viernes, 3 de julio de 2009

The Forest (Part.2)

-Por lo que ha llegado a mis oídos… no se siente orgulloso de su pasado, no te puedo decir más- dijo apenado-posiblemente cuando tenga más confianza te lo cuente.
Fran se marchó de nuevo con James, supongo que era para dejarme dormir, pero no lo conseguí. Estuve dándole vueltas a lo que me había dicho Fran ¿cuándo tendríamos más confianza James y yo? La paciencia no era mi fuerte, me moría de ganas por saber que había ocurrido.
Una vez había amanecido, Fran y James estaban sentados de manera tranquila charlando, en esta ocasión parecía algo más entretenido, pero yo seguía sin poder moverme. Pensaba que al pasar la noche la parálisis se iría, pero no fue así, así que pensé en como acercarme más a James, necesitaba alguna razón para que confiara en mí.
Percibieron que estaba despierta y me miraron al mismo tiempo intensamente, su rostro reflejaba un aire divertido. Intenté mantenerles la mirada, pero demostraron la fuerza que tenían en la mente, no podía seguir mirándoles, comencé a reírme a carcajadas.
Los dos vampiros se miraron.
-¿Qué ocurre Al?-preguntó James.
No contesté, unas lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro de la risa.
-¿Tenemos cara chiste?-preguntó Fran.
-Si, la verdad es que sí.
Al dar esta respuesta, los tres nos reímos al unísono, era la primera vez que me reía tanto desde que me marché de Praga, desde que dejé a Miriam. Su recuerdo hizo que mi cara cambiara, Fran se acercó a mí y me abrazó. Agradecí que estuviera allí, apoyándome en mi decisión.
A pesar de la frialdad de su cuerpo, su abrazo fue cálido, como siempre, no sabía como lo hacía, pero conseguía que me sintiera a gusto, le consideraba mi hermano. Aun que resentía a gusto, el recuerdo, la pasión, los sentimientos… todo aquello que tenía relación con Miriam no iba, y mucho menos la culpabilidad.
Fran me levantó y me acercó a James, quien estaba pensativo, con la mirada perdida en el horizonte. Cuando me vio tumbada a su lado reaccionó de un modo inesperado, parecía que había visto un fantasma, su mirada que antes estaba perdida ahora se posaba en mí con intensidad.
-Ahora ella… es igual- dijo James.
Fran me miró del mismo modo que James, sin embargo en vez de confirmar lo que pensara James puso cara de no comprender nada.
-¿Igual que quien?
-Hachikou.
-¿Quién es Hachikou?-preguntó Fran.
-Oh, nadie…-dijo James agachando la cabeza.
Permaneció durante un momento con la cabeza agachada y después se alejó unos metros de nosotros.
Por la manera en la que le miró Fran, parecía que pensábamos lo mismo, esa tal Hachikou era parte de su pasado, ese que quería ocultar, en aquel momento comprendí por que, le dolía.
Cuando James estaba lo suficientemente lejos de nosotros, sin saber como, el entumecimiento de mi cuerpo desapareció. Fran me miró con alegría y a los pocos minutos estábamos los dos saltando como un par de niños pequeños. Poco a poco, y sin prestarle mucha atención, estaba cogiendo mucha confianza con Fran, nunca imaginé que en un viaje podría encontrar a un buen amigo y a un amor. Estuvimos durante unos minutos saltando y gritando hasta que vimos a James llegar corriendo asustado, había confundido gritos de terror con gritos de alegría. Cuando descubrió lo que verdaderamente ocurría, se acercó a nosotros y dejo:
-Menos mal, ya estas bien.
Su cara mostró un gran alivio y mostró una sonrisa en aquel rostro tan maduro. Fran seguía entusiasmado y yo continuaba dándole vueltas a lo que había ocurrido, los misterios de James… todo se iba acumulando.
James se alejó con Fran, de nuevo no sabía lo que decían, eran extremadamente silenciosos. No quise forzar más el oído, sabía que no conseguiría nada. Comencé a mover los brazos y las piernas, echaba de menos aquella movilidad y solo había sido un día el que había estado sin poder moverme. Mientras movía el cuello, vi una serpiente en uno de los árboles, era uno de los pocos animales que había avistado en el bosque.
Quería avisar a mis compañeros cuando les vi detrás de mí en posición de defensa. Fran sacó una daga de su cinturón y me la lanzo ¿pretendía que luchase? Solo era una serpiente, me quedé mirado la daga, no sabía muy bien que hacer. No valía la pena que luchásemos los tres, era una simple serpiente, además no era ninguna de las peligrosas pero… las miradas de mis compañeros decían totalmente lo contrario. Entonces recordé algo que dijeron: este bosque es peligroso”¿Sereferían ala serpiente? Intenté dejar de pensar tanto y reaccionar, me puse en posición defensiva yo también.
James comenzó a caminar despacio hacia el árbol, tenía el cuerpo completamente tenso.
-¿Qué haces tu aquí?
Me quedé asombrada, acaso… ¿intentaba hablar con una serpiente?
-Eso debería preguntarlo yo- respondió la serpiente.
Tenía los ojos abiertos como platos…la serpiente había hablado pero ¿cómo?
-¿Qué quieres?
-Lo sabes muy bien.
-Vamos a ir lo quieras o no.
-No estés tan seguro.
La serpiente desapareció. El miedo regresó a mi cuerpo, era el mismo que sentía cuando conocí a James.
James cayó al suelo como si de una pluma se tratase. Fran y yo corrimos hacia él. Cuando le vimos la cara estaba exhausto, como si hubiera tenido una gran lucha.
-¿Qué ha pasado?-preguntó Fran
-Estamos en peligro.
-¿Por qué? ¿Quién era?-pregunté.
-Marluxia.
-¿Esa era Marluxia?- dijo Fran- entonces… debemos salir de aquí ¿verdad?
-Si.
Fran tiró de mí y continuamos con el viaje, esta vez íbamos más deprisa, además James parecía aun asustado por el encuentro que había tenido. Fran me llevaba casi volando, al percatarse de ello, paró y me cogió en brazos.
El camino parecía eterno, llevábamos muchas horas corriendo y, aunque yo no hiciera nada, el tiempo no pasaba en balde y comenzaba a tener sueño. Yo no me quería dormir, así que empecé a hablar con Fran.
-¿Quién es esa Marluxia?
-Por lo que me han contado es una archimala muy poderosa.
-¿Esa serpiente zarrapastrosa?
-Shhh no digas eso, nos puede escuchar.
-Oh por favor es una serpiente, la pegas un pisotón y ya está, además ¿desde cuando lso archimagos tienen que ser necesariamente malos?
-Esa historia…mejor que te la cuente James.
Fran, que siempre estaba sonriendo, tenía la cara descompuesta. El asunto era grave, y por mis comentarios parecía que me reía del tema.
Finalmente el sueño me venció. Lo primero que vi nada más abrir los ojos fue una casita con un pequeño pozo al lado, habíamos salido del bosque.

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