sábado, 2 de mayo de 2009

Help Me(Part.2)

Esperé unos minutos pero no obtuve respuesta, ¿había acertado? No conocía a nadie que le hubiera pasado algo tan… increíble.
-Ya te has respondido tu sola-dijo al fin.
-Bueno y ¿cómo quieres que te ayude?
-Habla con Fran, dile que ya lo sabes todo y él ya te explicará lo que te falta por saber.
-Está bien- dije no muy convencida- tengo una pregunta.
-¿Sobre qué?
-¿Los demás vampiros pueden leer las mentes?
- Algunos sí.
-Entonces ¿nos están escuchando?
-No, he creado una pequeña barrera. Al, me tengo que marchar, vienen unos indeseables. Cuando hables con Fran intentad contactar conmigo.
-¿Cómo?
-Ya lo descubrirás.
No escuché nada más, me quedé sentada en aquella fría cueva con mi chaqueta larga tapándome por completo. La lluvia cesó repentinamente, me puse el abrigo y continué mi incansable búsqueda. Durante un largo periodo de tiempo di vueltas por la zona, pero siempre llegaba al mismo lugar ¿Quién me mandaría salir del hotel? Miré el reloj, marcaba las 20:50, ya estaba desesperanzada por completo, pero como si fuese un regalo divino el camino apareció después de varias horas de vagar en la penumbra.
Cuando entré en el hotel, estaban todos reunidos en el hall alborotados y sabía muy bien quién tenía la culpa de todo. Estaban todos exceptuando una persona… Miriam ¿dónde estaba ella? Miré en cada rincón del hall, demacrada, exhausta… pero todote daba igual solo quería verla. Pasé inadvertida hasta que finalmente Laura me vio.
-Al, ¿dónde estabas?-gritó.
-Me perdí en el bosque, lo siento…-estaba realmente arrepentida-pero… ¿dónde está Miriam?
- La hemos dado un calmante y ahora está dormida, se había puesto histérica.
En cuanto escuche estas palabras subí corriendo las escaleras a pesar de que casi no podía con mi alma, pero una vez arriba… en vez de ir a mi habitación fui a la de Fran. Me paré frente a su puerta, automáticamente se abrió, sabía que iba a ir, pero ¿se lo dijo David o solamente lo intuyó? Me resultaba muy difícil habar de David y saber que… estaba “vivo”, el dolor que había pasado hasta aquel momento regresó, pero en el fondo me alegraba, como no me iba a alegrar, no había perdido a mi amigo, la vida me había dado una segunda oportunidad para hacer bien las cosas.
Entré en la habitación, aun tenía miedo de estar a solas con él. A primera vista parecía que no había nadie, avancé unos pasos cuidadosamente a lo largo de la habitación y la puerta se cerró detrás de mí con un fuerte portazo.
-Te estaba esperando.
-¿Has hablado con David?
-Si, me ha dicho que ya lo sabes todo, espero que sea cierto.
-Claro que lo es pero, ¿cómo puedo ayudarle.
- Ven siéntate- dijo mientras me señalaba la cama- lo primero que has de saber es que David no está aquí, ni en España.
-Entonces ¿dónde está?
-En una pequeña región de Escocia, es prisionero de un príncipe vampiro, su libertad está muy limitada, lo tienen atado en corto.
-Pero ¿por qué? ¿Qué le ha hecho David a ese príncipe?
-No le buscan a él, sino a algo que tiene.
-¿El qué?
-Poder, quieren su poder… bueno realmente el poder que aun no ha utilizado.
-¿Qué poder? Esto cada vez me resulta más extraño
-Es normal que estés así, a mi me han estado comiendo la cabeza todos los días para que lo aprendiera todo pronto, pero debes saber Al, que tu también tienes un poder parecido pero no sabes utilizarlo aun, al igual que David, precisamente ese fue el motivo por el que os conocisteis, la atracción de poderes.
No comprendía muy bien lo que me decía ¿poder? Yo no tenía de eso… pero pensando en todo lo que había ocurrido esos días quizás debía creerle. El miedo hacia él se había ido ahora era capaz de mirarle a los ojos, y por primera vez me día cuenta que eran espectaculares, quizás en algún momento pudieron darme miedo pero ahora… sentía cierta envidia.
Ya sabía donde se hallaba David, pero Escocia estaba bastante lejos de allí, además me habían dicho “un remoto lugar” y lo más importante ¿de dónde sacaría el dinero para viajar hasta allí? Todo era tan complicado
-Tranquila, no te agobies, yo te llevaré- me dijo Fran
No sabía si fiarme de su palabra o no, era todo demasiado raro, ese viaje tan imprevisto, era casi… irreal, al menos para mi mente. Tenía que tomar una decisión rápido… al principio seguía sin creerme nada pero, era una oportunidad para creer que aun David seguí en este mundo.
Me fui a mi habitación, Fran no se movió del sitio pero me seguía con la mirada hasta que crucé la puerta. Me sentía agobiada al pensar por un momento, que por el miedo podría abandonar de nuevo a David. Entré en la habitación esperando ver a Miriam dormida en la cama, pero no estaba allí, era muy extraño, ya era tarde. No podía esperarla, necesitaba meterme en la cama y pensar en lo ocurrido, sin embargo el sueño me pudo y me quedé dormida profundamente.
-Al ¿vendrás?- dijo David esperanzado.
-Aun no lo se, porque… aunque fura ¿qué cambiaría?
-Más de lo que crees seguro, ten confianza.
No era la primera vez que escuchaba esas palabras, no hizo falta que le contestara él sabía de sobra que era lo que pensaba en ese momento. Intenté no pensar en ello, en cierto modo me molestaba ¿por qué se metía en mis sueños? Solo necesitaba olvidarme un poco del mundo. Un ruido me despertó, era Miriam que se había golpeado la pierna con algo, por lo que vi no estaba muy cuerda, olía a ron mezclado con algo que no conseguí distinguir.
Estaba tirada en el suelo sin parar de reírse, así que encendí la luz. Estaba completamente roja y respiraba con dificultad, la ayudé a levantarse y a que se tumbara en la cama. Su aroma había desaparecido, ahora solamente olía a alcohol, a saber donde había estado… La tapé con una manta y cuando me quise dar cuenta, ya estaba dormida, parecía muy tranquila, una leve sonrisa se había quedado en aquella cara que tanto adoraba. Me quedé mirándola un rato hasta que me volví a quedar dormida.

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