martes, 19 de mayo de 2009

The Beginning (Part.3)

Fran se agachó delante de mí, señalándome su espalda, al principio no entendía lo que me quería decir pero finalmente lo comprendí, quería que me subiera a su espalda.

-Puedo andar yo sola.

-¿A nuestro ritmo?

Se me escapó una pequeña risita inocente, se me había olvidado ese pequeño detalle. Me subí en su dura espalda y me agarré alrededor de su cuello con mis pequeños brazos.

-No te caigas-dijo riéndose.

Me agarré con más fuerza y hundí la cabeza en su espalda para sentirme más segura. Sentía como nos movíamos a bastante velocidad, aquel lúgubre lugar se quedaba atrás. Levanté un poco la cabeza, y observé como el paisaje iba cambiando, ahora resplandecía el sol en un cielo completamente despejado, los árboles estaban en todo su esplendor.

La cabeza comenzaba a darme vueltas, mi cuerpo no estaba acostumbrado a esa velocidad, ni el mío ni el de cualquier ser humano normal y corriente. Agaché la cabeza de nuevo, no me encontraba muy bien. Agarré la camisa de Fran con fuerza, pero esa fuerza poco apoco iba desapareciendo, apenas era consciente de lo que ocurría.

-Al ¿te encuentras bien?- preguntó Fran.

-Será mejor que paremos-comentó James.

Las piedras se clavaban en mi cuerpo como si de agujas se tratara, pero lo agradecí ya queme permitió reaccionar y recobrar el conocimiento, ya era capaz de percibir lo que había a mi alrededor. La copa de un gran árbol se encontraba sobre mí, mientras que Fran y James, quienes estaban a mi lado, me ponían sus frías manos sobre la frente.

Me incorporé lentamente con al ayuda de mis dos compañeros.

-¿Dónde estamos?

-Lejos e nuestro punto de partida-contestó Fran quien parecía aliviado de que hubiera despertado.

-Eso no es ninguna respuesta

-En Edimburgo, Escocia.

¿Qué?- grité sorprendida- ¿Ya hemos llegado?

-No corras tanto, aun nos queda un largo camino.

Fran parecía realmente apenado al ver mi cara de desilusión. Me miró a los ojos y al observar que ya no estaba decepcionada su rostro cambió, volvió a aparecer aquella sonrisa tan particular.

Volví a sentir fuerza en las articulaciones. Miré a mi alrededor y observé que íbamos directos a un bosque que no me transmitía buenas vibraciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario