martes, 21 de julio de 2009

The First Battle(Part.1)

Seguíamos a Fran allá donde fuera, sin embargo yo aun seguía sin saber donde estaba nuestro objetivo.
Los días, a pesar de las amenas conversaciones que tenía con James, se me hacían eternos y las noches cortas, me levantaba con el cuerpo tan cansado que parecía que solo había estado durmiendo cinco minutos, constantemente mi cuerpo cansado hacía que nos retrasáramos y aun seguía sin ver nada en el horizonte.
Una noche de luna llena decidí enfrentarme a Fran, en aquel momento me daba igual lo que pasara, pero aquella tensión tenía que romperse cuanto antes. Su cara no había cambiado los últimos días y todas las noches se quedaba mirando al cielo, solamente en aquel momento su rostro que cambiaba, tenía un aire nostálgico. Me acerqué a él con precaución.
-Tenemos que hablar- dije firme a pesar del temor.
-¿Ahora quieres hablar conmigo? Oh, que honor- su tono sarcástico había que el temor que había en mí se reemplazara por furia.
-Fran, déjate de tonterías lo sé todo.
-Ya se ha ido tu “amorcito” de la lengua- murmuró
-Voy a hacer como que no he escuchado eso último. Creo que ya sabes lo que pienso y aunque lo dudes, sigo pensando en Miriam.
- Pero si no paras de coquetear con James, deja de ser tan hipócrita.
-Estás equivocado, yo solo quiero teneros como amigos, a ambos.
La situación se me estaba de las manos, a causa de la impotencia derramé algunas lágrimas, Fran se percató de ello y se levantó. Su rostro triste estaba a escasos milímetros del mío, me quitó las lágrimas con su dedo índice y me abrazó. Casi había olvidado como me sentía cuando Fran me abrazaba, lo echaba tanto de menos… No pude evitar mirar donde se encontraba James, quien nos miraba con cierto aire paternal, al fin y al cabo su comportamiento con nosotros era casi como el de un padre. Se mantuvo al margen, solamente nos miraba desde la distancia. Cuando Fran se separó de mí, su cara volvía a ser alegre, hacía tiempo que no la veía.
Aquella noche dormí entre Fran y James, me alegraba que todo estuviera arreglado ya. Un ruido me despertó en medio de la noche, fue una sorpresa no ver a mis amigos junto a mí. Me levanté estando atenta a cualquier ruido o movimiento sospechoso, pero me descuidé un momento y Fran me asustó. Sus ojos brillaban en la oscuridad de la noche, me agarró la mano y acercó su boca a mi oído.
-Cuando yo te avise, empieza a correr- me susurró Fran
Miré alrededor ¿Qué ocurría? ¿Dónde estaba James?
-¡Corre!- gritó Fran.
No sabía hacia qué dirección correr, mi cuerpo permanecía inmóvil aunque quisiera correr, iba a morir por no hacer algo tan simple como correr. Cerré los ojos y permanecí en el sitio. Pensando que ya estaba todo perdido me sorprendió el empujón que me dieron. Caí al suelo y al abrir los ojos me encontré con una chica que no aparentaba ser mucho mayor que yo, estaba tumbada a mi lado. Su cabello castaño tapaba su rostro, a pesar de ello hubo alguien que la reconoció.
-¡Hachiko!-gritó James
Vino corriendo hacia nosotras, parecía que el peligro había pasado pero Fran no aparecía. James cogió a la chica y le retiró el pelo de la cara, entonces fui capaz de ver lo realmente hermosa que era.
-¡Hachiko!-volvió a gritar.
Comenzó a zarandear su cuerpo inmóvil, hasta que finalmente abrió sus ojos que, para mi sorpresa, eran grises. De ellos empezaron a emanar lagrimas que casi eran de cristal, sus manos se aferraban con fuerza a la camisa de James.
-Lo siento-dijo la chica.
-¿Por qué?
-Por ser tan débil.
La cara de James se descompuso, parecía que él no creía eso pero no se lo dijo, simplemente la abrazó.
Observé todo el lugar desde mi posición, estaba desesperada, pero no encontraba a Fran, llegué a pensar que aquellos que nos habían atacado le habían matado. Puse las manos en mi rostro, si eso era un sueño quería despertar. Escuché unos pasos, quité las manos de la cara con la esperanza de que fuera Fran peor en su lugar vi a dos personas altas y esbeltas frente a mí.
-Al, ¿estás bien?- preguntó James preocupado.
-Si, esa chica… esa chica me ha salvado.
-Lo sé-sonrió- Al, esta es mi hija, Hachiko.
Mi cara cambio completamente, ¿cómo que su hija? No sabía que los vampiros pudieran tener hijos. Debido a sus risas supuse que se esperaban mi reacción. Hachiko extendió una mano hacia mí, y sonrió dulcemente.
-Encantada- dije.
Tiró de mí, y me levanté de un salto, tenía más fuerza de la que aparentaba. Hasta ese momento no me había fijado pero llevaba un arco y un carcaj lleno de flechas, me quedé fascinada. Me acerqué a su espalda y pude observar mejor el arco, llevaba algo inscrito, eran unas marcas que no supe descifrar. James soltó una pequeña risa mientras me miraba.
-Por mucho que lo intentes no lo entenderás, está en lenguaje arcano- dijo James.
-Es cierto, sin una formación previa no podrás leerlo-continuó Hachiko.
Una vez acabadas las presentaciones, mi preocupación por Fran regresó, recorrí todo el perímetro donde nos habían atacado gritando su nombre pero no obtuve respuesta. Caí al suelo rendida y casi afónica, James y Hachiko estaban a mi lado, sus caras no eran muy esperanzadoras así que no me molesté en preguntarles. Solo había dos opciones se lo habían llevado o… la segunda opción me dolía pensarla pero así era la situación, había alguna posibilidad de que estuviera muerto
Hachiko se agachó y me cogió de las manos mientras una leve sonrisa se dibujaba en su cara.
-Ya verás como le encontramos, no te preocupes.
No sabía que le íbamos a ir a buscar, como habíamos malgastado mucho tiempo, la mayor parte por mi culpa, tenía la impresión de que íbamos a ir directamente a buscar a David.
Estábamos preparados para ir a buscarle pero no sabíamos por donde empezar, así que decidimos seguir la ruta prevista, quizás había pasado por allí. James volvió a ponerse al frente del grupo, iba inspeccionando el lugar, mientras yo iba detrás con Hachiko. Cada vez me llevaba mejor con ella, éramos muy parecidas nos estuvimos riendo durante todo el tiempo, pero hubo un momento en el que su cara cambió.
-¿Qué te ocurre?
-Estoy decepcionando a mi padre.
-¿Por qué lo dices?
Se hizo un silencio muy incómodo, pero finalmente contestó algo enfadada.
-Debería ser más fuerte
-Pero si me has salvado la vida
.

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