jueves, 25 de marzo de 2010

Miriam's Ghost (Part.1)

Miré a mi alrededor, buscaba algún indicio de su presencia, pero no encontré ni una pequeña ráfaga de viento. Me preocupaba pensar que quizás no volvería, miré con pesar a David mientras el me regalaba una cálida sonrisa.

-Regresará, confía en mí.

-¿Y si no lo hace?

-Al, lo hará- me aseguró- no seas tan impaciente, espera un poco.

-Está bien.

Como el susto ya había pasado volvimos a sentarnos juntos. Mi amigo ya había regresado a la normalidad, su mirada perdida de nuevo era una mirada rebosante de bondad. En esta ocasión nos sentamos aún más juntos que antes y esperamos con impaciencia a que volviera.

Pasaron las horas y no había ni rastro de Miriam. Continuaba con el colgante en la mano, la luz había disminuido considerablemente pero aún así resplandecía levemente. Varias teorías volvían a rondar mi cabeza pero aún así no me atreví a contarle ninguna a David, no quería que se riera de mí.

Una nueva ráfaga de viento rozó mi cuello, había vuelto. Eufórica, aunque algo cohibida todavía, me levanté de un salto. Mi cabello se movía con ligereza sin rumbo concreto, cerré los ojos intentando imaginar su silueta. Al principio no ocurría nada, pero poco a poco fui imaginando su figura en mi cabeza, casi parecía que aún podía tocarla aunque solo fuese una ilusión. A pesar de ello sabía que estaba allí, podía percibir un leve susurro que se fue haciendo más claro.

El aire entraba en contacto con cada rincón de mi cuerpo, la imagen de mi mente reflejaba que me estaba abrazando pero posiblemente fuera solo mi imaginación. Sus palabras ahora eran claras.

-Creía que no volveríamos a vernos, te he echado de menos este breve tiempo que hemos estado separadas-escuché.

-Y yo a ti. Pero ¿cómo es posible? ¿Por qué estás aquí?

-Parece ser que no he hecho todo lo que debía hacer y me han hecho volver para acabarlo.

-Después te marcharás ¿cierto?- dije analizando sus palabras.

-Así es-respondió.

Abría los ojos, la figura de Miriam se había quedado impregnada en mis retinas, allá donde mirase la veía. Giré la cabeza y encontré a David mirándome con atención, como si fuera incapaz de escucharla.

Miriam me contó su travesía por el otro mundo y aunque al principio no quería saber nada porque volvería a tener un miedo espantoso, finalmente me pareció fascinante. Por lo que me contó la salida de su cuerpo fue espectacular y que le costó ver como desaparecía mientras ella atravesaba la brecha de los dos mundos.

El tiempo pasaba sin apenas darme cuenta, se me había olvidado la tarea que debíamos completar, lo recordé todo cuando vi a David levantarse y posar sus manos en mis hombros. De nuevo debía despedirme de mi amigo, no sabía si le volvería a ver pero no me dejó despedirme adecuadamente, me besó la mejilla y me dedicó una mirada llena de cariño. Tenía ganas de gritar en ese momento por la rabia que sentía al saber que le abandonaba a su suerte de nuevo, ahora estaría solo hasta nuestro regreso, si es que llegábamos a regresar.

Miriam continuaba siendo invisible a nuestros ojos, aun así podía percibirla a mi lado. Intenté atraparla con una de mis manos, pero claramente era imposible. Coloqué un pié donde no había más que oscuridad, pensaba que ahora que había hablado con Miriam y que estaba allí conmigo conseguiría pasar, sin embargo una equivocación más se sumaba a la lista. Recordé que mis compañeros habían pasado cogidos de la mano, incluso Kyo y Hachi que se pusieron unos guantes para ello, pero yo no podía entrar en contacto con Miriam.

Parecía que nuestro problema se estaba solucionando cuando ocurre esto que nos hace dar largas zancadas hacia atrás en nuestro progreso; había sido solo un espejismo aquel avance. Frustrada me dejé caer al suelo con los brazos y las piernas cruzadas. Noté que Miriam me rozaba la mano mientras David pensaba apoyado en la pared una posible solución.

Ya habían pasado algunas horas desde que mis compañeros traspasaron aquella llanura creada por la nada, y yo seguía en ese pequeño espacio sin poder hacer nada.

-Hay una solución, pero puede que no te guste- dijo David mientras su tono de voz iba disminuyendo, arrepentido de haber comenzado esa frase.

-¿Cuál es?-pregunté emocionada.

-Podría meterse en mi cuerpo, es decir, ella entrar y yo salir. Estaría dispuesto a ello. Es la única solución.

Pensé la posibilidad detenidamente, si aceptaba Miriam sería David durante algunas horas mientras David vagaría sin cuerpo alguno hasta que Miriam regresara al mundo de los muertos. Después de darle muchas vueltas, accedí aunque no estuviera al cien por cien convencida de ello. El cuerpo de mi amigo empezó a convulsionar, era muy duro ver como mi amigo sufría de esa manera; afortunadamente no duró mucho, a los pocos minutos paró. David levantó la cabeza y me miró tiernamente, el cambio se había producido sin ninguna complicación. Miriam me tendió su mano y finalmente conseguimos pisar aquella oscuridad. Cuando noté que era segura aquella superficie que pisaba, intenté divisar y sentir a David pero fue inútil.

Me sentía rara al hablar con Miriam, sabía que era ella pero el no ver sus verdes ojos rebosantes de dulzura, su cálida sonrisa, su embriagador olor… se me hacía muy difícil creer que dentro de ese cuerpo estuviera ella. Anduvimos en la oscuridad durante bastante tiempo, intentando adaptarnos a la nueva situación de nuestra relación. ¿De verdad nos mostraríamos con esa frialdad durante nuestras últimas horas juntas? ¿Así sería nuestra despedida? Nuestras manos entrelazadas no se agarraban con la fuerza con la que nos las cogíamos antes, ahora se enganchaban dejando la mano aparentemente suelta a lo que estábamos acostumbradas. La situación tan cargante era insostenible.

-Me siento raro, es como si le estuviera cogiendo la mano a David y…

-No hace falta que continúes, sé a lo que te refieres.-me interrumpió- Yo tampoco me siento cómoda sabiendo que este cuerpo no es mío.

-Seguramente pero, no sé por qué no puedo mirarte de la misma manera que antes aunque sé con certeza que eres tú.

-Lo siento-dijo apenada y agachando la cabeza.

-No es culpa tuya, y esto… tampoco es tan malo ¿no?, piensa en lo positivo, tenemos unas horas más para estar juntas.

Me sonrió con cariño, pero seguía sin ser lo mismo.

Poco a poco fuimos avistando de nuevo una superficie, su silueta aún era débil a nuestros ojos pero, puesto que hacía bastante tiempo que lo único que veíamos era oscuridad, nos resultó sencillo encontrar esa pequeña modificación. Nuestro ánimo algo depresivo cambió a uno más esperanzado, nuestro paso era ahora bastante más ligero, sin duda había resultado ser una gran motivación. El suelo, o lo que fuera lo que pisábamos, se tambaleaba cuando nuestro paso era más rápido, debíamos andar con cuidado para no perder el equilibrio hasta llegar hasta a aquel pedazo de tierra el cual se distinguía ya con mayor facilidad.

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