miércoles, 2 de septiembre de 2009

Dear Friend (Parte 2)

La expresión de la cara de Fran no cambió, parecía que no reaccionaba con nada, su estado de tranquilidad se mantenía sin perturbarse. Enfadada por su pasividad cerré los ojos y le ignoré hasta que conseguí dormirme.

Cuando desperté, Fran estaba sentado con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, parecía concentrado, hubo un momento en el que se parecía demasiado a James. Me levanté y comencé a andar, no me apetecía quedarme ahí parada sin hacer nada, sinoo dar un paseo aunque todo el paisaje fuera el mismo.

-¿Dónde vas?

-A dar un paseo.

-Te acompaño.

-No, me apetece estar sola.

A pesar de no estar muy acuerdo, no me siguió. Durante ese paseo tuve tiempo para pensar en que haría cuando viera de nuevo a David, y lo que haría cuando aparecieran mis otros amigos. Tantos problemas había en mi cabeza que empecé a agobiarme, así que pensé que era el momento de regresar. Conseguí distinguir a Fran a lo lejos así que no tendría ninguna dificultad para regresar. En vez de en línea recta, ahora iba en zigzag intentando hacerme el camino más ameno, pero me tropecé con algo y me caí al suelo haciéndome daño en la pierna. Me levanté con dificultad y empecé a buscar aquello con lo que me había tropezado, me había entrado curiosidad de saber que era. Me agaché de nuevo con la esperanza de encontrarlo. Moví las manos entre la hierba, no parecía haber nada pero, finalmente encontré algo. Arranqué la hierba que había a su alrededor y logré ver lo que era. Un cuerpo sin vida se mostraba ante mí, estaba carbonizado. Caí hacia atrás al ver aquello, me quedé pensando quien podía ser aquella persona y, peor aun, quien podía haber hecho eso. Una parte de mí quería salir corriendo de allí sin embargo, otra parte de mí deseaba saber quien era, la segunda opción fue la que ganó. Me acerqué lentamente al cuerpo tapándome la nariz, no soportaba aquel hedor. Quien hubiera hecho eso lo hizo a conciencia, apenas sobrevivieron unas prendas de ropa. Cogí las telas de aquel cuerpo, de ella cayó una pulsera que me resultaba familiar: era la pulsera de Fran.

-No puede ser-murmuré.

Fran, mi amigo, no podía ser un asesino, no podía haber cambiado tanto. Cogí la pulsera y me la guardé en el bolsillo, aun atónita de lo que había visto regresé donde estaba mi amigo. Cuando llegué estaba en la misma posición que le había dejado, se mostraba sereno, como siempre, no entendía como podía tener esa sangre fría. De momento decidí no decirle nada, si su “fortaleza” mental no había cambiado, él mismo me lo contaría.

-¿Qué tal el paseo?-preguntó con una sonrisa.

-Interesante

-¿Y eso? ¿Has visto algo fuera de lo común?

-No pero he pensado muchas cosas.

Fran enmudeció, se levantó del suelo y se acercó a mí.

-¿Nos vamos ya?

Asentí.

Mientras íbamos caminando no le quitaba el ojo de encima, quería intimidarle de alguna manera para que confesara, pero no sabía como hacerlo, era muy frustrante. Solamente me miraba y me sonreía, pero notaba como su paciencia estaba acabándose al sentir todo el tiempo mi mirada sobre él.

-¿Ocurre algo?

-No ¿por qué lo dices? ¿ Acaso debería)

-No…

A pesar de aquella pequeña conversación continué mirándole, se sentía incómodo y eso me gustaba, significaba que dentro de poco confesaría su crimen, quizás no ese día, pero pronto. De repente Fran se paró parecía algo sofocado, como si estuviera cansado pero eso no era posible, se tendió en el suelo y comenzó a respirar con dificultad.

-¿Qué te pasa Fran?

-Estoy cansado.

-¿Un vampiro cansado?

La cara de Fran se descompuso pero rápidamente volvió a la normalidad.-dijo riéndose

-Es broma, lo he hecho porque se que tu también estás cansada y eres tan terca que no eres capaz de pararte aunque no puedas continuar.

Parte de razón tenía pero continuaba sin fiarme de él. Desde que vi aquel cuerpo, si es que se puede llamar así, mi visión hacia él había cambiado. Fran dejó de reírse.

-A mí no me engañas ¿qué te pasa?

Me mordí el labio con tanta fuerza que comenzó a sangrar. Me quedé pálida, ahora Fran me atacaría por el olor pero no fue así, siguió tumbado como si no hubiera ocurrido nada, fue una gran sorpresa para mí pero no sabía si era para bien o para mal, me encontraba algo confusa.

-Fran ¿Por qué no haces nada?

-¿Nada de qué?

-Déjalo…

Había tenido mis sospechas pero ahora estaba segura de que algo le había pasado durante el tiempo que habíamos estado separados. Comencé a pensar que podía haber dejado de ser vampiro pero ¿podía haber ese cambio? Siempre había pensado que quien es vampiro lo es para siempre pero ya no estaba segura de nada. Si hasta ahora había estado atenta, ahora lo estría aun más, debía conseguir que me contara todo.

Me tumbé cerca de Fran, cuanto más cerca estuviera de él mejor. Mi amigo mantenía los ojos cerrados, huía de mis preguntas. Durante un pequeño periodo de tiempo le estuve mirando pero me terminé cansándome y cerré también los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario