lunes, 14 de septiembre de 2009

R.I.P (Part.1)

Aun seguía gritando de dolor, peor una parte de mí ahora permanecía tranquila al saber que alguien había escuchado mis gritos. No tenía fuerzas ni para abrir los ojos, pero aquel olor tan dulce era difícil de confundir: Hachiko. Todo mi esfuerzo para encontrarles había sido en vano pues finalmente habían sido ellos quienes me habían encontrado a mí. Sentía su mano en mi rostro, retirándome las lagrimas que aun permanecían sobre el y las que caían de alegría por su regreso. Poniendo todo mi esfuerzo en ello conseguí abrir los ojos, efectivamente ahí estaba mi amiga y no muy lejos de ahí James estaba luchando contra aquel chico. Hachiko colocó sus manos sobre mi muñeca, pretendía curarme pero le retiré las manos y negué con la cabeza.

-¿Por qué?- preguntó apenada.

-Ha sido culpa mía, por favor no me cures.

-Está bien, respeto tu decisión.

Miré mi brazo con temor, no sabía que podía encontrarme. En la muñeca solo se veían los huesos, la carne y la piel se habían consumido, el resto del brazo lo tenía completamente quemado. Al ver mi cara de sufrimiento Hachiko volvió a intentar curarme pero volví a retirarle las manos. Los ojos me pesaban de nuevo, la última imagen que vi fue un hombre ardiendo mientras James se acercaba a nosotras.

Al abrir los ojos, encontré la cara de James a escasos milímetros de la mía, pude sentir en mi pequeño rostro un leve suspiro de alivio. Se separó de mí un poco y justo detrás de él se encontraba Hachiko con una amplia sonrisa. Parecía que no les veía desde hacía meses, les había echado muchísimo de menos. Los tres sonreímos a la vez, estábamos realmente felices pero, faltaba algo… o mejor dicho, alguien. La sonrisa se borró de mi cara.

-¿Dónde está Jack?

-Donde tenía que estar desde hace mucho tiempo, bajo tierra- respondió James casi enfurecido.

Decidí no continuar con el tema, sus rostros ya no mostraban esa sonrisa tan deslumbrante sino una mueca triste., mientras tanto yo intentaba hacerme a la idea de todo lo que había ocurrido. Me levanté con la imagen de Jack en la cabeza, James y su hija me miraban con cierto pesar, seguramente había algo que no me habían contado.

-¿Qué ocurre? Acaso… ¿hay algo más?

-El hombre al que acabo de matar… lo envió Jack.

Aquel hombre que había suplantado a Fran era un ayudante de Jack, eso quería decir que estaba todo planeado. En ese momento me acordé de Fran, ya no estaba con nosotros. James se metió en mi mente, y aunque pareciera extraño, hasta eso había extrañado.

-Si quieres… podemos ir a por el cuerpo.

Asentí inmediatamente.

El dolor de la muñeca se había ido pero, no era fácil mirar a tu muñeca y ver solo el hueso, me daban escalofríos cada vez que lo miraba.

Iniciamos el viaje de regreso al lugar donde había visto el cuerpo, por primera vez mi orientación no me falló. Ahora que sabía la identidad del cuerpo no sabía si podría mirarle como la vez anterior. Al llegar al lugar indicado lo encontré con facilidad. Hachiko no podía soportar el ver el cuerpo de una persona carbonizado, era realmente desagradable, así que se alejó unos metros. Por otra parte, James al contrario que su hija se acercó al cuerpo y lo tocó con cuidado.

-No podemos llevárnoslo

-¿Por qué?- pregunté asustada

-Si le tocamos… se desintegrará por completo

Mis ojos se llenaron de lágrimas una vez más, no podíamos ni darle un funeral digno. En aquel momento se juntaron dentro de mí muchos sentimientos: tristeza, rabia, frustración… solamente quería una cosa: venganza. En el rostro de James se dibujó un pícara sonrisa, sabía lo que estaba pensando y por lo visto la idea no le disgustaba. Hachiko seguía alejada y nos esperaba con impaciencia. Ambos caminamos hacia ella pero a los pocos pasos James se paró. Pronunció unas palabras y al instante apareció una lápida de piedra con algo grabado:


R.I.P

Francisco Pérez

1991-2009

We won't forget you


Estaba segura de que si James hubiera podido llorar lo hubiera hecho, aun así esas lágrimas no fueron necesarias, su rostro mostraba como se sentía, fue un detalle realmente bonito el que tuvo con Fran. Continuamos andando hasta Hachiko quien no tenía muy buena cara.

-Bueno ahora deberíamos ir a por David, no quiero que le perdamos también a él- dijo James alzando la cabeza.

Aun apenada, asentí. No tenía fuerzas ni para decir un simple “si”, había sido un golpe muy duro para mí. Nos pusimos en marcha y en apenas media hora estábamos de regreso en el lugar donde por poco me matan. Llevábamos un ritmo bastante acelerado, quizás para no pensar en otra cosa mas que en la manera de salvar a David, o al menos esa era mi razón por lo que lo hacía.

Aquel día recorrimos un buen trecho de camino pero, luego vinieron las consecuencias, Hachiko y yo teníamos el cuerpo destrozado, estábamos más cansadas de lo habitual. Nos dolían todas las extremidades, nuestros cuerpos estaban casi petrificados, tirados en el suelo sin poder moverse.

-Os habéis esforzado demasiado, sois un par de tercas.

Ninguna de las dos contestó, sin embargo sabíamos que llevaba razón, si hubiéramos parado antes al menos podríamos respirar sin dificultad. James se acercó a mí y me miró la muñeca, o al menos lo que quedaba de ella.

-Siento no haber llegado antes, si lo hubiera hecho… no estarías así- dijo apenado.

Intenté contradecirle pero seguía sin fuerzas para hablar, y mucho menos para mover la cabeza, lo único que podía hacer era pensar mi respuesta y que él la leyera. James en seguida captó mis intenciones e hizo lo propio. Hachiko estaba a mi lado, ya estaba dormida, James se acercó a ella y la besó en la frente. Su cara triste no había cambiado a pesar de estar dormida, al igual que su padre, ambos tuvieron durante todo el día la misma cara. Había sido un día muy duro para todos por lo que cerré los ojos y casi al instante me quedé dormida.

La luz del sol hizo que me despertara, James tenía puesta su túnica pero Hachiko seguía profundamente dormida. En silencio me quedé mirándola con detenimiento.

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