podemos escucharle, quizás tenga razón.

No me podía creer que le diera la razón, indignada me alejé de ellos, avancé algo más de el lugar donde estaba Kyo mientras Hachiko me seguía, seguramente era, a pesar de ser un perro, la única que me daba la razón. Sin parar de caminar, observé como James y Kyo me seguían a una distancia considerable mientras charlaban. Hachiko me miraba constantemente, aunque no hablara sabía muy bien lo que me decía.

-No me voy a disculpar, Hachi.

Mi orgullo era lo más valioso que poseía y nadie me lo iba a arrebatar.

Reik’s Castle: 1st Floor (Part.2)

Un chico pelirrojo apareció de la puerta del medio. Llevaba puesta una camiseta negra de manga corta y unos pantalones verdes anchos, su particularidad era que iba descalzo pero sino, parecía un adolescente normal y corriente. Fue acercándose a mí con pasos silenciosos y elegantes, era realmente agradable verle andar de esa manera. Mientras le miraba, James apareció a mi lado.
-Cuanto tiempo, Kyo- dijo James mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Era la primera sonrisa que mostraba desde hacía tiempo.
-Demasiado diría yo-contestó el chico.
Me mantuve callada mirando a aquellos dos, pero de vez en cuando mi vista se desviaba a Hachiko, todavía no estaba segura del todo de que no me fuera a atacar y muchas preguntas abrumaban mi cabeza. ¿Por qué ahora era un perro? Era preciosa, no lo podía negar, un Hasky, pero había intentado matarme y… hacía unos minutos era una humana.
El muchacho que acababa de llegar me miraba de arriba abajo, casi sin pestañear. El color de mi cara comenzó a cambiar a un tono más rojizo, me sentía incómoda al sentir aquellos ojos marrones tan profundos observándome, como si quisiera descubrir todos mis defectos. James sonrió.
-Es una amiga de David, fue ella la que se puso en contacto con él, su nombre es Al.
-¿Nos servirá de ayuda?
-Por supuesto ¿a caso crees que la hubiera traído si no tuviera posibilidades de sobrevivir?
En aquel momento me sentí como un objeto que podían utilizar a su antojo. Mi rubor desapareció y miré a Kyo. Sus ojos tenían algo que les hacía irresistibles, pero parecía tener muy mal humor, era demasiado serio para lo joven que parecía. Pasó por mi lado, esta vez sin mirarme, y fue directo a las escaleras pero nosotros no nos movimos, ni si quiera Hachiko quien permanecía tumbada a mi lado. James observaba los pasos de Kyo, sus ojos decían que quería seguirle, sin embargo seguía sin moverse.
-¿No venís?-preguntó Kyo- pues así difícilmente le vais a salvar.
A raíz de estas palabras James avanzó de manera acelerada, Hachiko y yo nos quedamos atrás, pero no por mucho tiempo, alcanzamos a James y a Kyo en seguida. Kyo daba autentico terror con algunos gestos.
Los escalones de piedra eran bastante grandes, tanto de largo como de ancho, cabían varias personas en un mismo escalón.
-Bueno, al menos esto es fácil, cansado, pero fácil-comenté.
-No creas que va a ser tan fácil-dijo Kyo mirándome con cierta hostilidad.
Kyo encabezaba nuestro grupo subiendo él primero los escalones, intenté seguirle pero James me lo impidió. Me quedé donde estaba mientras Kyo seguía subiendo. Subía los escalones con lentitud, primero ponía un pie asegurándose que no había peligro. Al pisar uno de los escalones, una llamarada salió de la pared. Mis ojos miraron aquella llamarada con terror, podría haber carbonizado a Kyo, el cual miraba al fuego con frialdad. James, el cual no se había movido de donde estaba, ahora subía los escalones rápidamente hasta ponerse al lado de Kyo, pronunció un hechizo y el fuego se congeló. Kyo volvió a pisar el escalón y otra llamarada apareció haciendo que el bloque de hielo se deshiciera.
-Son más listos de lo que creía-dijo Kyo-pero yo lo soy más. James, hazlo de nuevo.
-Espera-se dio la vuelta- Al, Hachiko, venid.
No hizo falta que la agarrara, comencé a andar y ella me seguía. Nos pusimos detrás de James, quien pronunció de nuevo el hechizo. Al igual que la vez anterior, un bloque de hielo sustituyó al fuego.
-Al-dijo Kyo-¿puedes pasar por encima del hielo?
-Creo que sí.
Me puse delante de todos y comencé a subirme en el hielo. Fue complicado, las extremidades se me escurrían ahí encima y las manos me ardían pero finalmente pude pasar. Uno por uno fueron pasando de la misma manera que yo pero cuando llegó el turno de Hachiko, hubo un problema. Sus pezuñas se escurrían en el hielo y no conseguía pasar, afortunadamente tuve una idea.
-Hachiko, pisa el escalón y salta por encima del fuego-grité.
Me obedeció inmediatamente y funcionó, de nuevo el grupo estaba junto. James y Kyo me miraban atónitos, había sido yo la que había tenido la gran idea. James se acercó a mí y me felicitó, sin embargo Kyo se quedó donde estaba.
-Solo ha sido suerte-dijo al fin.
-Vamos Kyo no seas tan terco, ha sido más lista que nosotros, reconócelo.
Kyo no dijo nada, siguió subiendo escalones al mismo ritmo de antes, mientras nosotros esperábamos a que nos diera una señal para que pudiéramos continuar. Finalmente encontró otra trampa, no había escalón sino una barra por la que teníamos que pasar. Uno por uno, fuimos pasando por la barra amarrándonos a ella excepto Hachiko que dio otro gran salto. Continuamos subiendo del mismo modo durante un buen tiempo, a pesar de lo que subiéramos seguíamos sin ver el final. Estaba agotada pero preferí no decir nada, llevábamos demasiado tiempo deseando llegar al castillo de Reik como para que ahora quisiera descansar. Cuantos más escalones subíamos, más pesados se me hacía subirlos. James me miraba continuamente, a él no podía engañarle, llevábamos demasiado tiempo viajando juntos.
-Kyo ¿podemos parar un poco?-preguntó- Al debe estar cansada.
-Como queráis, a mi me da igual, yo no estoy cansado-contestó con indiferencia.
-No hace falta, aun puedo continuar andando- mentí.
-Al, sabes que eso no es verdad, pero bueno eres tu la que eliges.

Reik’s Castle: 1st Floor (Part.1)

Nunca hubiese imaginado que ese tipo de viajes fuesen tan movidos, me sentía un poco mareada, era como si me hubiera montado muchas veces seguidas en la montaña rusa. Hachiko y James se acercaron a mí y me sujetaron, estaban viendo lo mismo que yo: en cualquier momento podría caerme al suelo.

-¿Estás bien Al?-preguntó James- debí haberte advertido, o sino Hachiko.

-Solo necesito sentarme un poco- dije con la voz algo sofocada.

Padre e hija me ayudaron a sentarme. Poco a poco las cosas dejaron de moverse a mi alrededor, hasta que finalmente todo se paró y pude levantarme sola. Una vez que estaba en pie, alcé la cabeza y abrí los ojos más de lo normal. Un castillo majestuoso se encontraba frente a nosotros. Sus tonos grises eran fríos, muy propio de un vampiro. Tenía infinidad de ventanales por los que podría entrar y salir una persona tranquilamente.

Dos manos frías y suaves me tocaron el rostro desde atrás.

-Vamos-dijo James.

Mi amigo se adelantó mientras su hija y yo nos quedábamos atrás. James se paró y giró la cabeza cuidadosamente, sus ojos inexpresivos nos miraban fijamente, llegué a intimidarme por él, pero antes de que esto ocurriera comenzó a reírse.

-Aquí no tenéis nada que temer… aun.

Un escalofrío recorrió mi espalda, y tal y como actuó Hachiko, a ella le ocurrió lo mismo. Anduvimos hasta alcanzar a James, quién se encontraba frente a un gran portón. Las puertas se abrieron ante nosotros, pero detrás… no había nadie. No desconfié en aquel momento, pensé que había sido James puesto que Hachi no parecía sorprendida de aquello. Con las puertas cerradas, parecía un lugar frío, como si nadie habitara allí desde hacía cientos de años, pero una vez que estábamos dentro no solo parecía frío, había algo más… una sensación de que todo lo que nos rodeaba tenía algo malvado. Hachiko y yo nos cogimos con fuerza la mano, claramente ella tenía más fuerza que yo por lo que apretó de una manera más suave que yo a pesar de estar atemorizada también. James no cambió su expresión seria desde que se abrieron las puertas del castillo, estaba serio, más serio que nunca, casi parecía que estaba enfadado.

-Ya no hay marcha atrás.

Sus pasos eran lentos y silenciosos en aquel lugar, nunca le había visto tan precavido.

Una larga escalera de piedra estaba situada al fondo, estaba anexionada a la pared. Me acerqué a la escalera separándome de James y Hachi, tenía curiosidad de saber lo larga que era, me decepcioné al comprobar que no veía el fin pero al mismo tiempo fue realmente asombroso. No percibí el momento en el que mis amigos se pusieron a mi lado, aun así cuando giré la cabeza ahí estaban.

-No te separes de mí- dijo James mirando a nuestro alrededor.

Hachiko no abría la boca en ningún momento, estaba realmente rara. Su padre la tenía cogida del brazo con fuerza mientras caminábamos hacia el centro de la habitación, parecía que la retenía contra su propia voluntad.

Tres puertas estaban a nuestro alrededor, James se adelantó hacia una de ellas soltando a Hachiko y dejándola a mi lado, más concretamente se acercó a la puerta de la izquierda. Hachiko y yo le seguimos pero James se giró y dijo:

-En seguida vuelvo.

Aceptamos su decisión sin oponernos, nos quedamos allí quietas como dos buenas chicas. De vez en cuando escuchábamos gritos de terror que provenían de la puerta por la que había entrado James. No mucho más tarde, regresó.

-Venid.

Hachiko y yo nos volvimos a coger la mano la una a la otra con fuerza. Atravesamos la puerta con cierto temor y una vez dentro de la habitación, se cerró a nuestras espaldas.

El suelo estaba lleno de gente muerta, seguramente aquella masacre la había organizado James. A nuestra izquierda se había una gran cantidad de antorchas mientras que a la derecha estaba todo lleno de celdas, algunas vacías y otras con cadáveres, pero estaban todas abiertas. James se dio la vuelta y me miró.

-Al, lo lamento- dijo mientras agachaba la cabeza.

-¿Qué ocurre?

Me fijé en las celdas con los cadáveres, me acerqué a ellas una por una y finalmente comprendí que eran los cadáveres de mis profesores, habíamos tardado demasiado respecto a ese tema pero al fin el asunto estaba resuelto. Inmediatamente salimos de aquel lugar, me sentía muy confusa al ver esos cadáveres y el olor a putrefacción me estaba mareando. Hachiko se mostraba realmente nerviosa, James agarraba sus hombros y la agitaba con fuerza.

-¡Hachiko contrólate!-exclamaba James- resiste, yo estoy contigo.

Quería echarle una mano a James pero o sabía si sería lo correcto, no sabía que le pasaba a Hachiko y me estaba agobiando solo con verla.

James salió corriendo de allí soltando a Hachiko, no supe muy bien a donde fue. Hachiko cayó al suelo y empezó a tener convulsiones. Corrí hacia ella para auxiliarla cuando escuché a James en mi cabeza.

-¡Al, vete de ahí ahora mismo!- gritó.

Miré a Hachiko quien seguía con su cuerpo descontrolado pero, algo cambió, ella empezó a cambiar. Su aspecto ya no era el de una hermosa chica sino, más bien, cada vez se parecía más a un perro. Empezaron a aparecer unas orejas puntiagudas, un hocico mojado, un rabo y unos dientes grandes y afilados. Hachiko se levantó de un salto sobre sus cuatro patas y se tiró a mi pierna, desgarró con facilidad mis pantalones, si me mordía de nuevo me arrancaría la pierna. Cuando fue a morderme de nuevo, un golpe de aire la tiró lejos de allí, sin embargo se levantó con facilidad y corrió de nuevo hacia mí. No paré de gritar su nombre para que me reconociera y parara, pero no funcionó, aquel perro seguía corriendo hacia mí enseñándome sus dientes. Ya la tenía casi encima cuando se frenó, conforme pasaba el tiempo cada vez entendía menos su comportamiento.

-Te ha reconocido, buen trabajo- dijo una voz profunda que no reconocía.

Un chico pelirrojo apareció de la puerta del medio. Llevaba puesta una camiseta negra de manga corta y unos pantalones verdes anchos, su particularidad era que iba descalzo pero sino, parecía un adolescente normal y corriente. Fue acercándose a mí con pasos silenciosos y elegantes, era realmente agradable verle andar de esa manera. Mientras le miraba, James apareció a mi lado.

martes, 15 de septiembre de 2009

R.I.P (Part.3)

-Él es un caso especial, los siervos de Reik le convirtieron en vampiro porque si moría, su poder también lo haría.
-Lo hicieron por interés.
-Exacto. Ahora vete a dormir, mañana saldremos temprano.
Sin decir nada más le obedecí. Estaba contenta de haber conseguido información sin ningún tipo de resistencia, pero me sentía confusa al no saber que sería ese poder ni cuando lo podría utilizar. Aun así no le presté mucha atención, decidí obsesionarme con el tema al día siguiente. Cerré los ojos e intenté pensar en otra cosa, de repente empecé a escuchar una voz en mi cabeza, era David.
-Al ¿dónde estáis? Os noto cerca pero… no se cuan cerca estáis.
-No mucho, resiste.
-No se cuanto tiempo más voy a aguantar en este sitio.
La voz desapareció de mi mente. Tras esa conversación el estómago se me encogió, ahora si que temía por mi amigo, quizás cuando llegáramos estarían torturando a David, o quizás algo peor. Quise quitarme esas ideas de la cabeza, debía pensar que todo iba a ir bien, sobretodo debía pensar eso por mi salud mental. Abrí los ojos al sentir a alguien cerca de mí, una persona inmóvil estaba sentada a mi lado, era James, no había duda que había entrado de nuevo en mi cabeza.
-¿Por qué estás tan inquieta?
-¿No lo sabes ya?
-No, te hice caso y no me he metido en tu cabeza.
-He hablado con David- respondí aun sorprendida por como había actuado.
-¿Te ha dicho algo importante?
- Me ha dicho que no sabe cuanto tiempo más va a aguantar allí.
-Debemos darnos prosa-dijo con el rostro serio.
No le faltaba razón, pero Hachiko necesitaba dormir, y no podíamos hacer nada. James se levantó y se alejó un poco de mí, se sentó solo para pensar en la situación. Volví a cerrar los ojos, esta vez nada ni nadie impidió que mi mente se fuera alejando poco a poco de ese sitio y mi conciencia desapareciera durante unas horas.

A pesar de los cambios bruscos de temperatura que habíamos sufrido últimamente, un asombroso sol me cegó para despertarme. Abrí los ojos con dificultad, para mi sorpresa encontré a Hachi despierta, estaba con su padre quien ya vestía su túnica con capucha. Me acerqué a ellos con la intención de saber la hora de la partida pero se me adelantaron.
-Ya era hora- dijo Hachiko- venga, tenemos prisa ¿lo recuerdas?
-Le he contado lo que te dijo ayer David, lo siento no debí hacerlo sin tu consentimiento.
-James, has hecho lo debido, no me pidas disculpas por ello.
El camino aquel día fue entretenido con caídas, bromas, risas… nuestro paso era rápido y ameno, pero James se paró cuando menos lo esperábamos. Susurró unas palabras y un círculo sospechoso apareció ante nosotros.
-Entrad
Hachi se adelantó pero yo no me moví del sitio, James me miraba sorprendido pero ni por eso mis pies se movían.
-Venga Al, entra.
-Tengo miedo.
-No temas, es un portal, solo se puede abrir aquí. ¿Pensabas que el castillo estaría a la vista de todo el mundo?
Parte de razón tenía, sería muy estúpido vivir en un castillo allí, sin ninguna protección y en el que cualquiera pudiera entrar. Como era normal, creí absolutamente en la palabra de mi amigo y avancé hasta el portal.

R.I.P (Part.2)

-No ha dormido en varios días, mejor que la dejemos dormir un poco más pero… ¿y tú? ¿Cómo te encuentras?

-Bueno… al menos puedo hablar y moverme un poco.

La cara preocupada de mi amigo era inquietante, me dirigía a hablar con él cuando Hachiko se despertó, ambos posamos nuestros ojos sobre ella.

-¿Qué tal estás hija?

-Me duele todo el cuerpo.

-Ya me lo imaginaba… si quieres continuamos mañana en vez de hoy.

-¡No! No puedo hacerle esto a Al, debemos salvar a David ¿no?

-Hachiko, no pasa nada por un día- intervine.

-No, de ninguna manera- contestó mi amiga.

No insistimos más, no se debía esforzar demasiado así que la única opción que quedaba para contentar a todos es que James cargara a su hija. Sin decirle nada, James la cogió y, aunque al principio no paraba de quejarse terminó por rendirse y de nuevo se quedó dormida.

El camino que nos deparaba aquel día parecía ser como los anteriores, sin muchas novedades en cuanto al paisaje, pero una vez que anduvimos algunos kilómetros la cara de James cambió, a pesar de estar aun triste por el asesinato de Fran una sonrisa apareció en su rostro. No sabía el por que pero parecía… contento, esperé a que me contara e motivo pero no lo hacía, no me contaba absolutamente nada, simplemente me miraba mientras seguíamos caminando.

-¡Oh por favor James! ¿Puedes decirme que te pasa?- grité.

-Shhhh- señaló a Hachiko.

-Lo siento- susurré- pero dímelo, me estás poniendo nerviosa.

-Mañana llegaremos.

Me paré en seco. Después de tanto tiempo caminando, al fin llegábamos, ya entendía e por que de aquella sonrisa. En ese momento se me pasó por la cabeza que cuanto más recorriéramos ese día menos nos quedaría para el día siguiente. Para no cambiar la costumbre, James se metió en mi mente y al averiguar lo que pensaba no pudo reprimir una carcajada, a causa de ello consiguió lo que habíamos estado evitando, despertar a Hachiko, ésta bostezó y se estiró dándole a James en la cara.

-¡Qué bien he dormido!- exclamó

-Me alegro- dijo James entusiasmado.

James bajó a su hija de entre sus brazos, al principio se tambaleaba en el suelo, parecía un niño dando sus primeros pasos, pero finalmente consiguió mantener el equilibrio. Nos miró a su padre y a mí con cierta sorpresa y no me extrañaba, el día anterior parecíamos un par de almas en pena y ahora teníamos una sonrisa de oreja a oreja.

¿Qué ha pasado mientras dormía?- preguntó con interés- y no me digáis que nada porque no me lo creo.

-¡Hachi, mañana habrá acabado todo!

- Vaya, es la primera vez que me llamas Hachi que alegría pero… ¿Qué habrá acabado?

-Al, no te confundas- dijo James- mañana llegaremos pero… esto no es más que el principio.

-¿Pero de que habláis? No me estoy enterando de nada.

-Mañana avistaremos el castillo de Reik pero, ese castillo es inmenso y tendremos muchos problemas.

La felicidad se esfumó de repente, ahora estaba abatida, me había hecho ilusiones en vano, aun quedaba mucho por hacer. Hachi se puso a mi lado, me pasó un brazo por los hombros y dijo.

-No te desanimes Al, ya queda menos.

¿Qué no me desanimara? Estaba ya harta de andar día si y día también, estaba cansada, hambrienta, apenas distinguía los olores… pero no podía pagarlo con ellos, me estaban ayudando y no tenían la culpa de nada, era yo que era una maldita débil. James continuaba con su manía de leerme la mente ¿algún día dejaría de hacerlo? Me cogió de los brazos y apretó, no muy fuerte pero lo suficiente para saber que sus manos estaban ahí.

-No vuelvas a pensar eso, tu no eres débil, al revés, eres muy fuerte, cualquier otra persona no hubiera llegado hasta aquí- su tono de voz mezclaba enfado y dulzura, sinceramente pensaba eso de mí.

No volvimos a tocar el tema. Hachiko estaba aun medio dormida pero al menos ya andaba recto. En esta ocasión nadie iba delante, los tres íbamos al mismo paso, sin decir nada, hasta que Hachi rompió aquel silencio.

-¿Recordáis el día que empezamos a viajar?

-Como olvidarlo… me salvaste la vida.

-Es cierto, estás viva gracias a mí- dijo riéndose.

James no participaba en la conversación, debía seguir enfadado por todo lo que había pasado por mi mente anteriormente, pero era lo que pensaba y no podía evitarlo. Ellos siempre me salvaban de cualquier peligro, y yo solo dejaba que me salvaran sin poder hacer nada. En esta ocasión James no me dijo nada, no se si fue porque por una vez no había hurgado en mi intimidad o simplemente porque no tenía ganas de hablar, ni si quiera para llevarme la contraria. Hachiko y yo nos mirábamos de vez en cuando y seguidamente mirábamos a James, pero su actitud no cambiaba.

Aquel día habíamos caminado mucho y apenas estaba cansada, al contrario que Hachi que debía tener aun cansancio acumulado y se durmió en seguida. James se alejó de nosotras sin despedirse, parecía que quería estar solo, por lo que no le molesté. Me tumbé al lado de Hachi, observé el cielo cubierto de un gran manto de estrellas, y al mirar la inmensidad de la noche me di cuenta de lo pequeña que era realmente. Aquella noche me infundía un gran sentimiento de soledad… Los recuerdos abordaban mi mente como si de corsarios se trataran, recordé a Fran, esos días en el viaje en los que comenzamos a hablar, cuando me contó todo lo que ocurría. Como una estrella fugaz pasó por mi mente unas palabras referidas a David: “Quieren su poder, el poder que aun no ha utilizado, y que tu también tienes”. Nunca me había detenido a pensar esas palabras. Quizás había aun alguna posibilidad de que pudiera hacer algo para ayudar. Me acerqué con cuidado a James, aunque ya no me importara si quería estar solo o no temía su reacción, aun así necesitaba hacerle muchas preguntas. Justo cuando estaba tras suya no me dio tiempo para hablar, él se me adelantó.

-No te puedo decir nada más de lo que sabes.

-Pero… ¿qué es ese poder?

-Energía, magia… puedes llamarlo como quieras.

-¿Cómo es que tengo ese poder? ¿Cuándo podré utilizarlo?

- La razón no te la puedo decir… en cuanto al momento… ni si quiera yo lo se, todo depende de ti.

-¿Y David?