miércoles, 22 de julio de 2009

The First Battle(Part.2)

-Lo sé, pero debería haber quedado ilesa.

Se subió una de las mangas de su camisa, y ahí se encontraba una marca, era una herida que estaba cicatrizando. Me sentía un poco mal por ello, tenía esa herida por mi culpa.

-Vamos chicas, no tenemos todo el día- gritó James.

El sol ya nos rozaba con sus rayos, habíamos pasado la mayor parte de la noche caminando, no podía más estaba realmente agotada. Hachiko permitió que me apoyara en su hombro para avanzar un tramo más.

-¿Tú no te cansas?- pregunté asombrada.

-Claro que sí, pero he entrenado mucho y tengo más resistencia.

Mi amigo se dio la vuelta y al ver mi estado decidió que nos quedáramos allí un tiempo descansando. Al escucharle me tiré al suelo e intenté dormir un poco para recuperar energías, tardé realmente poco en caer en un profundo sueño.

Desperté varias horas después, la primera imagen que me encontré fue a James y a Hachiko fundiéndose en un tierno abrazo. Me levante y tratando de no ser muy maleducada me acerqué a ellos, quienes me esperaban con una amplía sonrisa.

Estaba empezando a oscurecer pero volvimos a ponernos en marcha. Había pasado tanto tiempo desde que salí de Madrid que casi se me había olvidado el motivo del viaje, pero en ocasiones, pequeñas situaciones me recordaban que tenía que ir a buscar a David. Anduvimos toda la noche sin novedades, tenía sed y el agua escaseaba por esa zona al igual que la comida. Cuando empezó a amanecer parecía que nuestra suerte iba cambiando, encontramos un pequeño pueblo donde podríamos descansar bien, solo necesitábamos andar unos kilómetros más, según los cálculos de James, eran aproximadamente cinco kilómetros. Ver aquel pueblo me motivó, ahora andaba mucho más deprisa, dejando a mis compañeros atrás mientras se reían.

Sentí que mis compañeros se habían parado, a girarme vi sus cuerpos totalmente tensos y sus ojos fijos en mi dirección. Una mujer apareció delante de mi. Tenía el cabello dorado, vestía una túnica negra que estilizaba su largo y delgado cuerpo, de repente se giró y me miró con atención.

-Hola de nuevo, Al.

Conocía me nombre, sin embargo jamás había visto a esa mujer. Hachiko avanzó hacia la mujer mientras esta me retiraba la mirada con cierto aire de superioridad y miraba a la joven muchacha. Hachiko, ahora con lágrimas en los ojos se tiró sobre ella para abrazarla pero la mujer se retiró antes de que pudiera tocarla.

-¿Qué estás haciendo?- dijo la mujer.

-Te he echado de menos.

-No tenías que echarme de menos niña tonta.

James parecía realmente enfadado en aquel momento, se adelantó poniéndose justo entre su hija y aquella mujer.

-Marluxia no tienes ningún derecho de hablarla así, tu nos abandonaste.

-Tenía otras prioridades.

-¿Otras prioridades?- preguntó anonadado- Marluxia ¿Cuál es una prioridad más grande que cuidar de tu hija?

Me había enterado de demasiadas cosas en un momento y estaba un poco perdida; la serpiente que habíamos visto semanas atrás era ahora aquella mujer tan hermosa y para el colmo era la madre de Hachiko. Cuando tuve toda la información clara en la cabeza comprendí por qué la odiaba tanto James, aquella mujer no debería haber sido la madre de Hachiko ya que es totalmente lo opuesto a ella.

Hachiko se restregaba los ojos con sus pequeñas manos, mientras su madre la lanzaba una mirada amenazante. James continuaba frente a su hija, defendiéndola de su propia madre. Yo, desde mi posición, no sabía muy bien que hacer: podía huir aunque no sería muy eficaz, pues me seguiría allá donde fuera.

Marluxia comenzó a decir unas palabras que yo no entendía; una luz apareció en sus manos y la lanzó contra James y Hachiko pero no les dañó, seguramente James utilizó algún tipo de barrera para evitarlo. En ese momento comenzaba una batalla entre dos grandes magos, y no sabía cuando acabaría. Miré hacia el suelo, Hachiko estaba llorando y tapándose los ojos pues sabía muy bien que de aquella lucha solo sobreviviría uno, no debía ser fácil estar en su situación aunque su madre la tratara de esa manera. Intenté acercarme a ella lentamente y llevármela conmigo, pero para ello tendría que asar entre medias de Marluxia y James. Poco a poco iba acercándome a ella, intentando camuflarme con el entorno, pero no funcionó.

-¡Al, no te muevas de ahí!-gritó James.

Obedecí, no di ni un solo paso más, me quedé clavada en el sitio observando aquella lucha que parecía que nunca fuera a acabar y a Hachiko a la que estaban llevando por el camino de la amargura.

Durante horas se batieron en duelo, ahora sus ataques no eran tan efectivos, aprovechando estos momentos de debilidad Hachiko aprovechó y se acercó a mí. No nos perdimos ni un solo movimiento hasta que Marluxia quedó exhausta.

-Volveremos a vernos.

Gastó sus últimas energías en teletransportarse. Al fin estábamos a salvo, por lo menos de momento. James cayó al suelo quedándose inconsciente al instante. Corrimos hacia él lo más rápido que pudimos, Hachiko aun conservaba lágrimas en su rostro. James estaba vivo pero no podíamos quedarnos ahí, no sabíamos si había más peligros o no en aquel lugar. Hachiko decidió ir ella sola al pueblo al que nos dirigíamos, fue en busca de alguien que nos pudiera ayudar, mientras tanto yo me quedé con James, cogiéndole de la mano para intentar darle fuerza, pero fue inútil, no podía hacer nada por él, solamente esperar.

No había pasado mucho tiempo cuando vi a Hachiko corriendo junto a un hombre bastante joven, al fin teníamos algo de suerte. Cuando llegaron la cara del hombre palideció, se agachó junto a nosotros y le cogió la mano que tenía libre.

-Este hombre… ya está muerto- dijo apenado.

- No se fíe de las apariencias, se puede llevar alguna sorpresa-solté un pequeña risa-. Lo único que necesitamos es un lugar para poder descansar y alguien que nos ayude a llevarle.

Sin hacer ninguna pregunta el hombre asintió y cogió a James. Iba a un paso acelerado, a Hachiko y a mi nos costaba seguirle pero finalmente conseguimos alcanzarle.

El pueblo era bastante pequeño, no se veía a mucha gente en la calle, nos gustó mucho ese factor ya que así nos ahorrábamos el tener que dar explicaciones. El hombre nos llevó a una posada y nos subió a una de las habitaciones dejando a James en la cama.

-Podéis quedaros aquí el tiempo que necesitéis, esta es mi posada, me llamo Jack.

-Encantada nosotros somos Hachiko, Al y James-dijo Hachiko cordialmente.

-Cualquier cosa que necesitéis solo tenéis que pedirlo.

-Muchas gracias-contestamos al unísono.

Jack abandonó la habitación, parecía tener prisa. Miramos a James, se estaba moviendo pero no abría los ojos.

-¿No se supone que los vampiros no duermen?- pregunté.

- Mi padre también es archimalo así que supongo que no está del todo dormido sino que simplemente está relajado.

James comenzó a abrir los ojos, sorprendentemente se incorporó al instante. Miró a su alrededor, no parecía saber donde estaba. Salí de la habitación, iba a avisar a Jack de que James ya se había despertado.

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