martes, 23 de marzo de 2010

Friend or Enemy? (Part.1)

Cuando abrí los ojos ya no estábamos en aquella habitación, me encontraba en los brazos de David quién me miró asombrado cuando vio mis ojos abiertos. Tenía los brazos entumecidos de estar en la misma posición bastante tiempo. Mi amigo me dejó en el suelo y se estiró exageradamente mientra yo me restregaba los ojos ya que veía todo un poco borroso. Mis compañeros se habían parado, quizás por eso me había despertado. Con la vista ya al cien por cien observé un pequeño cambio en el grupo, había una persona más con nosotros. Junto a James estaba colocada Shallow, sin saber por que llevaba el arco y el carcaj de Hachiko.

La nueva habitación no era muy grande y lo único extravagante que poseía era una escalera empinada de mármol. Suspiré como si solo de mirarla ya me hubiera cansado, además de enfatizar mi inconformidad a tomar ese camino, pero seguramente no habría otro. Miriam se acercó sigilosamente hacia mí, su rostro estaba más relajado que la última vez que la observé, por lo que supuse que ya no estaba enfadada y su ataque de celos había aminorado. Miré a todos de nuevo intentando que mi mirada desconcertante llamara la atención de alguien porque una pregunta no paraba de rondarme la cabeza ¿qué hacía Shallow con nosotros? Adelantándome a los pensamientos de Miriam esta vez fui más inteligente y no me quedé mirando fijamente a aquella chica sino que directamente se lo pregunté a Miriam.

-¿Qué hace ella aquí?

-No lo sé- se encogió de hombros- James le dijo que viniera y nadie preguntó el por que.

Su tono calmado hizo que me relajara un poco. Me pasó la mano por la cintura dulcemente, sin duda alguna su histerismo se había calmado. No pude reprimir una sonrisa de felicidad al notar el buen ambiente que se respiraba de nuevo entre nosotras. Aún habiéndome relajado había algo que no terminaba de convencerme. No quité los ojos de aquellos dos mientras le hacía preguntas algo estúpidas a Miriam para que no se fijara y volviera a pensar cosas que no eran. James hablaba de manera amena con Shallow, quien de vez en cuando soltaba una pequeña risotada. ¿Qué relación había entre ellos? Mi curiosidad iba en aumento. Un poco alejados de ellos estaban Hachi, David y Kyo, sorprendentemente los “Changes” no estaban discutiendo, una escena tan tranquila con ellos de protagonistas era más propia de un sueño que de la realidad, era increíble.

Pasaban los minutos pero no nos movíamos del sitio, quizás por propia comodidad o porque todos habían perdido la noción del tiempo, y aunque ese tiempo ahí me había ayudado para normalizar las cosas con Miriam no me parecía lógico que estando en el castillo del enemigo estuviéramos tan tranquilos. La paciencia me abandonaba lentamente hasta que finalmente desapareció. Solté la mano de Miriam de mi cuerpo y me acerqué a James a paso ligero. No pasé inadvertida a pesar de mi pequeño tamaño, los ojos, ahora oscuros de James me miraban de manera extraña, parecían sedientos. Me dio tal empujón que me tiró al suelo, pero Kyo y David que estaban a mi lado me ayudaron a levantarme. Intenté acercarme de nuevo a James, no tenía ningún miedo, pero mis amigos me retuvieron. James se acercaba lentamente hacia a mí cual leona que acecha a su presa. Kyo y David tiraban de mis brazos pero, por primera vez en mi vida no quería huir. James cada vez estaba más cerca, dejaba a la vista sus afilados colmillos mientras sus ojos no desviaban su rumbo. David y Kyo seguían tirando de mí, esta vez consiguieron que diera un paso atrás y perdí el equilibrio. Mi cuerpo se movía pero yo no estaba haciendo ni el más mínimo esfuerzo, mis amigos eran los que tiraban de mí. Cerré los ojos con todas mis fuerzas, no quería ver lo que iba a pasar. Preparé mi mente todo lo que pude, tuve fija la imagen de James sobre mí en mi cabeza, atravesándome el cuello con esos colmillos que tanto pavor me daban. Mi cuerpo dejó de moverse, abrí lentamente los ojos y a pesar de lo que me esperaba no me encontré con la cara sedienta de James sino con el pelo de Miriam. Soltándome de David y Kyo, retiré con cuidado el pelo que me hacía cosquillas en las mejillas, pero una vez que lo retiré me encontré con la imagen más espantosa que se me podía pasar por la cabeza. Los colmillos de James se hundían con precisión en el cuello de la persona que amaba. Conforme iban pasando los segundos la sangre se iba deslizando por su hombro, por su espalda… por todo su cuerpo. James permaneció unos instantes succionando la sangre de Miriam, pero de un momento a otro abrió los ojos como si se hubiera despertado de una pesadilla. Sacó rápidamente los colmillos del cuello al ver lo que había hecho. Se echó hacia atrás con cara incrédula y dejó caer a Miriam sobre mí. La sujeté como pude aún en estado de shock por lo que acababa de ver. Con cierto temor la dejé reposar en el suelo, me acerqué a ella para besarla pero mis temores se confirmaban, Miriam no respiraba. Quería gritar por la impotencia que sentía en ese momento pero lo más que conseguí fue abrir la boca, lo único que salió de ella fue mi humilde aliento. Toqué una y otra vez su rostro como si pudiera regresarla a la vida con ese acto tan simple, pero no se movía ni un milímetro. Su piel tomaba cada segundo que pasaba un tono más pálido, más frío, más muerto. Cerré los ojos pero aún sentía las miradas de todos sobre nosotras, tenía aún la esperanza de abrir los ojos y encontrármela a mi lado, viva y feliz, como la mayoría de las veces, pero la ilusión se fue cuando los abrí de nuevo. No recuerdo cuanto tiempo pasó hasta que la primera lágrima cayó sobre su inmóvil cara. Cogí su mano y la puse sobre mi pecho.

-Lo ves, así debe latir el tuyo también, lo estás haciendo mal- dije mientras rompía a llorar.

Solté su mano y me eché sobre ella, hundiendo la cara en su largo cabello. Noté como la mano de alguien me tocaba el hombro. Giré lentamente la cabeza y vi la cara de David, sus ojos siempre alegres habían desaparecido, los sustituían unos llenos de preocupación. Uno a uno, se fueron acercando todos mis amigos, pero siempre dejando un espacio considerable. Las lágrimas seguían cayendo por mi cara. Retiré de nuevo la mirada de ellos para fijarme en Miriam quien ahora parecía una muñeca de porcelana en vez de un ser humano: hermosa, pálida y fría. Volví a recostarme sobre ella percibiendo como su aroma tan particular estaba despareciendo al igual que el color de su piel. Me abracé a ella con la intención de no volver a moverme, cerré los ojos notando como las lágrimas no cesaban de caer.

-Al, debemos continuar- dijo David con voz débil- tenemos que salir de aquí cuanto antes.

-Yo no voy-anuncié con la voz quebrada.

-Hazlo por ella, vino aquí por ti, se lo debes.

Aquellas palabras en vez de animarme a continuar solamente incrementaban la posibilidad de querer acabar con mi vida e irme con ella, David me había dado una razón más para hacerlo. Miré a todos mis amigos de manera apagada, a todos excepto a James, a él no era capaz de mirarle, ahora lo único que sentía hacia él era odio y rencor, aquel al que consideraba mi amigo había resultado ser el asesino de la persona que más quería. Cuando pensaba en él sabía que en cuando mis ojos se encontraran con su figura, aunque fuera de refilón, saltaría a por él con la intención de matarle. Afortunadamente Shallow le cogió de la mano y le alejó de mí. En ese momento tenía a todos a la vista excepto a Hachi. Quitándome una vez más las lágrimas de los ojos empecé a buscarla sin moverme del sitio. No me costó mucho encontrarla, estaba sentada detrás de Kyo tapándose la cara con las manos, no tardó mucho en darse cuenta que la estaba mirando. Cuando me miró pude comprobar que no había sido la única que había estado llorando. Se levantó y vino hacia mí corriendo a pesar del corto espacio que nos separaba, se tiró sobre mí y me abrazó. Al escuchar sus sollozos volví a romper a llorar, comencé a pensar que a partir de ahora todo se me iba a hacer muy cuesta arriba.

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